Ley REP: los desafíos en la gestión y valorización de residuos
Con la futura puesta en marcha de la normativa, se espera que las empresas se hagan cargo del destino –post consumo- de los productos que elaboran.
Por Redacción EL DÍNAMO
La recientemente promulgada Ley 20.920, más conocida como Ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor), establece un inédito marco regulatorio para la gestión de residuos y define explícitamente la responsabilidad que tienen las empresas productoras en esta materia. Esto, en un intento de alcanzar lo que se denomina como “economía circular”, es decir, minimizar al máximo posible los residuos, intentando darles una segunda vida y procurando que sólo una pequeña cantidad vaya a los rellenos sanitarios.
En vista de esta nueva normativa y con el fin de analizar sus alcances, se desarrolló un seminario en el Centro de Innovación UC. La actividad, que se inició con las palabras de bienvenida de Rodrigo Valiente, director de Planificación y Desarrollo de Negocios de KDM Empresas, abordó en su primera exposición una introducción acerca de esta ley y sus principales directrices, la cual estuvo en manos de Alejandro Smythe, abogado y secretario ejecutivo de AMUSA (Asociación de Municipalidades para la Sustentabilidad Ambiental).
En este contexto, Smythe destacó que a partir de esta leylas empresas deberán hacerse cargo -durante todo el ciclo de vida- de los productos que elaboran y comercializan. De esta manera, deberán velar por el destino “post consumo” de sus productos, asegurando que tengan un adecuado tratamiento.
Cabe mencionar que, cuando hablamos de productores nos referimos a quienes fabrican envases y embalajes, pilas, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, aceites y lubricantes, y neumáticos.
Las tres “R”
Reducir, reciclar y reutilizar serán conceptos que se escucharán cada vez con más frecuencia en nuestro país, pues la Ley REP instaura estos como parte de sus pilares. Todo, con el propósito de contribuir a la sostenibilidad y mejorar el panorama nacional, aún muy lejos de lo que se hace –principalmente- en países de Europa y Norteamérica.
Para cumplir con estas desafiantes tareas, el rol que jugarán las municipalidades será fundamental, como bien lo resaltó Raúl Torrealba, alcalde de Vitacura y presidente de AMUSA. En esta oportunidad, el edil hizo énfasis en los municipios como eje central de los procesos, al ser los encargados de celebrar los contratos con los gestores autorizados y los equipos SIG (Sistemas Integrados de Gestión), además de ser los llamados a promover la educación ambiental.
Sin embargo, para aterrizar estas tres “R” se necesita más que una normativa, pues se trata de un cambio de paradigma, uno que invita a ver “un residuo como un recurso”,y desde esta perspectiva se debe procurar su revalorización, según destacó Paloma Infante, jefa del Departamento de Regulación Ambiental del Ministerio del Medio Ambiente, y quien también participó como expositora en la jornada.
Bajo este escenario, se requiere implementar una cadena evolutiva que se inicie con la prevención, donde sería ampliamente positivo incluir al ecodiseño,pasando por la preparación del producto para su futura reutilización,reciclaje, valorización energética y eliminación.
Innovación
Si bien, aún no han sido dictados los reglamentos contingentes a esta ley, el establecimiento de ésta ya plantea un desafiante panorama para todos los actores involucrados, es decir, para los productores, generadores (nosotros), el Ministerio y Superintendencia del Medio Ambiente, municipios y sus respectivas asociaciones, equipos de trabajo SIG y gestores.
De igual forma, en este nuevo contexto, tiene un lugar importante la innovación, tal como la que representa la planta de separación de residuos para el reciclaje que se ubicará en Quilicura y que lidera la empresa Zyklus.
Ésta, la primera en su tipo dentro de Chile, permitirá clasificar y valorizar comercialmente los residuos reciclables, dejándolos listos para que sean reutilizados en el proceso de creación de nuevos productos.
Este proyecto, que se emplazará en un terreno de 50 mil m2, recibirá residuos de origen domiciliario y comercial, correspondientes a envases y botellas plásticas, envases de aluminio y metal, envases tetra pack, y papeles, cartones, diarios y revistas.
“El principal impacto radicará en el volumen que estamos pensando en mover: 360 mil toneladas. Calculo que, dentro de lo potencialmente reciclable, equivaldría al 50% de la Región Metropolitana”, señaló Fernando Hunt, gerente general de Zyklus y quien presentó este proyecto en el marco de este seminario.
