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8 de Abril de 2011

5 datos de comida china para comer como chino

Los datos de esta semana nacen al recordar una vieja historia escolar.

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Los datos de esta semana nacen al recordar una vieja historia escolar.

A inicios de los ’90 mi vida transcurría en un noble establecimiento fiscal, época en que el bullying era un hábito y a nadie se le ocurría todavía enviarnos a un sicólogo. En resumen, a mediados del ’93 llegó a nuestro curso un extraño compañero coreano. Venía siguiendo a su familia dueña de un restaurante de comida china cerca del colegio, que se transformó en nuestro paraíso culinario. Por supuesto, al mes todos llamábamos a Kim, el “chino” y festinábamos con su básico español. Uno de mis grandes amigos dedicó especialmente su bullying a él y todo el día lo palanqueaba con él: “wena chino cu…, tráete un wantán pos chino, chino cochino, etcétera”.

Al mes de tandeo mi querido amigo descubrió, después de un grito ronco de Kim (“llo no sel chino, sel coreano”), que Corea no es lo mismo que China y que también ahí hay buenos karatecas cinturón negro. Lo único que no perdió al verse en el suelo y sin dignidad, fue su humor, gritando al caer: “entonces  pa’ que vendís comida china, coreano cu…”. Desde ahí cada vez que como comida china, Kim -“el coreano”, como lo empezamos a llamar”- aparece en mis pensamientos.

Yo soy un fanático de la comida china, la encuentro mejor que el sushi y menos pretenciosa. Al sushi, salvo el pescado crudo y uno que otro roll, poca gracia le encuentro. En cambio no hay nada mejor que un buen chancho con mermelada o costillar cantones, una jugosa carne mongoliana, o una buena parrillada de mariscos. Hasta el pollo le he encontrado gracia en un plato de pollo chiten. Y para qué hablar de los entremeses como wantanes, arrollados primaveras (esos sí que me gustan, los como hasta en la calle a la salida del metro Santa Lucía en las mañanas), empanadas de camarón mandarín, etcétera.

Y lo mejor, puedes encontrar un buen menú para dos, por menos de 10 lucas, o sea bueno, barato y abundante. Confieso que mi fanatismo es producto de saber de estos platos desde los grises ’80, mucho antes de que la comida chatarra y la comida fusión. Ahora son platos a los que les debemos lealtad.

Sólo me falta que algún experto me responda por qué la comida china en Chile, está hecha por coreanos… Yo no me atrevo a preguntárselo a Kim. Acá van mis datos:

1) El Kitcheng (Colón 5930, Las Condes, 3421200). Soy su fanático número uno, me deberían dar una tarjeta de cliente frecuente. Pidan para empezar el mix del local, prueben su cerdo cantonés y su parrillada de mariscos. Llevan a domicilio.

2) Xing Shung (Vicuña Mackena 8835, La Florida). Acá hay una buena mezcla de comida china a la chilena, con platos tradicionales chinos como el Gan Zheng Shao Mai (pronúncielo bien!) una especie de wantan relleno o luo bo su, una empanada de rábano. Y tienen pato en todas sus formas. Pregunte por la señora Xiu, su dueña, y resuelva el dilema de comida china preparada por coreanos en Chile, con la versión de una autentica maestra china.

3) El Yangtse (Príncipe de Gales 6907, La Reina, 2778204). Restaurant con vocación de pilo, que hace rato superó a algunos más renombrados. Platos abundantes y arroz perfecto. Pidan el diente de dragón con filete o Kompau camarón.

4) El Cam Xiong (Bilbao 899, Providencia, 2236491) Barato, pequeño, con los mejores wantanes de Santiago y un gran costillar cantonés. Pruebe su carne cinco sabores y vea la abundancia de cada plato.

5) El China Village (el mejor en Manquehue Sur 1022, 2290362) Un poco inhóspito el lugar y más caro que el resto, pero se ha llenado de premios por su buena comida. Todo lo tradicional chileno-cantones es espectacular, pero además tiene platos que rompen la norma: unas berenjenas flambeadas (siempre andan flambeando algo), el camarón de oro o el pato laqueado. El domingo hay que matar a alguien para entrar.

Un dato adicional, el I ching. Conozco el de San Martin 70, Santiago Centro, pero una buena amiga me dice que el mejor es el de Independencia. Abundantes platos y cariñosa atención. La mejor carne mongoliana que he comido. Hasta la próxima semana. Me quedo pensando mi propio ranking de las mejores mujeres con ojos rasgados. La número 1 es Catherine Zeta-Jones.

 

Sebastián Iglesias Sichel, abogado, 33 años, padre de Pedro. Ex muchas cosas. Casi casi otras tantas. Vinculado a la política por vocación, a los asados para ver a los amigos y a la música para acompañar la vida. A veces medio obseso, otras tantas emprendedor. Mis obsesiones del momento: renovar la política y hacernos cargo de la modernidad. Tratando de que nos renovemos hasta nosotros mismos y que nos hagamos corresponsables de nuestro futuro.

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