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26 de Noviembre de 2014

¿Basura o historia? Los objetos abandonados por el hombre en la Luna

Viejas naves, vehículos, cámaras de fotos, pelotas de golf y hasta bolsas de orina: la humanidad sin duda ha dejado su huella en la superficie lunar.

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Dicen que la basura de un hombre es el tesoro de otro. ¿Puede asegurarse lo mismo de la larga lista de objetos hechos por el hombre que permanecen abandonados en la superficie de la Luna?

Y aunque parezca broma, dicho listado existe y fue confeccionado por la NASA. En sus 22 páginas, el documento consigna una amplia variedad de cosas: una pluma de halcón, varios vehículos en desuso, dos pelotas de golf, bolsas con orina y hasta retratos familiares.

El primero de estos “cachureos espaciales” fue el Luna 2, “una nave espacial lanzada por la Unión Soviética en 1959″,  explica Bill Barry, principal historiador de la NASA. “Desde entonces, diversos países han enviado una serie de cosas a la Luna, aunque la mayoría de lo que podemos encontrar allí –desde costosísimas cámaras de fotos Hasselblad, hasta herramientas y recuerdos personales- son parte de las misiones Apolo“, cuenta.

¿Por qué dejar estas cosas en el satélite terrestre? La razón principal, explica el historiador, fue el peso. “La tripulación recolectó una gran cantidad de material: rocas, muestras… Para traerlas a la Tierra tuvieron que tirar otras cosas“, explica Barry. “Les dieron la orden de deshacerse de todo lo que no necesitaban traer”.

La presencia de la pluma de halcón -y de un martillo- tiene otra explicación. David Scott, comandante del Apolo 15, quiso demostrar con ellos la teoría de Galileo sobre la gravedad, mostrando que ante su falta, los dos objetos, independientemente de su masa, caerían a la misma velocidad. “Scott los dejó caer sobre la superficie de la Luna y ambos hicieron impacto al mismo tiempo“, señala Barry.

/ NASA

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El impacto ambiental de los viajes a la Luna

Si la cantidad de objetos abandonados le parece excesiva –son más de 100- es ínfima en comparación con los que podría llegar a haber si se concreta el plan anunciado recientemente por un consorcio británico, que se propone llevar una sonda a este cuerpo celeste en diez años, con miles de objetos personales de quienes financien la misión, cuyos fondos serán recaudados a través de crowdfunding.

Margaret McLean, del Centro Markkula de Ética Aplicada de la Universidad de Santa Clara, en California, cree que una misión que se propone deliberadamente dejar objetos en la Luna, no es algo que deba tomarse a la ligera.

“Tenemos que considerar cuidadosamente qué impacto ambiental puede tener nuestro regreso a la Luna, sobre todo si la intención es perforar su superficie y dejar en el fondo una cápsula”, le dice a BBC Mundo.

“Tenemos que actuar con prudencia y considerar cuáles son los beneficios de estudiar las rocas lunares y sopesarlos con los riesgos de generar un daño ambiental“, añade.

En cuanto a las cosas que ya están abandonadas en la Luna, McLean reconoce que hay mucho que aprender de ellas y así como se protege el patrimonio histórico en la Tierra, como las pirámides o la Acrópolis, tiene sentido preservar lo que ya forma parte del paisaje lunar. No obstante, enfatiza que todo depende del valor que se le confiere a estos objetos.

“A los módulos, las herramientas, las huellas, la NASA los considera bienes“, explica, “pero para otros son basura. Y lo que para alguien es basura, para otro puede ser un tesoro“, sostiene.

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