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20 de Septiembre de 2017

“México sabe llorar”: conmovedor relato de una chilena en medio del terremoto

Desde ese lugar, una periodista relató a El Dínamo cómo vivió esta experiencia y lo que ocurrió en la zona donde se encontraba una vez terminado el sismo.

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La periodista y cantante Marilyn Lizama, miembro de Dúo Manzanares, se encuentra desde hace varios meses viviendo en México, donde vivió el potente terremoto de magnitud 7,1º que afectó al centro del país este martes y que dejó más de 200 fallecidos y varios edificios derrumbados.

Desde ese lugar, Lizama relató a El Dínamo cómo vivió esta experiencia y lo que ocurrió en la zona donde se encontraba una vez terminado el sismo.

Esta es su historia: 

A las 11 de la mañana del 19 de septiembre se realizaba el simulacro de terremoto en Ciudad de México, como cada año para conmemorar el que tuvo lugar en 1985 y que apagó más de 10 mil vidas. La realidad siempre supera a la ficción, 2 horas más tardes se produciría un movimiento de 7.1 grados Richter con epicentro en Morelos, a solo 120 kilómetros de la capital mexicana.

Dos semanas antes un terremoto de 8.2 se sentía en Oaxaca y Chiapas, el más intenso en cien años. Dos terremotos seguidos en un país que mira con estupor las noticias de los movimientos en países como Chile, que siente los temblores grado 3 y que de visita en nuestro país vaga pálido y desesperado por los pasillos cada vez que la tierra nos recuerda que está viva.

Cuando la razón no puede más, se suma la erupción del volcán Popocatépetl que se ubica entre Pueba y Morelos y que es parte una de las leyendas prehispánicas más representativas de México. Ah, y por cierto, un huracán grado 5, el más grande registrado hasta ese momento en el Atlántico, acechaba sus costas. Por suerte, de esa la libró.

Se suspendió el metro y la desesperación por llegar a casa se hizo insoportable, las calles se hacían aún más peligrosas con el miedo al volante. Se cortó la luz, teléfonos colapsados. Las cámaras de celulares grababan desde la altura la nube de humo que en hilera iba comiéndose a los edificios desplomados.

La organización fue inmediata, filas de personas acarreando escombros para lograr rescatar a quienes quedaron atrapados por los derrumbes, la tristeza inunda el aire, no se puede creer tanto desastre en tan pocos días. Facebook anuncia que amigos están bien, que se necesita urgente pilas y lámparas para seguir con el rescate en la noche; que faltan manos, que hay fuga de gas en la colonia Condesa, que hay peligro de que otros edificios se desplomen y que hay una mujer enviando mensajes a sus amigos desde los escombros para que la encuentren; motociclistas se ponen a disposición para trasladar a personal de salud y para ir en busca de lo urgente. Caos en la ciudad, caos mental de no creer lo que está pasando.

México sabe llorar, aquí el alma y el corazón se estruja con los asesinatos por el narcotráfico, por la corrupción, por la desaparición y muerte de periodistas por meterse en las patas de políticos y con los dueños de las calles; llora y se enfurece con la muerte de 4000 mil mujeres en lo que va del 2017, con la desaparición de  43 estudiantes normalistas, con las provocaciones de Trump por poner un muro que divida aún más las fronteras y por la persecución a los indocumentados que alimentan y limpian a Estados Unidos.

México supera la ficción a diario, pero estos terremotos vienen a crear el más increíble guión del último tiempo. Sin embargo, aquí también se respira resiliencia y amor, sobre todo amor. Aquí se trenza el dolor con el amor; se cocinan las lágrimas y se van curando en las manos de las mujeres, se zapatea el dolor al ritmo de un son jarocho y se le festeja con un mezcal.

Y es que esta tierra es fértil de fuerza, ilusiones y revoluciones. Tiene vida en cada suspiro, en las mejillas quemadas de sol labrando la tierra, en sus 68 pueblos indígenas, en sus maestros que no cesan de protestar contra una reforma educacional que consideran nefasta, en su maíz que crece en cualquier parte y de tantos colores. México ha resistido los embates del hombre y la naturaleza con la frente en alto, y ahí va, una vez más, llenándonos de esperanza al saber que a horas de la noche ha logrado rescatar a seis personas con vida de las entrañas de un edificio colapsado.

Si los Aztecas o Mexicas lograron hacer una ciudad sobre cinco lagos, no hay nada que no puedan hacer sus herederos. Ciudad de México junto a Morelos, el Estado de México y Puebla batallan para arrebatarle soldados a la muerte, esa muerte tan festejada y venerada en octubre, y se abrazan con Oaxaca y Chiapas para salir juntos de ésta.

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