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9 de Diciembre de 2013

Roman Polanski: "Dudo que hubiese sobrevivido si fuese un pesimista"

El director habla de su experiencia bajo el Nazismo, del asesinato de su esposa Sharon Tate, y también de los cargos de abuso sexual en su contra. "Para mí una entrevista es algo desagradable", admite.

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El director de cine Roman Polanski no sólo es  el director de cine más célebre de Europa, con clásicos como “El baile de los vampiros” (1967), “El bebé de Rosemary” (1968) y “Chinatown” (1974). También posee una historial personal trágica como pocas. Sus padres, judíos polacos, fueron enviados a un campo de concentración: su madre murió en Auschwitz, en los años 40. Sharon Tate, su segunda mujer, fue asesinada en 1969 por los seguidores de la secta satánica de Charles Manson. Ocho años más tarde, el cineasta abusó sexualmente de una niña de 13 años, un hecho que lo ha seguido hasta el día de hoy (ver recuadro, abajo).

Polanski cumplió 80 años en agosto. Su nueva película, “Venus in Fur”, es la adaptación cinematográfica de una obra teatral que a su vez se basa en una novela de Leopold von Sacher-Masoch, cuyo apellido dio origen al término masoquismo. Emmanuelle Seigner, la actual esposa de Polanski, es la protagonista. Sobre éste y otros temas, conversó con el diario alemán Der Spiegel.

En la película, la actriz le dice al director: “Tú eres el director. Tu trabajo es torturar a los actores”. ¿Es en parte la voz del director la que habla?

“Desde luego, a la larga he torturado a los actores. No intencionadamente, por supuesto. Pero a veces los actores tienen dificultades para aceptar su papel, en particular los hombres. A los hombres no les gusta en realidad aceptar órdenes. Cuando diriges a mujeres, ese problema no existe”.

– En agosto de 1969, varios miembros del grupo de Charles Manson asesinaron a su esposa (Sharon Tate) y a cuatro amigos en su casa de Los Ángeles. Ella esperaba un hijo suyo. Usted estaba en Londres desde poco antes, pero se quedó unos días más, y por eso no estaba allí la noche del suceso.

“Antes solía preguntarme cómo logré superar esa época”.

– ¿Ya sabe la respuesta?

“Ya no pienso más en ello. Tenía que llegar el momento en que dejase de pensar. Cuando ocurrió, mis amigos me decían que tenía que volver al trabajo, pero es imposible trabajar en esa situación. Eres incapaz de hacerlo. Solo el tiempo trae auténtico consuelo. Nada más”.

– ¿Cuánto tardó usted?

“Mucho (…) Un psiquiatra me dijo que tardaría al menos cuatro años hasta que pudiese funcionar otra vez con normalidad. Entonces me pareció mucho tiempo, pero resultó ser más de cuatro años. Me pregunto cómo un psiquiatra puede equivocarse tanto”.

– Es usted uno de los últimos testigos contemporáneos que puede relatar las experiencias en el gueto de Cracovia. ¿Habla usted de ello? ¿Con sus hijos, por ejemplo?

“Es complicado. Intento recordar mi relación con mi padre. Después de que él regresase del campo de concentración de Mauthausen, a veces se reunía con otros supervivientes. Y entonces hablaban del horror y de cómo sobrevivieron. De cómo mi padre usaba el papel de los sacos de cemento para vendar sus heridas infectadas, de cómo aguantaban el papel en su sitio con alambre para que no entrasen las pulgas. No me gustaban esas historias. Lo que menos me gustaba era cuando hablaban de los castigos”.

– ¿Cómo se enfrenta uno a todas esas cosas? Usted sobrevivió al gueto, su madre murió y su padre estuvo en un campo de concentración. Y luego, más tarde, unos dementes asesinaron salvajemente a su esposa embarazada… ¿No perdió toda la fe en la humanidad?

“No creo que usted filosofara sobre ello si le hubiese ocurrido algo similar. Se toma como algo personal. No te das cuenta del efecto que está teniendo en ti. No piensas en el mundo. ¿Por qué a mí? Tal vez sea porque fue algo tan fuera de lo normal. No solo para mí, sino para cualquiera”.

– ¿Fantaseó con vengarse? ¿Tuvo deseos de matar a la persona que se lo había hecho?

