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27 de Marzo de 2015

La historia de la chilena que no quiso subirse al avión que se estrelló en los Alpes

Y es que Claudia Vásquez es una de las cuatro personas que no llegó al aeropuerto para subirse al aparato. El cansancio y el deseo de disfrutar un poco más del calor brasilero la hicieron desistir de hacer el enlace en Germanwings.

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El pasado martes, el teléfono de Claudia Vásquez no paró de sonar en todo el día. Y es que la chilena de 39 años aparecía en la lista de pasajeros del Germanwings que falleció luego que el copiloto del aparato decidiera estrellarse en los Alpes.

Sin embargo, Vásquez, quien es nacionalizada española, pudo hacer lo que las otras 150 víctimas ya no podrán. Contestar las llamadas y decirle a sus preocupados interlocutores que estaba viva, que seguía viva y disfrutando de esta segunda oportunidad, porqué como ella misma lo calificó, está viviendo “una segunda vida”. 

La mujer piensa desde las cálidas aguas de Florianópolis, Brasil, que la hizo no querer tomar el vuelo que la iba a llevar a su muerte.

Y es que Claudia Vásquez es una de las cuatro personas que no llegó al aeropuerto para subirse al aparato. El cansancio y el deseo de disfrutar un poco más del calor brasilero la hicieron desistir de hacer el enlace en Germanwings.

“Esta mañana he ido a pasear por la playa y he pensado un buen rato en toda la gente que ha muerto. Y he dado gracias por esta segunda vida”, indicó a La Vanguardia.

La chilena, casada con un inglés y madre de dos hijos, es dueña de una agencia de marketing especializada en el rubro alimenticio, por lo que hace meses que había comprado el pasaje a Dusseldorf para asistir a la reconocida a feria alimentaria Anuga de Colonia, destino de un número importante de las víctimas del fatídico vuelo AU9525.

“La vida la determinan las pequeñas decisiones”,  explicó, señalando que un asunto de trabajo la llevó a esta parte del mundo y que cuando debía retornar a Barcelona para seguir en viaje a Alemania, desistió.

El día del accidente ni siquiera se acordó que no anuló el pasaje. “Una amiga me mandó un correo sobre el accidente de un avión que volaba de Barcelona a Alemania. Allí ya intuí algo”.

“Si antes ya tenía las cosas claras, después de esto todavía más. Sólo tenemos una vida, una oportunidad, y por eso tenemos que disfrutar, entregar lo mejor de nosotros a cada minuto. Quiero mandar mi apoyo a los familiares de las víctimas pero también decirles que hagan todo lo que sus seres perdidos querían hacer. Y que no lo hagan sólo una vez, sino siempre”, sentenció.

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