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21 de Julio de 2016

Hugo Herrera, ex director Sename: "Por esos sueldos no vamos a tener grandes especialistas trabajando con niños"

En esta entrevista, Herrera se refiere a los problemas que enfrenta hoy el Sename por la seguidilla de muertes en algunas residencias y otros problemas asociados al cuidado y rehabilitación de menores.

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El lunes recién pasado en la tarde, el saliente director del Sename, Hugo Herrera, llegó hasta la que fue su oficina en ese organismo para reunirse con la flamante nueva autoridad, Solange Huerta. El objetivo fue hacer un traspaso de mando ordenado, en un encuentro que duró varias horas.

La ex fiscal del caso Tsunami fue nombrada por Michelle Bachelet, tras la renuncia de Herrera el pasado sábado y en medio de los cuestionamientos a esta institución por la seguidilla de muertes en algunos de los centros de la red de residencias y otros problemas asociados al cuidado y rehabilitación de menores.

En esta entrevista a El Dínamo -la única que dará tras su salida, advierte-, Herrera, quien es militante DC desde hace 20 años, se refiere a los problemas que enfrenta hoy el Sename y a las críticas sobre el cuoteo político, sobre Javiera Blanco y la llegada de Huerta a dirigir la institución.

-185 niños y niñas murieron entre 2005 y 2016. ¿Cuál es su visión de por qué está ocurriendo esto al interior del Sename?

-En términos generales, las cifras hablan de niños con patologías bien graves. No solamente enfermedades, sino que problemas congénitos que enfrentan estos menores…

-¿No están siendo tratados de manera óptima?

-No es que no estén siendo tratados. Uno tiene claridad de que el niño va a fallecer de cierto rango de tiempo, porque tienen patologías graves. Hay niños con hidrocefalia, fallecidos por temas de transplante, niños con lupus, como es el caso de Rachel, que falleció hace poco. En casos donde hay dudas, el servicio ha presentado las denuncias y querellas correspondientes. Hay que poner en contexto también que hay niños que fallecen en Chile lamentablemente por distintas causas y no es negligencia general del aparato público, sino que obedece a muchas variables.

-¿Faltan herramientas para evitar esto?

-La prioridad número uno es que los niños tengan una buena calidad de vida. En 1990, más de 60 mil niños estaban en residencias y hoy son ocho mil. Hay un cambio en cómo se construye la política pública y en la sociedad, lo que ha permitido una disminución razonable. En estos últimos dos años se han arreglado más de 121 residencias y se han hecho mejoras en lo técnico para asegurar una calidad de vida.

-Se critica que los centros del Sename funcionan más como albergues que como un lugar donde puedan ser tratados y rehabilitarse en el caso de los que lo necesitan. ¿Comparte ese diagnóstico?

-Eso sería desacreditar la pega que hacen los funcionarios. Esto obedece a una estructura de la oferta pública, donde se hace reparación especializada de los derechos vulnerados contenidos en la Convención de los Derechos del Niño y Adolescentes ratificada en 1990. En ese sentido, ahí es donde nuestra legislación debe ser modernizada para que cada ministerio y servicio pueda abordar desde donde le corresponde las necesidades de cada niño y niña, en materia de rehabilitación, tanto en educación como en salud, en caso de drogas. Por eso es tan importante que salga adelante la ley de garantías que está hoy discutiéndose en la comisión de Familia de la Cámara de Diputados. No todo puede depender del Sename.

La rehabilitación

-¿Cómo se interviene hoy a los menores?

-La intervención dice relación a algo integral y ahí es necesaria la participación de diferentes organismos del Estado, que no existe necesariamente, para rehabilitar sobre drogas, o violencia, deserción escolar, problemas de habilidades parentales, lo que tiene que ser abordado no sólo por el Sename, sino que por la institucionalidad en su conjunto. Las herramientas para la exigencia sólo apuntan al Sename.

-¿Es un problema de recursos o de gestión?

-Es un conjunto. Hay recursos pero estos deben estar orientados en una política normada para poder exigir que ciertas cosas se cumplan. Insisto en que esto tiene que ser un tema de mejor gestión y mayores recursos, pero no va a tener un mayor impacto si no hay una normativa para que el Estado actúe conjuntamente para abordar al niño y su familia. La reparación de un niño es muy difícil de cuantificar en tiempo y recursos, porque depende de cada caso.