“Por supuesto que se fantasea con la venganza. Si me hubiese encontrado con uno de ellos inmediatamente después, probablemente habría reaccionado justo de esa manera. Pero dentro de mí también está la voz racional, mis convicciones. Siempre he estado en contra de la pena capital. Aunque entonces me enfrentaba a la pregunta de si esa gente debería ser condenada a esa pena, y qué se conseguiría con eso. Para el mundo fue un acontecimiento, pero, ¿qué pasaba conmigo? Mi amor se había ido. Al final, ¿qué más daba cómo me lo habían arrebatado, si por un cáncer o por un ataque al corazón? Cuando se pierde a alguien, se pierde a alguien. Las circunstancias se suman a la tragedia, pero solo para los extraños, no para la persona afectada personalmente”.

– ¿Cree que, de algún modo, las penalidades de su vida han hecho de usted el artista que es ahora?

“Así que usted es de los que creen que un artista tiene que sufrir. ¿Quiere decir que ha sido una suerte para mí pasarlo tan mal?”

– Eso suena un poco cínico.

“No soy cínico”.

– A pesar de todo, al final, ¿ha llegado a ser feliz?

“Sí, a pesar de que, en algunos momentos de mi vida, no me lo hubiese podido imaginar”.

– Debe de ser una persona optimista.

“De lo contrario, hoy no estaría aquí con usted. Dudo que hubiese sobrevivido si fuese un pesimista”.

Sobre abuso sexual a Samantha Geimer : “Siento de verdad lo que le ha pasado todos estos años”

En 1977, Polanski abusó sexualmente de la adolescente de 13 años Samantha Geimer en Los Ángeles. Fue juzgado en Estados Unidos y pasó 42 días en prisión. Pero cuando había cumplido la pena, el juez se retractó del acuerdo alcanzado por el fiscal de distrito y los abogados de Polanski y Geimer, lo cual provocó que el director huyese a Europa. Volvió a ser detenido en Zúrich en 2009.

-Samantha Geimer, de quien usted abusó sexualmente en casa de Nicholson cuando ella tenía 13 años, acaba de escribir su autobiografía. Gran parte del libro está dedicada a usted.

“Estoy casi seguro de que probablemente no será como yo lo recuerdo”.

-¿Ha leído el libro?

“No, pero lo conozco, por supuesto”.

– Hace poco tuvimos un encuentro con Geimer. No le guarda rencor. Pero, por supuesto, usted ya lo debe de saber.

“Sí, lo sé. Todo lo que puedo decir es que siento de verdad lo que le ha pasado todos estos años y la manera en que ha sido arrastrada por los medios de comunicación. Yo siempre intenté mantener su nombre al margen hasta que todo esto se difundió. Creo que ya no tengo nada más que decirle sobre el tema. Leeré el libro cuando se publique aquí, en Francia.

– Escribió una carta a Geimer en 2009 y por fin le pidió disculpas.

“Porque la había visto en televisión. Para mí fue importante verla por fin”.

– ¿No podría haber pedido disculpas antes y no 32 años después del incidente?

“No había motivo. Todos intentamos simplemente olvidarlo. No voy a hablar de ello”.

– ¿Es posible que ahora que usted tiene una hija de 20 años vea de otra manera el abuso de una chica de 13 años?

“Mire, yo tuve a mi hija muchos años después del incidente. Ya han pasado más de 35 años. Dígame solo una cosa: ¿le parece que ya he estado bastante tiempo en libertad condicional? Si usted fuese el supervisor de mi libertad condicional, ¿diría que ya está bien?”

– Puede ser que sí. Pero lo cierto es que no ha podido viajar libremente durante décadas. Poco después de rodar “El escritor” fue detenido en Suiza por el caso Geimer. En la vida real ha tenido que sufrir consecuencias similares a las que se enfrentaba el personaje de su película.

“Sí, y estoy cargando con las consecuencias. Esa es una razón por la que intento evitar a la prensa. Para mí una entrevista es algo desagradable. ¿Por qué debería someterme a eso? Desde luego, sumergirme de nuevo en las tragedias de mi vida con usted, que es la persona dominante en la entrevista, es desagradable para mí. La historia del incidente con Samantha no tiene fin. Y ahora está su libro. Nunca se acaba. ¿Por qué demonios, después de 30 años viviendo como una persona libre, de repente me preguntan por mi detención?”

– ¿Cómo fue la experiencia de pasar dos meses en una cárcel suiza en 2009, seguidos por siete meses de arresto domiciliario?

“Gracias por preguntarlo. ¿Cómo piensa usted que fue? Fue malo para mi familia, en particular para mis hijos. Sufrieron mucho. Perder casi un año a tu padre es terrible a esa edad. Y yo tenía que terminar el montaje de El escritor. No poder entregar una película es lo peor que puede suceder. Las vidas de cientos de personas y un montón de dinero dependen de ello”.

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