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8 de Noviembre de 2012

Víctimas del terremoto en Guatemala claman por ayuda y lloran a los 52 muertos

Más de 2.000 soldados, un millar de socorristas y una incalculable cantidad de pobladores participaban este jueves en los trabajos de rescate y limpieza de escombros en el más de centenar de comunidades de San Marcos, Quetzaltenango, Quiché, Sololá, Retalhuleu.

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Los miles de afectados por el terremoto de 7, 2 grados Ritchter que el miércoles sacudió a Guatemala claman hoy por la ayuda del Gobierno y de la sociedad para restablecer sus vidas, mientras lloran a sus muertos y buscan a los desaparecidos.

“Las escenas parecen de una película de miedo. No hubo una sola casa que no sufriera daños, unos leves y otros graves, en toda esta ciudad”, dijo Lesvia Maldonado, una de las afectadas por el sismo en la ciudad de San Pedro Sacatepéquez, del departamento de San Marcos, el más golpeado por el fenómeno natural.

Más de 2.000 soldados, un millar de socorristas y una incalculable cantidad de pobladores participaban este jueves en los trabajos de rescate y limpieza de escombros en el más de centenar de comunidades de San Marcos, Quetzaltenango, Quiché, Sololá, Retalhuleu.

En los departamentos de San Marcos, Quetzaltenango, Quiché y Huehuetenango fue declarado el “estado de calamidad” por el presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, a fin de atender de una forma más rápida la emergencia causada por el terremoto.

Maldonado dijo que la ayuda humanitaria enviada por el Gobierno a los afectados “ha sido efectiva”, y que la misma se ha “complementado con el apoyo de los vecinos”, pero expresó que teme quedar en el olvido al pasar la emergencia.

“Cuando esto deje de ser noticia nadie se acordará de nosotros. No sé cómo ni con qué vamos a levantarnos de nuevo”, señaló esta mujer de 34 años y madre soltera de dos niñas, que se quedó en la calle luego de que la humilde residencia en la que habitaba se desplomó.

Con temperaturas de menos de cinco grados centígrados, y a penas cubiertos con las frazadas que lograron sacar de sus destruidas viviendas o que les fueron facilitadas por algunos vecinos, miles de pobladores de San Pedro y San Marcos pasaron la noche a la intemperie.

Pérez Molina dijo este jueves que los damnificados por el terremoto “no están solos”, y aseguró que su Gobierno colaborará en la reconstrucción de las comunidades afectadas.

Medio centenar de fallecidos 

Según el recuento parcial dado a conocer por las autoridades, el sismo de magnitud 7,2 en la escala abierta de Richter, hasta el momento se ha cobrado la vida de 52 personas, dejó al menos 200 heridos y 22 desaparecidos.

Unas 5.251 personas perdieron sus pertenencias por completo, otras 1,2 millones fueron afectadas, y seis millones, el 45 % de la población total del país, están en riesgo si se repite un evento sísmico.

En la aldea El Recreo, en las afueras de la ciudad de San Marcos, una brigada de soldados, socorristas y vecinos han logrado rescatar los cadáveres de dos de los tres hombres que quedaron soterrados en una arenera.

Adriana Ramírez, una anciana indígena, esposa de una de las víctimas, fue atendida en el lugar por socorristas tras sufrir una crisis nerviosa al ver cómo los soldados sacaban de entre toneladas de arena el cuerpo de Cruz Benedicto de León, su esposo de 70 años.

“¿Qué voy a hacer ahora, qué voy a hacer sola?”, gritaba la mujer mientras intentaba zafarse de los brazos del socorrista que la sujetaba para impedir que pasará al área de peligro, observó un fotógrafo.

Además de su esposo, la anciana también perdió a sus dos hijos, de 22 y 28 años, quienes trabajaban en la arenera en el momento del terremoto.

Casi al mismo tiempo, en la plaza central del municipio de San Cristóbal Cucho, los vecinos trataban de consolar a Juan Vásquez, un joven de 17 años, quien perdió el miércoles a los diez miembros de su familia.

Los ataúdes de sus padres y ocho hermanos, que murieron bajo los escombros de la humilde vivienda que les cayó encima por el movimiento telúrico, serán inhumados en las próximas horas, y aunque Juan cuenta con el apoyo de los vecinos de su comunidad, no sabe qué será de su vida ahora que ha quedado solo.

El sismo del miércoles ha sido el más fuerte que ha sacudido Guatemala desde 1976, cuando un terremoto de magnitud 7,5 en la escala de Richter se cobró la vida de 25.000 personas y causó perdidas millonarias.

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