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31 de Mayo de 2013

Juan Pablo Orrego: "HidroAysén va terminar por morir solo"

El presidente de la ONG ambientalista Ecosistemas y coordinador internacional de la Campaña Patagonia Sin Represas valora el avance del proyecto de Ley 20/20 y rechaza con fuerza los proyectos de Carretera Eléctrica y Concesiones, que promueve el gobierno.

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El presidente de la ONG ambientalista Ecosistemas y coordinador internacional de la Campaña Patagonia Sin Represas, Juan Pablo Orrego, no oculta su molestia frente a las perspectivas que hoy atraviesan a los ámbitos de energía y medio ambiente. Aunque valora el reciente avance del proyecto de Ley 20/20, subraya que la meta impuesta es modesta. De cara a los anuncios realizados por el Primer Mandatario el 21 de mayo, opina que proyectos de ley como el de Carretera Eléctrica y de Concesiones son meras iniciativas de amarre que favorecerán a las empresas. Asimismo fustiga el rechazo a la judicialización de algunos proyectos.

Mención aparte merece la reciente decisión del Comité de Ministros de pronunciarse respecto del polémico proyecto HidroAysén. A juicio de este ecólogo, el proyecto terminará por caerse debido a la presión ciudadana y de las ONGs  a nivel internacional. “Si aguantamos un año o dos más con nuestra campaña, parando la implementación del proyecto, este se va a terminar por morir solo”, asegura.

-¿Qué opina de la reciente aprobación de la Comisión de Minería y Energía de la Cámara del proyecto de Ley 20/20? 

La meta de un 20% de Energías Renovables no Convencionales (ERNC) al año 2024, me parece modesta pero realista para Chile por el statu quo en el que nos encontramos en este ámbito. Este es un compromiso que debiera ser absolutamente vinculante porque va a ser una Ley y esto significa que va a haber multas si las grandes generadoras no llegan a esa meta, por lo que por supuesto que es un  avance. Pero no hay que olvidar que países europeos como Alemania se están poniendo metas de 30%  y más de ERNC para los próximos 10 o 15 años, pero en relación a dónde hemos estado desde hace muchos años, es un adelanto.

-¿Cuál es nuestra situación actual en cuanto a ERNC?

En este momento yo diría que las cifras indican que estamos en cerca de un 4%, pero eso es un poquito engañoso en el sentido de que gran parte de esa cifra es biomasa de las forestales y otra gran parte corresponde a pequeñas centrales hidroeléctricas que fueron construidas antes de que se supiera construir mega centrales hidroeléctricas. A mi modo de ver, no son ERNC, no estamos hablando realmente de energía solar, termosolar, fotovoltaica, geotermia o eólica . Es pobre al siglo XXI tener cerca de un 4%, pero la realidad es que en ERNC es nada, esa es la verdad.

-¿Qué opina de los dichos de Piñera relevando los avances de iniciativas  como el proyecto de  Ley de Carretera Eléctrica y la nueva Ley de Concesiones Eléctricas?

Leyes como Carretera Eléctrica y sobre todo el fast track de concesiones son iniciativa de amarre que, junto al Código de aguas o la Constitución del 80 con el artículo 19 número 24, lo que hacen es desempoderar a la gente y empoderar a las corporaciones.

Y ahora el Gobierno dice, chuta, hay un nuevo Chile más empoderado con abogados más hábiles que han aprendido a utilizar los resquicios de las leyes que quedan y que permiten tener algún derecho, entonces frente a eso optan por apretar estas últimas tuercas que quedaban sueltas.

-¿Qué le parecen los dichos del mandatario el 21 de mayo, subrayando la necesidad de resolver las polémicas generadas por la judicialización de diversos proyectos a través de instancias como los tribunales ambientales?

Yo encuentro muy loco satanizar la judicialización de los conflictos porque se sataniza a la justicia. La gente está aprendiendo a defenderse y a ejercer sus derechos y satanizan eso. Yo no lo entiendo.

Con respecto a los Tribunales Ambientales, la gente que sabe señala que aún dependen mucho de Ejecutivo, o sea la gente duda de la imparcialidad de estas instancias, no de los jueces, es la estructura y la estructura dentro de la estructura.  El mejor ejemplo eran las Conamas, Coremas y ahora el Ministerio de Medio Ambiente. Hablamos de un sistema cooptado por el Ejecutivo, falta poner un piso que se liga con ordenamientos territoriales, planes de manejo integrados de la cuenca hidrográfica, línea de base, se trata de conocer nuestro territorio.

