Seis frases más comentadas de Carlos Larraín sobre el accidente de su hijo en su regreso a la TV
El ex senador se refirió a lo ocurrido en 2013 cuando Martín Larraín se vio envuelto en el atropello con resultado de muerte de Hernán Canales y cómo influyó esto en su salida de la política.
Por Redacción EL DÍNAMO
Carlos Larraín estuvo presente este domingo en una nueva edición de En Buen Chileno de Canal 13 donde abordó el escenario electoral a pocas semanas de las elecciones presidenciales, donde confirmó que votará por Sebastián Piñera.
Sin embargo, durante minutos la conversación estuvo centrada en lo ocurrido con su hijo, Martín Larraín, quien en 2013 se vio envuelto en el atropello con resultado de muerte de Hernán Canales, proceso del que fue absuelto.
En ese sentido, Iván Valenzuela le consultó cuánto influyó este hecho en su salida de la primera línea de la política. Estas fueron las respuestas del ex senador al referirse a este tema.
“Influyó mucho porque en realidad a mi hijo le dieron una capotera completamente injusta, una forma de linchamiento por ser hijo mío. O sea, yo me siento medio culpable con mi hijo y bueno, hubo tres sentencias absolutorias, la Fiscalía fue acusada de persecución judicial y de ocultar evidencia determinante al tribunal. Y si se ha visto una frase fuerte dirigida a la operación de los fiscales… Bueno, eso, evidentemente me terminó por inhibir. Yo terminé mi periodo como correspondía en la presidencia del partido, porque no creo en esto de que los presidentes de partido que se van a la primera de cambio y eso fue”.
“En Chile hay que tener mucho coraje para asomarse en la vida política y a mí ya me estaba fallando el coraje. Así de simple. Me machucaron mucho”.
“Yo tuve una funa adelante de mi casa. ‘Se invita a quemar la casa de Larraín y su familia’ y yo hice una denuncia, soy abogado, había una incitación previa muy manifiesta. Muchos miles adhirieron, me gusta, voy. Hice una denuncia a la Fiscalía y se demoró tres meses en responder: ‘La actitud que usted describe no es constitutiva de delito'”.
“Mea culpa no porque yo no hice nada feo. Hubo tres sentencias absolutorias, intervinieron quince jueces, no le se el nombre a ningún juez, ni traté de llegar a ningún juez. La justicia operó tranquila y soberanamente. Estoy muy orgulloso de lo que hicieron los tribunales de garantía porque procedieron con un espíritu feroz, porque aquí hubo una rara campaña deliberada por ser hijo mío. Yo le di notoriedad al asunto que de otro modo no habría tenido, pero eso no era de mi resorte”.
“Un senador de la república, que luego intervino en un sonado accidente de carretera, pidió que se constituyera una comisión oficial del Senado para tratar este caso. No lo voy a nombrar porque ni siquiera…”.
“¿Qué privilegio detectaron ustedes? El chiquillo se le arrastró a todos los tribunales de la República donde fue convocado y fue de buena fe, a cara descubierta. Se le señalaba en todos los diarios, foto de cuerpo entero como si fuera prófugo, se escribieron las tonteras más inverosímiles. El tipo encargado de descifrar el teléfono celular con el que andaban, interrogado por una juez un poco más preguntona, le dijo ‘a ver señor detective, cómo usted no mencionó en el juicio anterior que existía estos llamados a la policía y al hospital’. La respuesta del pajarito ‘es que quería ayudar un poquito’. El que se quiere esconder y huir del lugar del accidente no llama por teléfono a la policía. Privilegios, ninguno, eso te lo puedo asegurar”.
