Los tratamientos que funcionaron, que están en duda y que fracasaron para el coronavirus
Los científicos están corriendo contra el tiempo para encontrar una cura rápida y efectiva para frenar la letalidad del COVID-19, realizando todo tipo de experimentos y propuestas.
Por Sebastián Dote
La pandemia del coronavirus tiene a los científicos y especialistas en una carrera contra el tiempo para encontrar los tratamientos más rápidos y efectivos para tratar la enfermedad, la que ha presentado una gran propagación y una alta letalidad en todo el mundo.
Aunque no existe una vacuna para prevenir el contagio de COVID-19, laboratorios de diversos países han entregado sus propuestas para al menos evitar que los afectados lleguen a situación crítica y se recuperen con mayor velocidad, descongestionando el estresado sistema sanitario.
Algunos experimentos han resultado todo un éxito y se están aplicando directamente a los pacientes en los hospitales, mientras otros son dudosos sobre su efectividad. También hay algunos que fracasaron en sus primeros ensayos clínicos.
Los exitosos
Un paciente donando plasma.
Plasma de recuperados
Para algunos es el mejor de los tratamientos para curar el coronavirus con rapidez. El uso de plasma hiperinmune de pacientes recuperados de SARS-CoV-2 se aplicó a enfermos en Chile, demostrando su funcionamiento en personas que están con problemas pulmonares graves a causa de la infección.
El ejemplo concreto del éxito de este tratamiento es el del médico del Hospital de San Antonio, Andrés Meza (41), quien fue sometido a una transfusión y 24 horas después se mejoró de la dificultad respiratoria que estuvo a punto de llevarlo a la intubación. “Me sentí, casi mágicamente, recuperado”, contó a EL DÍNAMO.
Aunque el uso del plasma es totalmente experimental, los especialistas ya lo están viendo como una solución posible para evitar que los enfermos se agraven y permanezcan por varias semanas en la UCI.
Tratamiento sin vacuna
Otra noticia esperanzadora sobre el COVID-19 llegó durante esta semana desde China, país donde surgió la pandemia. El Centro de Innovación Avanzada en Genómica de la Universidad de Pekín informó de un tratamiento que serviría para curar e inmunizar temporalmente a los contagiados sin la necesidad de una vacuna.
El tratamiento, cuyas características aún se desconocen, está en fase de prueba pero va tan bien encaminado que podría estar disponible a fines de este año, aseguran sus creadores.
Los dudosos
Un envase de pastillas de cloroquina.
Cloroquina
Durante los primeros meses de la pandemia de coronavirus se buscaron tratamientos antivirales o probados en otras enfermedades infecciosas. Uno de estos medicamentos es la cloroquina, que se usa para tratar la malaria y otras enfermedades autoinmunes, como el lupus.
En algunos países, como Brasil, se ha autorizado la aplicación de este medicamento, el que por su toxicidad puede provocar daños en el sistema nervioso, el corazón, el riñón o el hígado.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió el 6 de abril pasado que “no hay evidencia de buena calidad” de que su aplicación sea efectiva para mejorar a los pacientes con COVID-19.
Hidroxicloroquina
La hidroxicloroquina es similar a la cloroquina, aunque se diferencia por la presencia de un grupo hidroxilo en su compuesto. Está disponible en pastillas que deben ser acompañadas con comidas, para evitar problemas gástricos, hepáticos o renales.
El uso de este medicamento ha sido defendido por el gobierno de Estados Unidos, pese a que al igual que la cloroquina tampoco ha demostrado ser útil para tratar el virus. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) del aquel país aseguraron que el tratamiento puede ser “bien tolerado”, esto a pesar de los estudios que señalan que su consumo puede generar dificultades cardíacas.
En Chile, el Colegio de Químicos Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile llamó a los pacientes a no automedicarse, advirtiendo que si bien el medicamento ha mostrado algunos efectos positivos “no existe evidencia científica suficiente para avalar su uso en la prevención de esta enfermedad”.
Los fracasos
Una dosis de remdesivir.
Remdesivir
Fue uno de los primeros fracasos en la búsqueda de un tratamiento útil para el coronavirus. El fármaco experimental remdesivir, del laboratorio Gilead Sciences, falló en sus primeros ensayos clínicos aplicados en China durante su aplicación durante el mes de abril.
Los primeros resultados, que fueron publicados en borradores de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señalaron que el medicamento no sirvió para mejorar la condición de los contagiados con COVID-19. Este mismo medicamento había fallado antes para el tratamiento del ébola.
Aunque las pruebas fueron un fracaso y sus conclusiones no fueron concluyentes, el remdesivir se está aplicando en países como México, donde se aseguró que sus resultados fueron exitosos. Sin embargo, el gobierno local señaló que el antiviral no está autorizado.