-¿Que opinión le merece la decisión del Comité de ministros de retomar el análisis del proyecto HidroAysén?

Yo veo un caos dentro del Gobierno que los ciudadanos comunes no podemos entender porque tu tienes a un ex ministro Longueira, que dijo claramente que el Comité de Ministro no se reuniría hasta que Colbún retirara el Hecho Esencial de la Superintendencia de Valores y Seguros en que dicen que no van evaluar más líneas hasta que no estén las reglas de juego. Sale Longueira para ser candidato presidencial y él mismo dice que HidroAysén está aprobado. Claro, se refiere a las centrales en un juego de palabras inteligente, porque a nivel de Corte Suprema y de servicios de Evaluación Ambiental están aprobadas las centrales  y la traba que va quedando es el Comité de ministros, que debe zanjar las reclamaciones. Frente a eso, yo veo un caos y una pugna de tráfico de influencias que debe tener que ver en este momento con  las campañas presidenciales y los financiamientos  tanto de las parlamentarias como las presidenciales.

-¿Por qué cree que el tema volvió a la palestra?

¿Por qué se plantea?, la respuesta es muy simple. Esta gente es dueña de los ríos Pascua, Baker e Ibañez, Puelo y toda el agua de los ríos del sur de Chile tiene un dueño. Los cauces no los controla Chile, no son de  los chilenos y las chilenas, no están bajo la tutela del estado chileno. De hecho, en este momento el principal controlador del agua que fluye por los ríos australes de Chile es una empresa italiana llamada Enel, que encima es 32% estatal por lo que el estado de Italia tiene mayor injerencia sobre el agua que fluye por los ríos australes de Chile que el propio estado chileno, para qué decir la comunidad, su injerencia es cero.

Les sale gratis el agua, la degradación de la cuenca, el valor paisajístico de la Patagonia, no tienen que pagar ni un centavo por el desastre que genera HidroAyasén.

-¿A qué cree que se deba este cambio de postura del Gobierno frente a tema tan cuestionado por la opinión pública?

Este gobierno no tiene nada que perder, su popularidad ya no puede llegar más abajo. Parece que ya asumieron que van a perder las elecciones. Es curioso que ya hayan dicho que nos les importa pagar ningún costo porque ya lo pagamos cuando autorizamos las centrales, dicen ellos. Es bien loco afirmar eso porque él que autoriza es el servicio de evaluación ambiental regional en base a criterios técnicos y el proyecto está autorizado desde La Moneda y hay pruebas de eso.

-¿Cuál cree que es el futuro de HidroAysén? 

Después de  la aprobación del Comité de Ministros – que es lo que va a ocurrir-  HidroAysén se va a las cortes otra vez, a la de de Apelaciones y a la Suprema. No hay que olvidar el ejemplo de Castilla. Hay cambios en las cortes; hay gente que dice que los jueces están con pataleta por  los Tribunales Ambientales y de Libre Competencia que le están restando potestad o lo que sea, pero han salido con fallos que son inéditos en relación a uno o dos años atrás, tenemos un trabajo legal que va a seguir. Después viene el trabajo técnico, administrativo. Hay temas importantes como que HidroAysén no tiene los derechos de aguas, la centrales específicas siguen no teniéndolos.

-Entonces el proyecto terminará por caerse, ¿esa es su apuesta?

Exacto, hay que sumar además la movilización ciudadana y todo lo que hemos hecho nosotros en promoción cultural con gran cantidad de artistas y que ahora vamos a intensificar de nuevo. Vamos seguir haciendo de todo, marcando presencia en los medios, con el apoyo de los senadores y diputados que se están aggiornando.

Al final se trata de un trabajo multifácetico en el que cubrimos muchos niveles y rangos y vamos a seguir haciéndolo. El  tiempo está favor de nuestra campaña porque cada día que pasa siguen madurando las ERNC y sigue creciendo la conciencia  respecto a todos los temas socioambientales porque así hay que verlo. En nuestro diagnóstico, si aguantamos un año o dos más con esta campaña, parando la implementación del proyecto, este se va a terminar por morir solo.  Yo he estado con banqueros extranjeros que me dicen que no se meterían nunca en un proyecto como este, el mercado mundial no está para este proyecto faraónico, gigantesco, excepto en países con gobiernos antidemocráticos o autocráticos, pero países como el nuestro van en la otra dirección.

