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15 de Enero de 2018

VIDEO | “Fui hombre y me llamaba Julio”: confesión de diputada Pamela Jiles sorprendió a varios

La diputada electa del Frente Amplio se abrió con sus invitados, dando a conocer uno de los episodios de su infancia desconocido para todos.

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La diputada electa del Frente Amplio, Pamela Jiles, se robó el episodio de este sábado de La Divina Comida, con una impactante confesión cuando se llevaba a cabo la cuarta noche, precisamente en su casa.

Fue en una amena conversación donde la ex panelista de farándula confesó que durante su niñez quiso ser hombre y, de hecho, su familia la apoyó cuando un día despertó y quiso ser Julio, por lo que les pidió a todos que lo llamaran como tal e incluso, llegó hasta la peluquería para cortarse el pelo.

Así fue la conversación completa:

Jiles: Cuando tenía, ponte tú, seis años… Yo amanecí un día y dije ‘díganme todos Julio, porque ahora soy Julio’. Le pedí a mi papá que me llevara a la peluquería donde iba él (…) Fui largamente Julio, por lo menos un año. Me llamé Julio, en el colegio me dijeron Julio…

Guerrero: ¿Y actuabas como Julio? En términos de conductas más masculinas.

Jiles: Claro, pero como niña… Pero era niño. Además que yo era, en el sentido clásico y weonsísimo, bastante niño.

Caniulef: Estamos hablando de la década del ’60. ¿Cómo se explica, cómo se entiende? ¿La gente lo tomó como un juego tuyo?

Jiles: No.

Fosalba: ¿Se preocuparon?

Jiles: Un poco. Yo no lo sentí así y los testimonios posteriores, que esta cuestión de Julio se ha hablado muchas veces, como todas las anécdotas familiares, tampoco es tan especial pero de repente sale. Alguien dice ‘Julio Iglesias’, ‘ahh, Julio’. Está Julio presente, Julio quedó en el vagaje familiar, porque Julio hacía cosas muy divertidas porque hacía cosas como ponerse una concha de locos en los genitales.

Guerrero: Para parecer abultado.

Jiles: Yo me ponía un traje de baño azul que teníamos con mis hermanas, iguales. Uno bien apretado y entonces, ese me gustaba me lo ponía en la casa para poder ponerme una concha de locos que tenían mis papás de cenicero. Nadie se volvió loco, nadie me llevó al psicólogo… Fue largo, y un día amanecí y ya no fui más Julio.

Caniulef: A pesar de eso…

Jiles: Julio vive dentro de mí.

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