Cadem: 58% de consultados está de acuerdo con restituir la detención por sospecha

La preocupación de los chilenos ha estado enfocada en la seguridad y la forma en la que el gobierno ha enfrentado la delincuencia. De acuerdo a esta edición semanal de la encuesta Cadem, un 85% de los consultados considera que la delincuencia ha aumentado el último año, lo que representa un alza de 8 puntos respecto del mismo índice a mediados del 2015.

El susto sería tal, que 7 de cada 10 personas tiene bastante preocupación de ser víctima de un delito, y un 88% cree que estos crímenes con más violentos que lo que solían ser el año pasado, cuando este índice se ubicaba por el 81%.

En un contexto, de acuerdo al sondeo, donde las únicas autoridades cuya aprobación supera al rechazo son Carabineros y la Policía de Investigaciones, surge un complejo antecedente.

En el ámbito legislativo se estuvo discutiendo el control preventivo, que tiene que ver con que las fuerzas policiales estén en la facultad de detener a un individuo para consultar por su identidad, chequear si tiene órdenes de detención pendientes, lo que puede ocurrir “en cualquier lugar”, después de que el funcionario policial se identifique, y si es que esta persona no tiene medios para acreditar su identidad, será trasladado –sin ser esposado- a un recinto policial, pero no en calidad de detenido.

Al menos en redes sociales, esta iniciativa genera un importante rechazo, lo que contradice lo exhibido por este sondeo, donde esta medida cuenta con un 76% de respaldo.

El principal motivo del rechazo que expresan los usuarios de Twitter y Facebook principalmente, tiene que ver con las “similitudes” que tendría el control preventivo de identidad con la temida detención por sospecha, que tuvo su período más representativo en Dictadura. Esta ley fue establecida en el código penal hace 110 años, y levemente modificada en 1973.

Ésta rezaba que la policía podía detener a la persona que estuviese disfrazada y rehusara dar a conocer su identidad, y “al que se encontrare a deshonra o en lugares o en circunstancias que presten motivo fundado para atribuirle malos designios, si las explicaciones que diere de su conducta no desvanecieren las sospechas”.

O sea, si a un funcionario policial le parecía detener a una persona por cómo se ve, o si le parece sospechoso, podía hacerlo. Bajo Pinochet aquella norma fue usada y abusada. Esta norma dejó de estar vigente en nuestro país en 1998.

Sin embargo, de acuerdo a la empresa de encuestas semanales, los niveles de inseguridad que sufren las personas habrían cambiado la percepción respecto de esta norma. De los consultados, un 58% estaría de acuerdo con que se restituyera la detención por sospecha.

Este número no sería sorpresivo según los antecedentes de Cadem. Es más… el porcentaje es menor al que se registró en agosto del 2015, en el cual un 63% de los consultados respaldaba la detención por sospecha.