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12 de Abril de 2013

[Fotos] Marcelo Montecinos y sus 50 años de oficio en “el peor momento para el fotoperiodismo”

En conversación con El Dínamo, el fotógrafo conversó detalles de 'Marcelo Montecinos, 50 años', libro que resume su prolífica trayectoria y contiene cientos de imágenes, “la mayoría inéditas”.

Por Boris Yaikin
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Pese a ser uno de los referentes más reconocidos de la fotografía en Chile, Marcelo Montecinos no quería hacer fotos. Quería dedicarse a la docencia de literatura, pero su interés por congelar imágenes lo hicieron tomar su cámara y retratar los procesos históricos y culturales que desordenaron América Latina en los años sesentas. Y así ha continuado por más de cincuenta años.

Montecinos nació en Santiago pero vivió desde los 11 años en Estados Unidos, gracias a que su madre se desempeñaba como periodista en la embajada chilena en Washington. En esa ciudad, obtuvo el grado de Bachelor of Arts, en Relaciones Internacionales en la George Washington University. Y recién con treinta años, volvió al efervescente Chile de las Unidad Popular a desarrollar su carrera como fotógrafo.

Así, tras el golpe de Estado -y fotografiar obsesivamente el frontis de La Moneda bombardeada- comenzó a dedicarse por completo a la fotografía, con una destacada participación como fotoperiodista durante la dictadura militar, la que lo llevó a vincularse durante los 80 a la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI).

Sus imágenes sociales de la época también lo llevaron a participar en uno de los libros más trascendentales en la historia de la fotografía en el país: Chile From Within. Publicado en 1990 en New York, el libro reúne imágenes tomadas entre 1973 y 1988 que no habían salido a la luz y que denunciaban los atentados contra los derechos humanos. Con un inconmensurable valor documental, el libro también incluyó fotos de, entre otros, Alejandro y Alvaro Hoppe, Claudio Pérez, Luis Poirot y de Christian Montecino, hermano de Marcelo, muerto a manos de la dictadura en 1973.

Como fotógrafo, Montecino recorrió Bolivia, Estados Unidos, Guatemala, Ecuador, República Dominicana, Cuba, Nicaragua, El Salvador y Colombia, siempre haciendo imágenes de los distintos conflictos sociales, pero también abarcando temáticas más amplias que van desde el retrato, al pasajismo o al desnudo.

Desde entonces, Montecino ha trabajado como ‘free lance’ para distintas publicaciones internacionales, como Gamma-Liaison, Newsweek, Washington Post, Financial Times, entre otros.

Hoy, Marcelo Montecino continúa radicado en Washington, donde trabaja en un libro de imágenes de Santiago, en el que reconoce estar enfocado hace muchos años sin que pueda “encontrarle aún el hilo conductor”.

En conversación con El Dínamo, el fotógrafo conversó detalles de ‘Marcelo Montecinos, 50 años’,  de Pehuén Ediciones,  libro que resume su prolífica trayectoria y contiene cientos de imágenes, “la mayoría inéditas”, según explica el propio Montecino.

Desde Washington habla de sus eternas temáticas, de fotoperiodismo, de cámaras, lentes y encuadres; y adelanta que el próximo año tiene planeado regresar a Chile, donde pretende “vivir mis años dorados e ir a hartos bares con Wittke, los Hoppe, Pérez y bellas fotógrafas”.

Tu libro más que ser una antología es una cronología. Viéndolo ahora con más distancia, ¿qué temas son los que tú logras identificar en tu obra?
-Creo que son los mismos temas de la mayoría de los fotógrafos: el descubrimiento de la magia y singularidad de la imagen, la solidaridad, eros, y la denuncia. Y a la larga todo se funde.

La calle y el desnudo han marcado tu carrera. ¿Cómo se complementan estos temas?
-Del desnudo aprendí composición y armonía. De la calle aprendí el amor a la espontaneidad y el asombro del azar.

¿Hacia dónde han ido evolucionando esos temas?
-La evolución que veo es mi esfuerzo de superar la exigencias del oficio y tratar de liberarse de todas la trabas y ser lo más espontáneo posible. Nunca quise o pude ser de los fotógrafos que arman una foto. Nunca supe lo que iba a hacer al día siguiente. Para mi siempre fue un asunto de encontrar una sorpresa que me haga feliz. Aún sigo encontrando cosas en mis divagaciones callejeras. Y aún espero que mis fotos tengan más de una lectura.

¿Qué elementos de composición notas has privilegiado en la construcción de tu fotografía?
-Eso se lo dejo a los críticos especializados. Lo que sí te puedo responder es que los diagonales son fundamentales para crear tensión en la tiranía del rectángulo.

¿Crees que con este libro se salda una deuda pendiente con tu trabajo y en parte, con el trabajo de los fotógrafos del país?
-Claro que sí. He tenido mucha suerte de poder hacer un libro tan completo que pone claramente en evidencia mis vaivenes por la fotografía y la vida. Quizás debí ser un poco mas parsimonioso o haber dejado a otra persona ayudar a editar este tomo tan ambicioso. Y si este libro le sirve de algo a algún fotógrafo joven, entonces he saldado una deuda.

De fotoperiodismo, cámaras y lentes

¿Crees que “si la foto no es buena es porque no estabas lo suficientemente cerca”, como aseguraba Capa?
-Por supuesto. Este es uno de los pocos aforismos sobre la fotografía que es verdad en el sentido literal y metafórico.

Llegaste al Fotoperiodismo con el golpe de Estado. ¿Se puede hacer foto periodismo sin conflictos sociales?
-Nunca va a haber un mundo sin conflicto social. Me imagino que siempre habrá un mercado de fotoperiodismo frívolo, de farándula, y de estrellas. Es una opción, pero no creo que sea mucho.

¿Cuál crees es el estado actual del fotoperiodismo?
-Creo que estamos pasando a través del peor momento para el fotoperiodismo. Ya no existen las grandes publicaciones que estaban dispuestas a pagarle, a veces, por semanas a un buen fotoperiodista. Ahora se nutren de fotos tomadas hasta con teléfono celular.

¿Qué características se deben tener para desarrollarse como fotoperiodista?
-Lo que se necesita es mucho amor por el oficio, y estar dispuesto a ser pobre. Además hay que tener en mente que el fotoperiodista es como los deportes en el que se tiene una vida corta. Además le recomendaría a los fotógrafos jóvenes tener otro oficio que suplemente lo poco que se gana en el fotoperiodismo. Y no está demás tener un buen ojo y un solido conocimiento de los hechos que cubres. Y lo más importante de todo es que aprenda a viajar, especialmente fuera de Chile.

¿Qué cámara ocupas hoy?
-Estoy usando una Canon T2i y una Fujifilm X10 que es una gran camarita pero cuya batería es muy pequeña y no dura nada. Estamos en una época postcamara donde casi son desechables y se pueden hacer buenas fotos con cualquiera.

¿Para hacer fotoperiodismo, un lente corto o un tele objetivo?
-Si te vas a atener al axioma de Capa el mejor lente es el equivalente a 35mm. Pero, a veces si estas reporteando vas a necesitar lentes especializados. Por ejemplo, yo tenía un tele de 300mm que le llamaba mi lente Pinochet ya que a veces era la única manera de acercarse. Además las fotos del viejo era lo que más se vendía.

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