Cuenca VIP: qué ver en la sofisticada ciudad ecuatoriana
Patrimonio de la Humanidad, imperdible es su renovado palacio para fiestas exclusivas, un spa con cavernas y piscinas que miran las cúpulas de las iglesias, pesca, la joyería en plata y oro, además de sus famosos sombreros.
Bastante peculiar podrá parecer a algunos turistas la gran cantidad de estadounidenses recorriendo las calles de Cuenca. No son jovencitos de mochilas, sino que adultos que están de compras cotidianas y comparten como un habitante más de la comunidad ecuatoriana emplazada en las montañas a cerca de tres horas de Guayaquil. Poco a poco la elegante y hermosa ciudad ha venido recibiendo a los norteamericanos, luego desde que el propio The New York Times la destacara como uno de los enclaves más atractivos para vivir en Latinoamérica.
Al bajo costo de vida, delincuencia escasa, un clima privilegiado (de eterna y floreada primavera en que las orquídeas reinan) y esa fama de amistosos de la que orgullosamente se jactan los cuencanos, se suma el reconocimiento de su centro histórico como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Motivos suficientes para que algunos norteamericanos decidieran convertir a este lugar en su residencia permanente tras jubilar.
Ciudad de infinitas iglesias, con cuatro ríos rodeándola, con edificios coloniales y ruinas indígenas, Cuenca tiene una energía vibrante que se mueve desde los mercados a sus clubes, galerías y sofisticados restaurantes.
Mujer Dínamo recorrió esta ciudad que sorprende en cada esquina y en unos alrededores mágicos y llenos de actividades.
Cómo llegar a Cuenca: Latam Santiago-Guayaquil. Vuelo a Cuenca o servicio de chofer privado (Carlos Mogrovejo, +593 99 0978961). También, afuera del aeropuerto hay transfers compartidos para presupuestos más ajustados (Operazuay, US$ 12).