Autor de Transgénicos sin miedo: la comida orgánica “no tiene ninguna ventaja para la salud”
José Miguel Mulet defendió los transgénicos y arremetió en contra de la comida orgánica y de sus activistas.
Por Redacción EL DÍNAMO
El científico de origen español José Miguel Mulet afirmó que los alimentos orgánicos “no tienen ninguna ventaja para la salud y es cara”. Mulet, considerado como uno de los principales voceros a favor de la biotecnología, hizo estas declaraciones en Colombia a Dinero.com.
Sobre la comida orgánica, afirmó que “el que se la pueda permitir y quiera correr un riesgo sanitario, allá ellos. Yo no soy un consumidor habitual, primero porque es cara y porque no tiene ninguna ventaja para la salud y el medio ambiente”.
Mulet explicó que si aplicara el “principio de precaución” al que apelan algunos activistas de la comida orgánica, esta última tendría que prohibirse debido a que “es la que más problemas de salud está dando”.
Dichos planteamientos son los que ha expresado en sus libros, entre los que se encuentran “Medicina sin engaños” y “Comer sin miedo”, y también en su nueva publicación:“Transgénicos sin miedo”, la cual fue recientemente a presentar a la Universidad Javerina de Bogotá, Colombia.
En esta ocasión, el científico señaló que “el nuevo libro se llama ‘Transgénicos sin miedo’ porque no tenemos ninguna razón para temerles. Es una palabra maldita porque surge una campaña negativa sobre ella, una campaña por parte de grupos muy poderosos como partidos verdes y organizaciones ambientalistas que han conseguido que esa palabra sea asociada a algo malo”. Asimismo hizo hincapié en que “en realidad ‘transgénico’ es una definición técnica y no implica nada malo ni nada bueno de por sí, simplemente indica que ha sido utilizada algún tipo de tecnología”.
Además Mulet, quien es licenciado en Química y doctor en Bioquímica y Biología Molecular, fue categórico al afirmar que “los transgénicos son imposibles de prohibir, si ahora mismo se hiciera, automáticamente la producción mundial de soya y maíz se desplomaría. Estos son alimentos esenciales y base para alimentar al ganado”.
Pero eso no fue todo, ya que el científico lanzó una dura crítica hacia los activistas, a quienes encasilló en dos tipos: los que cobran y se han transformado en conferencistas profesionales, y los que efectivamente se creen el cuento. Y apuntó a que éstos “manejan presupuestos millonarios y necesitan mantener unas estructuras muy costosas. Se mantienen con base en donaciones, necesitan ganar espacio mediático para que la gente siga afiliándose y pagando una cuota”.
