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17 de Julio de 2014

Costanera Sur: oportunidades de un nuevo acuerdo para hacer ciudad

El desarrollo urbano inclusivo y sostenible, es profundamente democrático. Recogen distintas visiones y expectativas de vidas, para traducirlas colaborativamente en proyectos de vidas.

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Desde hace algunas semanas, la orilla del río Mapocho, específicamente en el sector correspondiente a la comuna de Vitacura, ha sido testigo del comienzo de una nueva controversia urbana en la ciudad de Santiago pero que tiene tintes históricos: la materialización de la Costanera Sur.

Los Ministerios de Obras Públicas (MOP) y Transporte han decidido licitar los estudios de prefactibilidad de la Costanera Sur en lado oriente de Santiago, que en su perfil original, considera ser una vía metropolitana, semaforizada, con una velocidad máxima de 70 kilómetros por hora y de 3 pistas por sentido. La Municipalidad de Vitacura por su parte, luego de firmar en diciembre pasado un protocolo de acuerdo con el MOP para facilitar la concreción de esta vía, encargó el estudio de un proyecto alternativo a la propuesta original del MOP para el sector comprendido desde San Francisco hasta el puente Centenario. Finalmente, completando el cuadro, los vecinos informados de los detalles del proyecto, se oponen a lo propuesto por el MOP y Transporte, y también al presentado por el grupo experto contratado por Vitacura. La razón: consideran que el parque que corre en la ribera del río se verá seriamente afectado.

Contextualicemos a la Costanera Sur: se propuso por primera vez hace más de 50 años. Era considerada parte de las vías estructurantes de Santiago – junto a la avenida Norte – Sur y la circunvalación Américo Vespucio – por el Plan Regulador Intercomunal de Santiago (PRIS) de 1960, la primera herramienta de orden urbano de carácter intercomunal de la capital. Posteriormente, en la Red de Transporte Vial de Santiago 1974 del MOP, se vuelve a considerar fundamental para la concreción de una visión metropolitana de Santiago. Sin embargo, es en el Plan Regulador Metropolitano (PRMS) de 1994 donde finalmente se definen las fajas viales para construirla en los sectores dónde aun no lo estaba y su perfil definitivo: se busca desarrollar una vía metropolitana de carácter urbano. Algunos de los tramos desarrollados en la actualidad son las dos pistas construidas entre General Velásquez y Balmaceda, en el lado poniente de Santiago (aun no abiertas al público), y las Avenidas Cardenal Caro, Andrés Bello, los casi tres kilómetros de mitigaciones del Parque Titanium (entre Nueva Tajamar y el puente Lo Saldes) y Monseñor Escrivá de Balaguer.

Es en esta última avenida donde se genera el conflicto entre vecinos y autoridades. El MOP tendría pensado evaluar la prefactibilidad del proyecto original de la Costanera Sur. Es decir, 3 pistas por sentido, lo que traería consigo expropiaciones a viviendas y parques. La I. Municipalidad de Vitacura pretende desarrollar un Plan Maestro más integral al contemplado por el MOP, que tenga el respaldo normativo de la creación de un nuevo seccional para el Plan Regulador de Vitacura. Este incluiría 2 nuevos puentes, la reorganización de los recorridos del Transantiago para la facilitación de las conexiones locales, una nueva área verde de 9 hectáreas al oriente de la avenida Tabancura, y además, la propuesta de la Costanera Sur en la actual Avenida Escrivá de Balaguer, con dos nuevas pistas paralelas a esta avenida pero inmediatamente continua a los gaviones de contención del río Mapocho. Serían dos pistas por sentido, respetando parte importante del actual parque.

Sin embargo, a los vecinos está solución no les parece y se oponen a cualquier opción de desarrollo vial en superficie. Argumentan que la propuesta del Plan Maestro de Vitacura sigue dañando las actuales áreas verdes, que esta facilitaría el desplazamiento de cientos de nuevos viajes por el frente de sus hogares y que además, la real motivación de todo este desarrollo vial, sería la de dar cabida a nuevos proyectos inmobiliarios del sector oriente de la comuna. En específico, la junta de vecinos A-14 de Vitacura solicita a través de su página web, una solución vial en trinchera cubierta o túnel minero. Sin embargo, esta propuesta sería inviable desde la perspectiva económica y tampoco funcionaría vial y urbanísticamente. En entrevista con Pablo Allard, urbanista y evaluador contraparte de la I. Municipalidad de Vitacura a los expertos contratados para el desarrollo de este plan, señala al respecto: “para construir una vía en trinchera cubierta o túnel minero, se tiene que destruir el parque para reconstruirlo encima. Además de esto, se deben hacer rampas de salidas y entradas a esta vía, junto con ventilaciones de los tramos. Todo esto es tremendamente disruptivo. Finalmente, esta solución inhabilita la posibilidad de mejorar la conectividad comunal en el sentido norte – sur, debido a la dificultad de conexión que este tipo de solución tendría con los puentes”. Con respecto a las aprehensiones sobre el incentivo al uso del auto de este proyecto, Allard comenta: “este proyecto viene a completar un déficit vial histórico que tiene la comuna. La Costanera Sur está concebida para dar cabida a flujos locales. Los viajes intercomunales se seguirán dando a través de la Costanera Norte”.

Después plantear este complejo panorama, me detengo acá, para en realidad, comentar el verdadero sentido de esta columna de opinión. El desarrollo urbano en Chile se torna cada vez más complejo. Tal como ocurre en Vitacura, las comunidades de muchos lados de Chile se han organizado para defender lo que a ellos les parece justo. Muchas autoridades han valorado la opinión de la ciudadanía, realizando nuevos esfuerzos para mejorar proyectos y planificar de acuerdo a necesidades de los vecinos. Por otra parte, la opinión experta y multidisciplinaria es al fin tomada en cuenta y se transforma en orientadora para autoridades y comunidades. A pesar de esto, las controversias siguen existiendo. Muchas veces, las posiciones parecieran estar tan distantes que autoridades y ciudadanía podrían caer en la tentación de romper el dialogo y/o de añorar desarrollos urbanos poco consultivos. Estas sinergias entre autoridades, expertos y comunidades no aseguran soluciones fáciles ni mucho menos rápidos caminos de entendimiento. Sin embargo, el desarrollo inclusivo y sostenible, es profundamente democrático. Recogen distintas visiones y expectativas de vidas, para traducirlas colaborativamente en proyectos de vidas. Es por lo tanto de suma importancia encontrar las metodologías e instrumentos necesarios para que estas problemáticas, lleguen a soluciones consensuadas en tiempos adecuados. Para que paradojalmente, hayan más fricciones similares a las que se están dando en Vitacura, y no nos enfrentemos a desarrollos de proyectos poco consultivos, absolutamente ingenieriles y tremendamente invasivos como lo fueron Vespucio Sur, Costanera Norte o los mismos corredores de transporte público.

Pd: El desarrollo de nuevas líneas de metro en zonas de alta densidad, es la forma más eficiente y sustentable de desincentivar el uso masivo del automóvil. Es desafío de las autoridades, equilibrar los (esperados) nuevos anuncios de líneas de metro entre las zonas del alta de demanda automovilísticas y aquéllas que requieren mayor y mejor movilidad debido a su crecimiento demográfico o aislamiento con respecto al resto de la ciudad.

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