Escándalo: Usaron campus de universidad española como escenario para porno clandestino
Pese a que no descartan iniciar acciones legales contra los responsables de la poco educativa película, desde la Universidad de Alicante indicaron que las personas que participaron en los rodajes "no forzaron ni estropearon" ningún elemento del campus.
Por RedacciónCon indignación reaccionaron las autoridades de la Universidad de Alicante (UA) tras acceder a una serie de grabaciones realizadas por una productora audiovisual en uno de sus campus que incluyen escenas de contenido pornográfico.
Las secuencias fueron realizadas en diversos emplazamientos de las instalaciones de la UA, situado en la localidad de San Vicente del Raspeig, como un aula del Aulario II, el hangar localizado frente al edificio de Relaciones Internacionales, delante de la Escuela Politécnica, o en varios estacionamientos del recinto.
Desde la universidad han señalado que las escenas fueron realizadas sin autorización del centro, ante lo que las citadas fuentes han apuntado que la institución académica dispone de un protocolo a la hora de permitir o no los rodajes en sus instalaciones, según el cual, se solicitan una serie de permisos, se informa del proyecto que se quiere desarrollar, y se decide, en base a los datos aportados por los interesados, si se da luz verde o no a la toma de imágenes.
Así, los vídeos han sido puestos a disposición de los servicios jurídicos de la UA, quienes estudian la posibilidad de emprender acciones legales contra los responsables de las grabaciones “clandestinas”, las cuales, tal y como han recalcado las fuentes consultadas, se realizaron “por cuenta y riesgo” de la productora.
No hubo daños
Sin embargo, desde la institución universitaria indicaron que las personas que participaron en estos rodajes “no forzaron ni estropearon” ningún elemento del campus, al tiempo que tampoco cometieron allanamiento, puesto que el recinto educativo es “un lugar abierto”.
De este modo, la universidad alicantina analiza el contenido de las escenas para determinar “hasta qué punto” su contenido puede “atentar” tanto contra la imagen de la institución académica como contra la de los propios estudiantes. “No es un caso habitual”, han añadido al respecto.