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23 de Febrero de 2017

Cuba responde a críticas por impedir ingreso de dirigentes a la isla: acusa “plan tramado en Washington”

En un extenso comunicado, el diario oficial del régimen cubano, diario Granma, hace frente a las acusaciones que ha recibido en los últimos días.

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“Fracasa provocación anticubana” comienza un extenso comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, lanzado en el diario oficial Granma, para hacerse cargo de la controversia internacional generada por la prohibición de ingreso a la isla de diversos dirigentes, entre otros la ex ministra Mariana Aylwin, para que no participaran en una actividad organizada por la disidencia al régimen encabezado por Raúl Castro.

El texto comienza aludiendo a la situación que denunció el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, quien tampoco pudo viajar al país caribeño a, según el comunicado “recibir un ‘premio’ inventado por un grupúsculo ilegal anticubano, que opera en contubernio con la ultraderechista Fundación para la Democracia Panamericana, creada en los días de la VII Cumbre de las Américas de Panamá, para canalizar esfuerzos y recursos contra gobiernos legítimos e independientes en ‘Nuestra América’”.

El comunicado especifica que el “plan” fue organizado a través de diversos viajes entre Washington y otras capitales de América Latina, y habría tenido por objetivo montar en la capital cubana, La Habana “una abierta y grave provocación contra el gobierno cubano, generar inestabilidad interna, dañar la imagen internacional del país y, a la vez, afectar la buena marcha de las relaciones diplomáticas de Cuba con otros Estados. Tal vez algunos calcularon mal y pensaron que Cuba sacrificaría las esencias a las apariencias”.

Junto con Almagro, también serían “arrastrados” otros personajes derechistas que según Granma integran la Iniciativa Democrática para España y las Américas (IDEA), la que acusan que ha tenido actuaciones agresivas contra Venezuela y otros gobiernos de gobiernos progresistas y de izquierda en América Latina y el Caribe. A IDEA se sumarían otras entidades con “abultadas credenciales anticubanas” como el Centro Democracia y Comunidad y el Centro de Estudios y Gestión para el Desarrollo de América Latina y el Instituto Interamericano para la Democracia, del “terrorista y agente de la CIA Carlos Alberto Montaner”. Después exponen que estos grupos estarían relacionadas con la Fundación Nacional para la Democracia de Estados Unidos, que “recibe fondos del gobierno de ese país para implementar sus programas subversivos contra Cuba”.

Afirman que Cuba determinó negar el ingreso a estas personas al país.

A renglón seguido aseguran que posteriormente el país realizó un “intachable acto de transparencia y de apego a los principios que rigen las relaciones diplomáticas entre los estados, las autoridades cubanas se pusieron en contacto con los gobiernos de los países desde donde viajarían esas personas e informaron, trataron de disuadir y de prevenir la consumación de esos actos”.

Luego mencionan que las líneas aéreas cancelaron las reservaciones de los pasajeros, que unos pocos fueron reembarcados e incluso afirman que “hubo quien buscó manipular los hechos en función de estrechos intereses políticos dentro de su propio país, de cara a los procesos internos que en ellos tiene lugar”.

No faltaron pronunciamientos de defensores de falsos perseguidos, socios de pasadas dictaduras y políticos desempleados dispuestos a aliarse con vulgares mercenarios, al servicio y en nómina de intereses extranjeros, que no gozan de reconocimiento alguno dentro de Cuba, viven de calumnias insostenibles, posan como víctimas y actúan en contra de los intereses del pueblo cubano y del sistema político, económico y social que éste eligió libremente y ha defendido de forma heroica”, continúa el comunicado.

De Almagro y la OEA aseguran no estar sorprendidos de sus declaraciones y actos anticubanos, ya que en su tiempo al manto de la entidad multilateral “se ha destacado por generar, sin mandato alguno de los estados miembros, una ambiciosa agenda de autopromoción con ataques contra gobiernos progresistas como Venezuela, Bolivia y Ecuador”.

Después aseguran que se han multiplicado las “arremetidas antiimperialistas y oligárquicas contra la integración latinoamericana y caribeña y contra la institucionalidad democrática en varios de nuestros países”.

Luego, aseguran que “en una ofensiva neoliberal millones de latinoamericanos han retornado a la pobreza, cientos de miles han perdido sus empleos, se han visto forzados a emigrar, o fueron asesinados o desaparecidos por mafias y traficantes mientras se expanden en el hemisferio ideas aislacionistas y proteccionistas, el deterioro ambiental, las deportaciones, la discriminación religiosa y racial, la inseguridad y la represión brutal”.

Se emplaza después a la OEA por guardar “cómplice silencio” frente a estas situaciones y que a Cuba no se le puede vender “los valores y principios del sistema interamericano” ante la realidad latinoamericana. “Hay que tener escasa memoria para no recordar que, en febrero de 1962, Cuba se alzó solitaria frente a ese “cónclave inmoral”, como lo denominó Fidel en la Segunda Declaración de La Habana. Cincuenta y cinco años después y con la compañía de pueblos y gobiernos de todo el mundo, es menester reiterar, como aseguró el Presidente Raúl Castro, que Cuba nunca regresará a la OEA”.

Casi al cierre citan al héroe nacional de ese país José Martí, quien asegura que “ni pueblos ni hombres respetan a quien no se hace respetar (…) hombres y pueblos van por este mundo hincando el dedo en la carne ajena a ver si es blanda o si resiste, y hay que poner la carne dura, de modo que eche afuera los dedos atrevidos”.

“En Cuba no olvidamos las lecciones de historia”, cierra el escrito.

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