Ex presidente de Colombia, entrevistado por Garzón: “No soy ni Pinochet ni Fujimori”
El ex Mandatario Alvaro Uribe fue entrevistado por el ex juez español en un nuevo programa de la TV colombiana, en un diálogo que no estuvo exento de tensión. "Vinieron a entrevistarme como el que entrevista a un delincuente", dijo Alvaro Uribe.
Por EFELa polémica marcó el debut como presentador de TV en Colombia del ex juez de la Audiencia española Baltasar Garzón, quien se estrenó en la televisión pública bogotana con una tensa entrevista al ex mandatario Álvaro Uribe, quien aprovechó la ocasión para reiterar su rechazo “a las condiciones” que han marcado el incipiente proceso de paz abierto con la Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC).
El periodista y especialista en el conflicto armado que vive este país desde hace casi 50 año, Pedro Medellín, dirigió con el ex magistrado el programa “Hablemos de paz y los derechos humanos”, un espacio sin editar que se prolongó durante más de dos horas en el bogotano Canal Capital.
El ex presidente Uribe (2002-2010) denunció haberse sentido interpelado:“Yo estoy aquí en la cárcel y vinieron a entrevistarme como el que entrevista a un delincuente”.
“Hace afirmaciones tan contundentes que parece que es verdad lo que dice, y no es verdad simplemente por el tono que utilice. Yo no le estoy acusando de nada, yo le he hecho las preguntas”, respondió el ex juez y asesor de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Colombia.
Uribe replicó a Garzón que él no es “ni (Augusto) Pinochet ni (el ex presidente peruano Alberto) Fujimori”, en alusión a la orden que emitió el ex juez el 16 de octubre de 1998 para la detención en Londres del fallecido dictador de Chile.
Durante la entrevista, el ex mandatario ahondó en su postura contraria a la forma en que se está planteado el proceso de paz entre el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y FARC, aunque matizó que su oposición no es a la paz, sino “a las condiciones”.
“(El Gobierno) ha preferido entrar a buscar la negociación con las FARC que mantener la seguridad democrática”, argumentó el ex presidente, al considerar que con una situación de orden público deteriorada “el Estado se sentará a la mesa en situación de debilidad”.
Asimismo, criticó que el acuerdo negociado por las partes desde febrero pasado y firmado en agosto de este año contemple la “elegibilidad” política de guerrilleros desmovilizados que hayan incurrido en delitos como el secuestro o el narcotráfico.
