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17 de Abril de 2017

La fórmula de Francia para ser productivo, trabajar menos y tener más vacaciones

En tanto, en nuestro país , se presentó un proyecto de ley que busca reducir de 45 a 40 horas semanales.

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En Chile el debate está instalado: mientras algunos dicen que no se pueden disminuir las horas laborales porque hay otros temas que solucionar primero, otros aseguran que la norma impulsada por la diputada Camila Vallejo ayudaría infinitamente a mejorar la productividad y la calidad en el trabajo.

¿Pero qué pasa afuera? Existen países que son un ejemplo de que el trabajo no se evalúa por la cantidad, sino que por la calidad. Francia es uno de ellos y el programa de la BBC, In Business, lo explicó de manera didáctica.

En el país galo, los trabajadores pueden laborar menos horas y tomarse más vacaciones que en otros países y sus niveles de rendimiento son cercanos a los de Alemania o Estados Unidos y mayores a los de Reino Unido.  “Esto implica que por cada hora que trabajan los franceses, obtienen un 30% más de resultado que un británico medio”, declaró John Van Reenen, profesor de economía en el Massachusetts Institute of Technology (MIT).

¿Cuál es la fórmula de los franceses para el gran nivel de productividad?

Alta inversión en tecnología y maquinaria: El sector minorista es uno de los más productivos de la economía francesa. Sus empresas se han visto beneficiadas por una laxa regulación, que ha permitido construir enormes hipermercados a las afueras de cada ciudad.   El profesor de la École Normal Superieure de Paris, Philippe Askenazy, realizó un análisis de los supermercados, los que son los más productivos de la OCDE, donde concluyó que “cuando ves el ritmo de trabajo de los cajeros de supermercado, por ejemplo, es mucho mayor en Francia que en otros países. ¿Por qué? Para empezar, son vigilados de cerca”, esto a través de tecnologías, información que posteriormente se utiliza para premiar a los mejores trabajadores.

“Probablemente tenemos más vacaciones que muchos países de la OCDE, pero cuando trabajamos, trabajamos duro”, recalcó.

Una buena infraestructura:  Debido al poder de la política regional en Francia, la infraestructura es buena en todo el país. Por ejemplo, la mayor parte de las ciudades están conectadas por tren de alta velocidad; sin embargo a pesar de jugar a favor de la productividad, esto se contrapone al generar empleos, ya que puestos que antes ocupaban personas, ahora están siendo sustituidas por máquinas.

Trabajadores aplicados: Las empresas invierten en altas tecnologías, por que los trabajadores son caros. Aunque hay lugares donde ya han reemplazado al hombre por la máquina, las personas son muy bien valoradas, ya que cuando trabajan, lo hacen aplicadamente. “Tienen que hacerlo, la semana es muy corta, son 35 horas. Pero lo gente lo acepta: es parte de la negociación colectiva”, explicó el director de recursos humanos de Gobain para Francia, Régis Blugeon.

Universidades de élite: El director de la École Centrale Paris y Supélec, Hervé Biausser, explica que lLe decimos a los estudiantes que tienen que desarrollarse en cuatro campos al mismo tiempo: el primero es el de la ciencia y la tecnología; el segundo son las empresas: tienen que entender cómo funcionan y se comportan, cómo cambian y cómo son dirigidas; el tercero es el mundo, tienen entender cómo funciona; y el cuarto son ellos mismos, tienen que desarrollarse ellos mismos como personas”.  La universidad son lugares con estándares de alto nivel, asociados a grandes empresas de Francia, sin embargo ingresar a una de ellas es todo un desafío.  No se trata solo de producir a los mejores científicos y académicos, sino que se enfatiza las cualidades de liderazgo también. Nadie que sea un ratón de biblioteca que no se sepa relacionar se gradúa de una de estas universidades.

Sin embargo, a pesar de estos factores que hacen a Francia uno de los países más productivos, existe un lado negativo, que los hace el país “enfermo” de Europa: poca fuerza laboral.

“Hay una dicotomía: junto a esas empresas tan eficientes también hay muchas empresas pequeñas no muy productivas, y a menudo muy viejas, con dinámicas empresariales no tan vibrantes como en otros países”, explica Nicola Brandt, economista de la OCDE especializada en Francia.  A esto se suma la baja tasa de empleabilidad. “Debido a una combinación de un salario mínimo relativamente alto y de los elevados costes laborales, además del hecho de que una gran parte de la población adulta tiene relativamente bajas cualificaciones, grandes sectores de la población están excluidos de la fuerza laboral, no trabajan. Así que los trabajadores menos productivos no están en la fuerza laboral”, detalló.

Al respecto, el profesor Askenazy declaró “con unas cifras de desempleo de dos dígitos, los políticos franceses han intentado promover medidas para aumentar el número de personas en el mercado laboral. Una de ellas es el desarrollo del autoempleo y de los contratistas independientes”.

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