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13 de Diciembre de 2017

“Soy hombre, heterosexual, blanco. No soy yo quien sufrirá con la derecha”: la carta de Boric donde anuncia su voto a Guillier

"Los mismos que se opusieron al divorcio, a la igualdad de los hijos nacidos fuera del matrimonio y que ven la inmigración como amenaza hoy tienen la posibilidad de volver a gobernar. Responsablemente, no puedo contribuir a ello".

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Ya es oficial. El diputado Gabriel Boric, una de las caras más reconocidas del Frente Amplio, anunció que votará por Alejandro Guillier en la segunda vuelta presidencial.

Y el parlamentario del Movimiento Autonomista dio a conocer una carta pública donde explica sus razones para entregarle su venia al abanderado de Fuerza de Mayoría.

Siempre he creído que quienes tenemos un liderazgo político tenemos el deber de dar cuenta de nuestras opciones y acompañarlas con argumentos que puedan ser debatidos en el espacio público. En el caso del voto en una elección presidencial con mayor razón, y considero un error escudarse en el secreto del mismo para evadir hacerse cargo de su justificación.

Como Frente Amplio impulsamos un proyecto país encarnado en Beatriz Sánchez, que por el contenido de nuestras propuestas y el tremendo liderazgo de nuestra candidata nos hizo merecedores de la confianza de miles de chilenos y chilenas, que se tradujo en más de un 20% de votación en la presidencial y una sólida bancada de 20 diputados y un senador. Pero no fuimos nosotros quienes pasamos a segunda vuelta y por lo tanto correspondía que tomáramos una posición ante el nuevo escenario.

El debate al interior del Frente Amplio fue rico en participación, diversidad y fraternidad, siempre con la vista puesta en el proyecto común que tenemos el deber de consolidar y empujar de aquí en adelante, y que cuajó en una declaración que expresa de manera fiel lo deliberado por nuestros militantes y muchos independientes en los territorios, por fuera de los límites del binominalismo estrecho que imperó durante las últimas décadas en nuestro país.

Durante las semanas siguientes, y en virtud de lo acordado tanto por el Frente Amplio como por el Movimiento Autonomista (organización de la que soy militante), interpelamos al candidato Guillier a tomar definiciones claras sobre los temas que convocaron a más de 1.300.000 personas a confiar en nuestro proyecto. Desgraciadamente Guillier decidió, en vez de escuchar a la mayoría social que puja por cambios estructurales, sostener una visión conservadora, en ocasiones ambigua, otorgando más relevancia a un equipo económico que parecía más preocupado de tranquilizar al gran empresariado que de conectar con los anhelos y esperanzas del pueblo de Chile. Pareciera ser que en él y su comando se asentó la idea que el anti-piñerismo basta para ganar una elección. Creo sinceramente que esto ha sido un profundo error.

En esta campaña de segunda vuelta ha quedado demostrado que no podemos esperar nada de las cúpulas de la Nueva Mayoría. Nuestro desafío entonces es trabajar intensamente a lo largo de todo Chile para consolidar al Frente Amplio como la fuerza capaz de empujar las transformaciones que nos permitan superar el neoliberalismo, lo que solo lograremos codo a codo con los movimientos sociales, sin marearnos con las instituciones y poniendo siempre por delante el proyecto colectivo a los protagonismos individuales.

Ya ad-portas de la elección, el tiempo de la interpelación terminó. En la disyuntiva final de qué hacer, confieso que durante los últimos días consideré seriamente la opción de anular. Y es que me resulta violento tener que optar entre dos candidatos que no me representan en lo absoluto, y por sobre todo creo no representan la vocación transformadora y anhelante de justicia e igualdad que comparten quienes han apoyado al Frente Amplio, ni tampoco a buena parte de las bases de los partidos que sustentan la candidatura de Guillier.

Reconozco que dentro del Frente Amplio hoy conviven diferentes posturas legítimas dentro del marco de acuerdo que nos hemos dado. Pero en mi opinión (y atendiendo al voto en conciencia que ha mandatado mi organización), creo es nuestro deber situarnos en la inevitable disyuntiva del voto del próximo domingo. Hay quienes sostienen que un triunfo de la derecha no sería grave porque esto facilitaría la consolidación del Frente Amplio como mejor alternativa política. Creo que este análisis incurre en un profundo error, pues no considera las condiciones materiales de vida de miles de chilenos que se verían seriamente afectadas en su dignidad como personas.

Soy hombre, heterosexual, blanco, chileno y diputado. No soy yo quien sufriría las consecuencias de una derecha profundamente retardataria. Los mismos que se opusieron al divorcio, a la igualdad de los hijos nacidos fuera del matrimonio, que defendieron la dictadura y que hoy se oponen al aborto, al matrimonio igualitario, ven la inmigración como amenaza y quieren militarizar la Araucanía (como ha dicho explícitamente J.A. Kast) hoy tienen la posibilidad de volver a gobernar. Responsablemente, no puedo contribuir a ello.

Por todo lo anterior, y con la profunda convicción de que el Frente Amplio es la mejor alternativa para cambiar Chile, este domingo votaré contra Piñera, marcando mi voto por Guillier. Gabriel Boric Font”.

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