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24 de Noviembre de 2010

Cuéntame cómo es tu fiesta y te diré cómo va la economía

Actualmente existe una serie de instrumentos para medir qué tan sana está la economía. Mes a mes los empresarios, analistas y autoridades se desvelan esperando sus resultados para hacer anuncios, balances e inversiones. Pero hay un indicador no tradicional disponible y que puede ser de utilidad a la hora de evaluar las expectativas económicas, se trata de las fiestas de fin de año.

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Actualmente existe una serie de instrumentos para medir qué tan sana está la economía. Mes a mes los empresarios, analistas y autoridades se desvelan esperando sus resultados para hacer anuncios, balances e inversiones. Pero hay un indicador no tradicional disponible y que puede ser de utilidad a la hora de evaluar las expectativas económicas, se trata de las fiestas de fin de año.

Parece absurdo, pero es muy real. Las empresas que olfatean desbalances en la economía, entre sus primeras acciones está el “replantearse” las fiestas, no sólo por el gasto que significan, sino por las señales que envían a sus empleados. Esto transforma a este tipo de eventos en una buena forma de tomarle el “pulso” a la economía.

El “indicador” se hizo nítido en la crisis financiera del 2008. Muchas compañías dejaron de contratar a grandes animadores, músicos o humoristas y pasaron a potenciar figuras internas.  No fue raro ver a un  gerente simpático dirigiendo el karaoke o a la banda musical de los funcionarios  haciendo bailar a sus compañeros.

Bien lo sabe Philip Holzmann, gerente Desarrollo y Marketing de Espacio Riesco, uno de los lugares preferidos para los cierres de año. Según el ejecutivo, con la llegada de la crisis, “la mayoría no canceló, pero sí postergaron sus eventos para evaluar cómo evolucionaban los mercados”.   Holzmann cuenta que quienes mantuvieron las reservas, ahorraron fuertemente en el menú y los espectáculos. Ese año Espacio Riesco tuvo un 15% menos de ventas, aunque proyectaban bajar un 30%.

Similar es la situación que vivió Casa Piedra. El lugar preferido para las reuniones empresariales sufrió fuertemente la restricción de las organizaciones. Cristina del Oto, gerente de Ventas , confiesa que aún hay compañías que son temerosas, que prefieren actividades más austeras y menúes más baratos, “lo primero que sacan es el bar abierto”, cuenta.

Banca masiva: la más vulnerable

Una de las industrias más golpeadas por los vaivenes de la economía son la banca de consumo masivo y Santander Banefe lo sabe bien. Los funcionarios todavía recuerdan la fiesta del 2007 en donde la empresa gastó más de $60 millones en la celebración.  Buena comida, un espectáculo a cargo de Kramer y animación de Felipe Camiroaga. Todo lo contrario a lo vivido al año siguiente: desaparecieron los grandes shows, hubo pocos invitados y una sencilla comida en el estadio de la Corfo. Para el 2010 la cosa es más optimista. Junto a la reactivación económica, vuelven las megafiestas. En esta oportunidad serán 5 mil los invitados que disfrutarán de un show de Américo.

Banco Falabella también ha sabido de recortes. Si bien el 2008 se hizo una buena fiesta por los 10 años de la empresa, el ajuste vino el 2009. Sin un animador conocido, la actividad se limitó a la entrega de los tradicionales premios, una sencilla comida y un baile con música envasada. Pero pareciera que los ejecutivos del banco previeron mejores tiempos y para la fiesta del 2010, que realizó a comienzos de noviembre, bailaron al ritmo de La Noche y gozaron de la animación de Martín Cárcamo.  

Desde las productoras también hay buenas noticias. Cuentan que sus clientes están mejorando la calidad de sus regalos y realizando eventos especiales para áreas con buenos desempeños. Mauro Pino, de la productora de eventos Árbol de Color, reconoce que en su momento debieron “entregar una oferta que se adaptara a las restricciones que tenían las empresas”, pero que ahora  han vuelto “dedicar más recursos a premiar a los empleados con buenos resultados”.

La tendencia al alza en el “indicador” se ratifica por un estudio realizado por la consultora Deloitte. En él se señala que un 28% de los empleadores tiene contemplado aumentar el monto del aguinaldo con respecto al año pasado, alcanzando un promedio de $140.569 por empleado.

Un año más que se va… y las fiestas de fin de año comenzarán a copar la agenda de los funcionarios de casi todas las empresas. Se brindará por el compromiso y dedicación de los empleados, mientras todos esperan que el 2011 este “indicador” marque nuevamente números azules.

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