-Algunos piden que las residencias estén en manos del Sename y no de licitaciones a privados. ¿Sería un camino para la solución?

-Yo creo que es una discusión mucho más profunda que habla de cómo el Estado ejecuta sus políticas públicas, que le corresponde al Congreso. Hacer una evaluación de una política pública sólo distinguiendo entre privado y público creo que no me parece serio. Además, abordar todos los problemas desde lo residencial es un error, porque se puede generar una conciencia de que ahí están los mayores problemas y puede no ser cierto.

-Se habla mucho de las malas condiciones laborales de los funcionarios: muchas licencias médicas, alto ausentismo laboral, carga de trabajo alta, estrés, depresión. ¿Son reales esas condiciones?

-El trabajo que hacen los funcionarios del Sename o en los centros que dependen del Estado tiene una tremenda carga, porque llegan los niños más complejos del sistema. Desde el año 1994 se viene discutiendo sobre estos temas, relacionados a los turnos, porque estás conectado 24/7, haciéndote cargo desde la alimentación a la ropa. En los servicios de salud, por ejemplo, existe el cuarto turno, mientras que en el Sename sólo hay tres. Es un trabajo extremadamente desgastante.

-Desde el mismo Sename se critica que no hay profesionales capacitados para el trabajo que están haciendo. ¿Pudo observar eso?

-Es una acusación un poco liviana. De acuerdo al escalafón de sueldos del servicio público, no está considerado grandes perfiles profesionales para el trato directo con los niños, esto es algo histórico. Por esos sueldos que reciben no vamos a tener a un gran especialista trabajando con los niños. Tampoco las universidades están sacando gente especializada en este tipo de trabajo, por lo que terminando capacitándose en el mismo Sename. No es blanco y negro.

-Otros postulan que es necesario cerrar el Sename y transformarlo en algo totalmente nuevo. ¿Cambiaría en algo las cosas?

-El gran error es “senamizar” la discusión de la política de la infancia en Chile. La discusión tiene que ver con la prevención primaria, la reinserción escolar, cómo tener alertas tempranas, desde la salud en los controles a los niños y adolescentes, cómo derivar, cómo articular a las familias, todo con el fin de evitar la instancia del Sename, que es el órgano especializado en los niños más complejos. Debiera ser la última alternativa y eso no está pasando.

El cuoteo político

-Se habla mucho de que el Sename es un organismo de la DC, en términos de cuoteo político. ¿Le tocó ver esto?

-Es cosa de analizar a la gente que trabaja en el Sename. Lo del cuoteo es una frase a estas alturas un poco cliché en el desprestigio de la política. Aplaudo mucho lo que hizo la Presidenta de que la mayoría de los cargos de este tipo sean por Alta Dirección Pública, pero en el Sename la gente lleva muchos años, lo pueden ver si revisan. No digo que no exista un problema con el cuoteo, pero satanizarlo y decir que cada funcionario es por cuoteo político es aberrante.

-¿Alguna vez recibió una llamada de un superior pidiéndole contratar o despedir alguien determinado?

-Nunca. Como director nacional jamás recibí ninguna presión de nadie en ese sentido. Todo lo contrario.

-En Gendarmería se acusa a la ministra Javiera Blanco de haber solicitado ascensos puntuales de funcionarios. ¿Alguna vez recibió llamados de la ministra en ese sentido?

-No. Jamás recibí llamados de la ministra ni de nadie. No me hago cargo de lo que pueda pasar en otros servicios.

-Solange Huerta asumió diciendo que espera que sea la última designación a dedo y que espera que la próxima sea por ADP. ¿Cree necesaria la experiencia de los directivos en esta materia?

-Es necesaria, pero también soy crítico de que solo la experiencia da las herramientas para enfrentar un desafío como éste. Es un tema tan complejo, que la experiencia no es la herramienta para solucionarlo. Se necesita que se aúnen las voluntades políticas para hacer estos cambios.

-¿Huerta tiene la muñeca política para hacer estos cambios?

-La nueva directora tiene todo el respaldo de la Presidenta. Entiendo que está la voluntad por hacer estos cambios; de hecho, la misma Bachelet creó el Consejo Nacional de la Infancia, que ha estado diseñando políticas. Ahí creo que no se ha dado una “senamización” de la estructura que se busca dar y eso es acertado. El problema ha sido la “senamización” de la infancia.

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