Gobierno busca evitar fracaso en votación de Fiscal Nacional tras bochorno con nominación de Contralor

“Si se rechazara, es una derrota para Enrique (Rajevic), que no se lo merece, y particularmente para mí, porque yo se lo propuse a la Presidenta. Estoy optimista, pero no confiado”. Éste fue el último intento de presión, a través de los medios, que realizó Jorge Burgos, ministro de Interior, para manifestar la fuerza y convicción con la que impulsaba el nombre de este abogado para Contralor General de la República -a cargo de visar los actor administrativos del Estado, así como también de fiscalizar el buen uso de los recursos públicos.

Si bien hubo factores del propio Rajevic que provocaron desconfianza – su cercanía con la Concertación, una demanda del Consejo de Defensa del Estado en su contra por el no pago de una beca, y la demora de 11 años para terminar un doctorado- su presentación ante la Comisión de Constitución del Senado fue catalogada como impecable.

La molestia continuó a causa de que La Moneda no discutió la nominación de Rajevic ante las bancadas de parlamentarios de la Nueva Mayoría. El vocero Marcelo Díaz reconoció que podría haberse negociado más y mejor. Sin embargo, quien terminó más dañado en este proceso fue Jorge Burgos. La frase citada al principio fue leída prácticamente como un aviso de que si no se aprobaba el nombre de Rajevic, el ministro del Interior podría presentar su renuncia.

Si bien se intentaron desactivar las críticas a Burgos -atribuyendo esta actitud a un humor elevado y fuertemente irónico- éste fue fustigado por declaraciones como la de Carlos Peña, rector de la Universidad Diego Portales y columnista político, que tildó que el titular de Interior ha ejercido su cargo de forma “adolescente”. Incluso se recordó su condición de hijo único, lo que entintaría sus actitudes negociadoras.

Así las cosas, el gobierno debió utilizar un resquicio legal -quitarle la urgencia a la votación del Contralor y luego volverla a ingresar, ganando a lo máximo 30 días más para negociar- y así evitar un aplastante fracaso, ya que de los 21 votos necesarios en el Senado, la administración Bachelet habría contado con tan sólo 17. Alfonso De Urresti (PS) ha negado su voto hasta último minuto, y el senador Juan Pablo Letelier (PS), si bien se cuadró con el gobierno en esta votación, le envió un duro mensaje a Burgos: “Mira, Jorge, el Senado no es un buzón y eso hay que entenderlo”, según reporta The Clinic.

Ahora se abre un nuevo escenario incierto. El gobierno quería evitar que se mezclaran la votación por el Contralor, junto con la que busca seleccionar al próximo Fiscal Nacional. La quina o selección se encuentra en la mesa de la Presidenta hace días, y de ahí saldrá el persecutor que deberá hacerse cargo de las investigaciones por presunto financiamiento irregular de la política, que tienen a tanto al oficialismo como a la oposición nerviosos.

Burgos quedó dañado, por lo que la mandataria, según El Mercurio, habría puesto sus fichas en la titular de Justicia, Javiera Blanco, la que habría sido mandatada por la Presidenta para avanzar con “el mayor diálogo posible” con los senadores, a la hora de generar una amplia mayoría para la aprobación del candidato del Gobierno.

Los candidatos entregados a Bachelet por el máximo tribunal del país son Raúl Guzmán, Luis Toledo, Juan Enrique Vargas, Jorge Abbott y José Morales. Las preferencias de la Democracia Cristiana y de la UDI estarían en torno a Morales, mientras que desde el gobierno manifestarían adherencia a la candidatura de Vargas.

En el Senado se busca lograr un amplio consenso y no son pocas las voces que han hablado de instaurar una especie de “canje” entre la elección del Contralor propuesto por Burgos, a cambio de un Fiscal Nacional elegido por la Cámara Alta. “Son cosas muy distintas. No (es negociable)”, manifestó el ministro de Interior ante esta propuesta, pero el tema es que al menos en estos días disminuyó su capacidad negociadora, por lo que el gobierno deberá enfrentar discusiones mucho más finas. Y si bien la palabra final la tiene la Presidenta, se tendrá que hacer un trabajo de relojería para evitar exponer a un candidato a dirigir el Ministerio Público al bochorno que ocurrió el pasado miércoles con Rajevic.