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24 de Marzo de 2017

De La Dehesa a Vitacura: la nueva casona de mil millones de ME-O y Karen Doggenweiler

A fines del año pasado, la popular pareja oficializó el que será su nuevo hogar y hoy están a la espera de que terminen las remodelaciones para poder estrenarla.

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Pasadas las 19:30 horas del martes que recién pasó, Marco Enríquez-Ominami se encontraba en la calle Juan Agustín Alcalde en Vitacura, en una casa a mitad de cuadra. En ese lugar -vestido de impecable pantalón de tela y camisa slim fit-, el candidato presidencial despedía a un grupo de trabajadores que se encuentra remodelando la propiedad que desde noviembre pasado es parte de su familia.

Por casi trece años, Karen Doggenweiler, ME-O y sus hijas vivieron en una amplia casona ubicada en La Dehesa, de propiedad de la animadora de TVN. Pero a mediados del año pasado, la historia de la pareja en ese sector de la región Metropolitana llegó a su fin tras poner en venta la propiedad.

La búsqueda de un nuevo hogar ahora estaba centrada en Vitacura, mientras toda la familia se trasladaba momentáneamente al departamento de la madre de ME-O, Manuela Gumucio, en Providencia. Eso hasta noviembre, cuando el proceso llegó a su fin y pusieron la firma -el 30 de ese mes- en un inmueble emplazado a tres cuadras del parque Bicentenario.

La nueva casona familiar -ubicada en un barrio de baja altura, cercano a comercios, colegios y un Starbucks- es una de las más grandes de la cuadra y destaca por su larga fachada de piedra gris. Son 960 metros cuadrados de terreno y 306 construidos, mientras que las restantes casas promedian 241 metros cuadrados. Cuenta con varios salones, una piscina, un extenso patio y áreas verdes con frondosos árboles.

La familia Enríquez-Ominami Doggenweiler debió desembolsar 36.500 unidades de fomento por la residencia -de acuerdo al documento oficial del Conservador de Bienes Raíces de Santiago-, equivalentes a $961.665.500 según la UF de ese mes, la que fue inscrita a nombre de la animadora de TVN, tal como ocurría con la propiedad de La Dehesa.

Por estos días, la pareja y sus hijas siguen viviendo en Providencia a la espera de que terminen los trabajos de remodelación de la casa para luego poder estrenarla.

El mismo documento señala que la compra del inmueble fue hecha a Juan Pablo Illanes Leiva, quien es ex director de El Mercurio y hoy asesor del mismo diario, además de presidente de los consejos directivos de la Universidad Diego Portales y de América Solidaria.

A propósito del interés público por el patrimonio y negocios de los candidatos presidencial y la familia presidencial, y que ME-O advirtió en una entrevista que buscaría que “el PRO sea el portaviones más probo, más ético y moral de Chile”, El Dínamo quiso conversar con los protagonistas de esta historia. Doggenweiler se remitió a derivar con el equipo de prensa de Marco, mientras que éste y su comando no respondieron a las diversas solicitudes de este medio ni a los recados enviados a través del presidente del PRO, Camilo Lagos.

El foco en los candidatos

La normativa actual establece que los candidatos deben realizar una declaración de intereses y patrimonio, donde se incluyan sus bienes, las sociedades en la que poseen propiedades y las actividades económicas de éstas. Respecto a sus familiares, la ley solo lo exige si están casados en sociedad conyugal o si administran bienes de sus hijos. Sin embargo, la legislación no establece esta obligatoriedad si están casados con separación de bienes o si los hijos son mayores de 18 años.

Así lo explica Octavio del Favero, coordinador legislativo de fundación Ciudadano Inteligente. “Es fundamental que las declaraciones no las hicieran sólo los candidatos, sino que también sus cercanos. A pesar de que sea importante proteger la intimidad de ellos, es necesario saber dónde y cuáles son sus intereses para que los ciudadanos podamos fiscalizar de que las decisiones de los candidatos o eventuales presidentes no vayan dirigidas a beneficiar a sus cercanos”, explica.

Si bien la casa de Enríquez-Ominami es una de las más caras de las actuales cartas presidenciales, ese inmueble es superado por lejos por el del candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera, quien posee una propiedad -la principal y donde vive hoy- con un avalúo fiscal de 1.194 millones de pesos y con un precio comercial de más de $2.350 millones.

La propiedad de Piñera -que tampoco está inscrita a su nombre- tiene un terreno de 5.841 metros cuadrados, de los que 990 están construidos. Ésta es una de las propiedades más importantes de la familia, junto a la casa ubicada a la orilla del Lago Caburgua -que tiene desde 1992-, un condominio de 40 departamentos en Bahía Coique y otra en Cachagua.

En el caso del ex presidente Ricardo Lagos, éste vive hoy en una propiedad ubicada en calle Rey Gustavo Adolfo en Las Condes, la que compró en 2012 por 337 millones de peso, a nombre suyo y de su esposa, Luisa Durán.

En tanto, el senador y candidato presidencial del Partido Radical, Alejandro Guillier, declaró tener cinco propiedades -dos en Ñuñoa, uno en Providencia, uno en Puente Alto y otro en La Serena-, mientras que el senador y candidato Manuel José Ossandón declaró solo un inmueble habitacional en Pirque, donde vive actualmente, y varias miles de hectáreas de uso agrícola.

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