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7 de Julio de 2014

[Infografía] Así se configura la “reforma agraria” de Huenchumilla

Por Carolina Rojas / Daniel Martínez
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El hermetismo al interior del Gobierno es total. El diseño preparado es que no haya filtraciones hasta que los acuerdos con las comunidades mapuche por el traspaso de tierras esté cerrado o al menos muy avanzado para evitar que se “caigan” en el camino. Sin embargo, la semana pasada se observaron las primeras luces.

Temucuicui confirmó a El Dínamo el traspaso de 294 hectáreas, que el Ejecutivo compró al conocido agricultor René Urban -entre otros más pequeños- por 1209 millones de pesos, con quien esa comunidad mapuche ha mantenido un conflicto histórico en Ercilla, que se arrastra por décadas. Hoy, las tierras se encuentran inscritas a nombre de la comunidad en el Conservador de Bienes Raíces de Collipulli.

A ese trato también se sumaron las comunidades Ignacio Queipul Millanao -con 161 hectáreas ya inscritas debidamente- y Los Lolokos, por el traspaso de 29 parcelas avaluadas en alrededor de 3.500 millones de pesos.

El velo de secretismo da cuenta de una ambiciosa fórmula con que el gobierno busca dar término a algunos de los más emblemáticos conflictos por la devolución de tierras que exige el pueblo mapuche, en negociaciones que hoy está llevando adelante el Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) con apoyo de los ministerios de Desarrollo Social y Bienes Nacionales.

Según confidenciaron fuentes de gobierno, la extrema reserva se debería a que en las próximas semanas el Ejecutivo haría ese anuncio con una actualización respecto a la compra de tierras que se realizarán durante esta administración, de acuerdo al proceso que se viene realizando desde el retorno a la democracia. El broche de oro del anuncio serían los acuerdos con algunas de los grupos más radicalizados.

En estos últimos, se encontrarían también las comunidades Rayen Mapu y José Guiñón, quienes habrían alcanzado acuerdo con el Gobierno y sólo faltaría la inscripción oficial a nombre de las comunidades.

La serie de negociaciones con los parceleros del sector comenzaron al poco iniciarse el Gobierno. La primera etapa del pacto para Temucuicui se concretó en mayo, cuando la Conadi llegó a acuerdo de compra con Urban, quien llegó hasta una notaría de la ciudad de Temuco para realizar los trámites correspondientes. Al día siguiente acudió el lonko Juan Catrillanca para concretar; no se vieron las caras.De acuerdo a quienes vivieron el proceso, hubo acuerdo de las tres partes involucradas, por lo que se pudo avanzar sin mayores inconvenientes.

Situación distinta es lo que pasa con la Wente Wincul Mapu. Es una de las comunidades más radicalizadas e insisten en no aceptar este tipo de acuerdos por lo que consideran “migajas” y que no resuelven el conflicto histórico, según explica Luis Marileo, werkén de la comunidad.

El Factor Huenchumilla

“80 familias en 120 hectáreas. Cada una tiene una hectárea, y ahí viven. Y al lado de ellos hay un fundo de 2 mil hectáreas de una familia. ¿A quién pertenece ese fundo de 2 mil hectáreas? A un connotado empresario de Santiago, que va una, dos, tres o cuatro veces al año, seguramente en las vacaciones, a pasear con su familia, mientras al lado hay gente que no tiene cómo subsistir. Esto no tiene vuelta”. (El Mercurio)

Con esa frase, el intendente de La Araucanía, Francisco Huenchumilla, trazó las aspiraciones de su gestión: ser quien lidere la “devolución” de tierras al pueblo mapuche, ante las críticas de quienes inferían de su actuación un excesivo protagonismo. Por eso mismo, desde el Gobierno se le habría pedido prudencia en sus siguientes declaraciones a la prensa.

A cuatro meses de iniciado el gobierno de Michelle Bachelet, Huenchumilla se está moviendo rápido en La Araucanía. En sus planes está la solución a corto plazo de los conflictos más emblemáticos para encontrar la “paz” en el sector, donde ha hecho hincapié en los problemas que azotan a las comunidades: la pobreza y el abandono. Es allí donde el intendente centra su actual discurso.

Pero Huenchumilla no está solo en esa aventura. El sacerdote de Ercilla, Francisco Millán, -un crítico de estas políticas- dice que es posible que el problema de las comunidades no se solucione con la compra de tierras. “No se puede decir con palabras es un tema más profundo, por ejemplo la falta de trabajo en Ercilla es un problema, la gente no contrata comuneros de la zona, además le entregaron tierras a veces son cerros, sin mucha utilidad (…) Por otro lado creo que el traspaso de tierras puede bajar la violencia en las comunidades porque la presencia policial era un tensión permanente entre Carabineros y comuneros, saliendo del lugar podrán transitar libremente. La pobreza es otro tema…”comentó.

El eterno conflicto

Los comuneros de Temucuicui siempre acusaron al latifundista René Urban de hostigarlos, lo que se repite en la comunidad Wente Winkul Mapu con los parceleros con que colindan sus tierras. Así también lo han denunciado por años las comunidades, al sur de Malleco, que se encuentran inmersas en lo que llaman “Proceso reivindicativo de recuperación de tierras”. Las mismas también, son las comunidades más estigmatizadas y acusadas de ser la denominada “zona roja” del conflicto mapuche. En lo cotidiano esto significa vivir bajo extrema vigilancia policial y constantes allanamientos.

De las 1.798 comunidades mapuche en Chile, hay 42 en conflicto. Reclaman sus tierras ancestrales, derechos de agua, autonomía y, entre otras peticiones, la protección de sus lugares sagrados.

En la siguiente infografía, se puede observar algunas de las comunidades más representativas del conflicto ubicadas en la región de La Araucanía, con la cantidad de tierras que demandan, familias que viven en la comunidad y vecinos con quienes tienen conflictos. En su mayoría son forestales.

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