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11 de Enero de 2019

Jorge Arévalo del País Vasco: “Las casas de estudio deben preparar a las personas para el futuro”

El experto en formación profesional, y quien ha liderado el exitoso “Proyecto de Instituto Vasco de Aprendizajes Futuros”, destaca la importancia de promover la innovación en el aula y de anticiparse a las necesidades del mundo laboral a través de un aprendizaje que involucre directamente a la industria.

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“La audacia de atreverse” fue el nombre de la presentación que realizó Jorge Arévalo, viceconsejero de formación profesional del País Vasco (España), en el marco de las XV Jornadas de Gestión de Educación –Summit Internacional que organizó la Pontificia Universidad Católica de Chile en conjunto con Duoc UC y Penn GSE, y que tuvieron lugar desde el 9 hasta el 11 de enero.

Y es que la visita de este experto se entiende por el gran éxito que ha tenido el proyecto educativo de formación técnica profesional del País Vasco, gracias al cual se ha alcanzado una tasa de empleabilidad al momento de egreso de un 96,2%, pese a las crisis económicas que han afectado a España.

Por lo mismo, el trabajo y los avances del País Vasco en esta materia lo han convertido en un referente a nivel internacional. Pero, ¿cuáles han sido las claves para tal logro? Para Arévalo, quien también es profesor, éstas se vinculan a la innovación en el aula, a la capacitación continua, a la anticipación de las necesidades del mundo laboral, a la promoción de nuevas habilidades acorde a los tiempos y a la generación de redes que permitan un aprendizaje de la mano de la industria.

Para conocer más en detalle los alcances de dicho proyecto educativo y los desafíos en este ámbito, El Dínamo conversó con Jorge Arévalo, quien además es presidente de la Comisión Permanente del Consejo Vasco de Formación Profesional, vocal del Consejo de Administración del Servicio Vasco de Empleo (Lanbide) y patrono de la Fundación Vasca para la Formación Continua (Hobetuz), entre otros cargos.

Estamos en la denominada “Cuarta Revolución Industrial”, ¿cuáles son los principales desafíos con respecto a la formación técnica profesional en esta nueva era?

Darse cuenta que la formación que hemos estado haciendo ya no vale, que no es suficiente, que hay que hacer un tipo de formación y preparación diferente, que requiere cambios importantes a nivel de estructura y de organización de los centros, pero también de la propia formación y de la preparación del profesorado, y que haciendo todo eso en conjunto van a tener la posibilidad de dar respuesta al futuro.

Bajo este escenario, ustedes han implementado el “Proyecto de Instituto Vasco de Aprendizajes Futuros”, ¿qué cambios impulsa esta iniciativa?

Lo que ocurre es que cuando una empresa necesita algo, del momento que lo necesita y hasta que espero que me responda sobre aquello, pasa un tiempo. Y ¿qué ocurre? Que hay veces que lo necesitan ahora ya y no nos da tiempo para reaccionar. Nos da tiempo para preparar la formación, pero no para preparar a las personas, pues la preparación de la formación puede llevar uno o tres meses, sin embargo, la preparación de la persona va a llevar al menos un año.

Entonces, prevemos nuestras necesidades a dos años, de tal manera que sabiendo lo que voy a necesitar vamos a preparar a la gente para esos puestos de trabajo que vamos a tener dentro de dos años. De esa manera, cuando surgen los puestos de trabajo ya hay gente preparada para estos. Vamos trabajando en conjunto con las empresas, al mismo ritmo, sabemos lo que van a necesitar y ellos saben lo que nosotros estamos preparando, con lo cual se genera una unión de objetivos magnífica. Gracias a ello, más del 96% de los alumnos que hacen formación dual están colocados al día siguiente de terminar sus estudios.

Y en términos de competencias, ¿cuáles de éstas serán fundamentales para los profesionales de futuro?

Además de las capacidades profesionales que han ido adquiriendo con el paso de los años y que son muy importantes, necesitan tener competencias de base claramente fundamentadas, que son generalmente tener una buena cultura, entender el porqué y para qué de las cosas y de qué se compone algo. Y también muchas capacidades transversales, es decir, tener capacidad de compromiso, tener capacidad de captar la información, de entenderla, de sintetizarla, de transmitirla y de ser líderes de equipos, y luego una capacidad muy importante: la capacidad de decisión. Ya no vale aprender cualquier cosa y luego trabajar, necesitas tener todas estas nuevas competencias para dar respuesta a estos cambios que vamos a ir teniendo a lo largo de futuro.

Pero, ¿cómo han llevado a la práctica la enseñanza de estas habilidades blandas?

Cambiando las metodologías. Nosotros teníamos los llamados procesos de enseñanza de aprendizaje. ¿Qué es un proceso de enseñanza? Es un aula en donde están los alumnos en los pupitres, el profesor con un estrado, una mesa y una pizarra: el profesor enseña y los alumnos aprenden, que fue lo que sucedió por muchos años. Ahora ya no, les enseñamos a aprender, por lo tanto, tiene que ser un alumnado que participe mucho en su propio aprendizaje, el profesor no enseña, el profesor dinamiza unos aprendizajes y es el alumno quien va motivándose y avanzando en su aprendizaje, buscando ellos mismos sus respuestas ayudados por el profesorado. Y en esos aprendizajes, que nosotros llamamos formación de alto rendimiento, les introducimos otros valores, otras competencias transversales y otras competencias técnicas de sus respectivas áreas.

Considerando todos estos importantes avances, ¿qué medidas que han aplicado en el País Vasco se podrían replicar en Chile para mejorar la educación técnica profesional?

En Chile también se están haciendo bien las cosas y eso es importante. No hay que desechar lo que se está haciendo, sino que sobre lo que ya estamos haciendo pensar qué puedo implementar que me pueda beneficiar. Nunca copiar, sino que ver lo que me puede interesar, traerlo y aplicarlo a la forma de trabajar que tiene Chile.

Por ejemplo, nuestro modelo lo estamos trabajando con Duoc UC, que ha trasladado nuestro modelo de aprendizaje basado en retos. De hecho, por estos días hay gente del País Vasco acá, estamos trabajando con un grupo de profesores y alumnos en lo que se llama el “Aprendizaje colaborativo basado en desafíos” y ya hay más de 500 alumnos aplicando esto. Pero se adapta a la realidad chilena, que es lo más importante, porque hay quienes compran un modelo completo y lo aplican igual, y eso nunca funciona. Hay que ponerlo en marcha considerando la cultura y  la forma de trabajar de cada país.

A modo de síntesis, ¿qué es lo que se espera de los nuevos profesionales y de las casas de estudio?

Las casas de estudio deben preparar a las personas para el futuro, porque viene un futuro muy diferente al que hemos conocido, y también deben preparar a las personas para que tengan la mente abierta no sólo para trabajar, sino para que se den cuenta que su importancia como ser humano va en hacer que nuestras sociedades realmente sean buenas y funcionen, para que la gente tenga bienestar social. O, de lo contrario, podemos tener un mundo de robots donde tengamos una inteligencia artificial que nos esté machando con decisiones que no querríamos. Es importante que los que estamos viviendo ahora nos demos cuenta de que nosotros estamos haciendo el futuro. Y a las personas que van a vivir en ese futuro hay que transmitirles la importancia que tiene el mundo, para que así el futuro sea el que todos queremos.

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