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18 de Septiembre de 2015

Todos fuimos “rotos”: cómo la palabra pasó de ser una “denominación de origen” a insulto clasista

El "roto chileno" fue el primer gran ícono popular creado en la República. Representó a la gran masa chilena que a mediados del siglo XIX consiguió visibilidad social por primera vez, gracias su decisiva participación en la Batalla de Yungay (1839), un hito en la creación de la identidad patria. Hasta que con el tiempo, se convirtió en un insulto clasista.

Por El Dínamo
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 De Juan Verdejo a Condorito, el roto es la aceptación del mestizo popular. Ese que en la Colonia generó tanto rechazo: el mismo “huacho”, una palabra que proviene de la palabra quechua Huachuy (cometer adulterio) y que designaba en esos tiempos tanto al huérfano como al hijo “ilegítimo” (nacido fuera del matrimonio), por ello el Padre de la Patria fue conocido desde niño como el “huacho O’Higgins”. El “roto” en cambio borró esa condición y originalmente surgió como un término positivo. Un ícono social con el que se enalteció su valentía en la guerra, picardía e ingenio, como características del pueblo chileno.

El “roto chileno” fue el primer gran ícono popular creado en la República. Representó a la gran masa chilena que a mediados del siglo XIX consiguió visibilidad social por primera vez, gracias su decisiva participación en la Batalla de Yungay (1839), un hito en la creación de la identidad patria. De hecho, el Ejército de Chile conmemora su figura hasta el día de hoy, cada 20 de enero, dejando una ofrenda floral en el “Monumento al Roto Chileno” del Barrio Yungay de Santiago.

Día del Patrimonio Cultural en barrio Yungay

En la Conquista la palabra “roto” designó a todo aquel que viniera de Chile. Su origen estaría en el calamitoso estado en que regresaban los exploradores españoles, debido a la difícil travesía que significaba llegar hasta acá, atravesando el desierto más árido del mundo y luego las cumbres de Los Andes. Así, el primer “roto” fue Diego de Almagro, quien volvió de la Capitanía General de Chile al Virreinato del Perú en la pitilla: flaco, andrajoso y con el poncho roto.

Con el tiempo”roto” pasó a ser sinónimo de valiente como relata Oreste Plath en Epopeya del “Roto” Chileno, un ensayo que el investigador publicó en la antología “Autorretrato de Chile” (1957). Es que había que ser choro para venir a Chile: era un país pobre, sin oro, con indígenas extremadamente belicosos y una geografía tan endemoniada como su variación climática. La misma que ahora vuelve locos a los gringos. Con el tiempo “roto” pasó a ser un insulto clasista. Sinónimo de grosería y poca educación. De ahí el “roteo”. Aunque ojo, también hay “rotos con plata”. Y hoy rotear es de rotos.

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