-Y en medio de este panorama, ¿cuál es su diagnóstico a nivel general en temas energéticos?

Aquí hay un problema estructural, hay un arrastre y una inercia que está impidiendo que Chile evolucione, así lo diría yo. He conversado con gente que ha querido instalar plantas eólicas o solares y ellos te hablan de barreras estructurales legales, regulatorias y sesgos. El sistema está totalmente sesgado hacia al hidroelectricidad y también a las termos por toda la laxitud de la normas de emisión que está cambiando, pero hasta ahora ha sido así. Respecto a la hidroelectricidad, la situación es insólita: derechos de agua a perpetuidad, servidumbres para inundación. Está totalmente sesgado el sistema.

Además hay que sumar las barreras estructurales, legales y regulatorias, las informales. Existe un fuerte lobby en el Parlamento para que en el fondo no se puedan desplegar las ERNC. Es muy loco ver como se contiene un avance que podría traer un montón de empleo y una cantidad de bondades. Las ERNC son una especie de circulo virtuoso. 

– Respecto del cambio climático y los graves alcances que se han dado a conocer ¿cómo podemos enfrentarlos?

Hay imperativos muy fuertes en el planeta si uno mira los diagnósticos de muchos expertos. Vemos que no tenemos opción que hay que hacer un viraje hacia lo sustentable o simplemente estamos fritos, así de claro lo plantean los científicos. Esto no tiene ya vuelta atrás, pasamos el umbral de reversibilidad con el cambio climático. El aumento de 4 a 6 grados centígrados supone un cataclismos total y no estamos encaminando hacia eso, mira cómo la acidificación de los oceanos por el dióxido de carbono en la atmosfera está causando estragos, yo siento que la humanidad no está actuado a la altura de lo que se nos está viniendo encima.

-Y con Chile, ¿qué pasa?

Chile es un país hiper vulnerable al cambio climático. Basta con mirar lo que pasa en Coquimbo que ya es zona de catástrofe; Santiago está desertificándose…Me ahogo me da impaciencia esta cuestión. Y lo que esta en medio es el busisness as usual, las empresas. Antes la energía, la salud, la educación eran servicios públicos, pero ahora son negocios rentables para empresas  y no debiera ser así. Está bien que haya participación, pero en países como Chile está totalmente desequilibrado.

-¿Ustedes como ambientalistas como enfrentan esta lucha tan asimétrica?

Como siempre, somos 70 organizaciones de Chile, Argentina, Bolivia, Estados Unido, Alemania, España, Italia, Bélgica. Esta  pelea siempre ha sido asimétrica y, sin embargo, mira dónde estamos. La campaña de Patagonia Sin Represas es conocida en el mundo entero, realmente han cambiado cosas. La diversidad del Consejo de Defensa de la Patagonia nos ha hecho poderosos. En Italia hay 14 ONGs que se han metido en las juntas de accionistas de Enel en los últimos 4 años. Hemos incidido en el destino del país. Hace 7 años nadie o poca gente sabía que había una patagonia chilena, nadie sospechaba el tema del robo de las aguas. Pero hoy todo ha cambiado.

-Hay esperanzas entonces…

Si, sin duda ya no nos puedan pasar ruedas de carretas dinosáuricas tan fácilmente en este país. Y el tiempo está de nuestro lado y de salvar la Patagonia. Nosotros estamos contra HidroAysén pero eso es secundario, porque lo que buscamos es un Chile distinto y dentro de eso se incluye los modelos energético y de desarrollo. Chile debe salir de la etapa de promover exclusivamente el aumento de la capacidad de generación, y entrar de lleno al manejo por el lado de la demanda, una meta que ha sido planteada desde hace tiempo en el sector, que comienza con la eficiencia, el ahorro y la conservación de la energía pero continua con modificaciones radicales del modelo de desarrollo para disminuir la demanda y el consumo.

Esto es algo que no se puede lograr atrapados en la fase productiva primaria, vendiendo concentrado de cobre,  harina de pescado,  pulpa de celulosa y astillas de pino. Esas industrias son las más intensivas en el uso de energía, las más intensivas en el uso del agua, las más contaminantes y no generan capital humano, hay que pasar a una fase productiva terciaria, en la que se produce inteligencia conocimiento, know how, servicios intangibles y con eso cae la demanda de energía, de agua y la contaminación.

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