
A más un año del primer caso de coronavirus en la ciudad de Wuhan en China, una tercera ola está afectando a países que fueron elogiados al comienzo de la pandemia y que hoy se encuentran desbordados por la cantidad de nuevos casos.
Ningún país que haya sorteado un primer o segundo brote de coronavirus se ha librado de tener nuevos infectados con el paso de los meses.
El domingo 1 de diciembre de 2019, un primer paciente en China comenzó con los primeros síntomas de una infección pulmonar que nadie imaginaba llegaría a convertirse en una pandemia con más de 77 millones contagios en el mundo.
“Pedimos a todos que tomen como algo de vida o muerte el decidir a dónde van y con quiénes se reúnen”, señaló en julio, Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y advirtió que “no volveremos a la antigua normalidad”.
A cinco meses de esas declaraciones y en medio del inicio de un proceso de vacunación masivo contra el coronavirus, una nueva cepa encontrada en el Reino Unido ha despertado el temor de la gente.
La velocidad con que se propagó esta nueva variante del SARS-CoV-2 en el sur de Inglaterra ha obligado a los investigadores a trabajar contrarreloj para tratar de descifrar la mutación y determinar cuál es su verdadero impacto.
En relación a las cifras, el Reino Unido registró 691 fallecidos en las últimas 24 horas y los contagiados ya superan las 2 millones de personas.
Países con nuevas olas de coronavirus
Uruguay
Fue el país que mejor controló la primera ola de contagios de coronavirus en Sudamérica, transformándose en un ejemplo para el resto de la región. A pesar de ello, ha registrado esta semana los peores datos de contagio.
Según la información oficial, desde que se declaró la emergencia sanitaria el 13 de marzo, se han registrado 13.477 casos positivos confirmados en Uruguay y 119 muertos.
La provincia más afectada sigue siendo Montevideo, mientras que en segundo lugar se encuentra Canelones, al sur de país.
El presidente Luis Lacalle Pou decretó el cierre de todas sus fronteras y desplegó militares en pasos desde Argentina y Brasil para evitar la propagación de contagios.
El ministro de Defensa, Javier García, detalló que a partir del 21 de diciembre se desplegarán en todas las zonas limítrofes con Argentina y Brasil más de 500 integrantes del Ejército y la Armada con 25 puestos de control donde solo se permitirá el ingreso para las excepciones de transporte de carga y ayuda humanitaria.
“Queremos decir que esta disposición nadie la adopta con alegría, en ninguna circunstancia. Pero están determinadas porque hay que preservar derechos muy importantes y diría que sagrados como el derecho a la vida y la salud”, expresó García.
Alemania
Las cifras de contagios en Alemania son “motivo de preocupación”, dijo este lunes el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, en Berlín: “Están muy lejos del cambio profundo que esperábamos”.
En la pandemia de coronavirus, Alemania está lejos de ser el país modelo que fue en la primera ola. Si el número de contagios alcanzó un máximo de 6.000 por día los meses de abril y mayo, actualmente es casi el doble.
Según indica DW, en diciembre más de 4.000 pacientes con coronavirus están siendo tratados en unidades de cuidados intensivos y durante la primera ola de contagio el máximo era de 2.850.
En la actualidad y según los datos de la Universidad de John Hopkins, Alemania registra 1.556.308 personas contagiadas desde el inicio de la pandemia y 27.590 fallecidos.
“No podemos aceptar el elevado número de muertes en Alemania”, dijo esta semana el primer ministro de Baviera, Markus Söder.
“Me duele de verdad en el corazón” ir contra los puestos de comida navideños, “pero no puede ser que ahora antes de Navidad tengamos muchos contactos porque si estas terminan siendo las últimas Navidades con nuestros abuelos, habremos hecho algo mal”, dijo la Canciller alemana Ángela Merkel a principios de este mes.
Argentina
A comienzos de la pandemia, los argentinos miraban atónitos los reportes desde Wuhan, China, donde millones de personas vivían un estricto confinamiento que buscaba evitar la transmisión de un nuevo tipo de coronavirus. Meses después comenzaron a vivir su propio calvario con una de las cuarentenas más extensas del mundo.
Si bien al principio esta medida decretada por el gobierno trasandino ayudó a la contención de la propagación del virus con una buena evaluación externa. Aquello también hizo que el Presidente Alberto Fernández apelara a cierto triunfalismo al ver cómo otras naciones de la región eran azotadas con la enfermedad.
“Mientras algunos en el mundo se burlan e ignoran las advertencias de la comunidad médica y científica, nosotros las observamos y comprendemos la necesidad de quedarnos en nuestras casas. Por eso estoy muy orgulloso de nosotros como pueblo y sé que, cuando todo esto pase, tendremos la fortaleza necesaria para volver a ponernos de pie”, expresó el gobernante cuando se cumplió el mes de cuarentena obligatoria.
A pesar de ello la realidad cambió duramente el mes de agosto, cuando la cifra de infectados subió rápidamente. La Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires encabezaron todos los índices negativos y los contagios se dispararon.
Según datos oficiales del Ministerio de Salud de Argentina, en las últimas 24 horas se registraron 5.853 nuevos casos y 184 fallecidos, lo que suma un total de 1.547.138 personas contagiadas desde el inicio de la pandemia y 41.997 muertos.
Suecia
A diferencia del resto de países nórdicos, Suecia optó, al comienzo de la pandemia, por muchas recomendaciones apelando a la responsabilidad individual y alguna que otra prohibición.
“La estrategia es la correcta, estoy completamente convencido de eso”, decía en julio el primer ministro sueco, Stefan Löfven.
Al principio Suecia fue tomado como ejemplo al igual que Argentina, pero con el paso de tiempo ambos países fracasaron.
Este mes, el país europeo debió reconocer un grave error en el cuidado de los ancianos durante la pandemia.
Un informe elaborado por una comisión impulsada por el Gobierno sueco advirtió sobre el mal manejo de las residencias para adultos en ese país. Según consideraron, “Suecia fracasó en proteger a los ancianos”.
Mats Melin, presidente de la comisión, señaló en una conferencia de prensa que el cuidado de los adultos mayores en Suecia tiene graves deficiencias estructurales y que el país no está preparado ni bien equipado para enfrentar la pandemia. Además, los expertos coincidieron en que varias medidas tomadas en la primavera europea fueron insuficientes y tardías.
Melin culpó a varias autoridades y organizaciones de las deficiencias en el sistema de salud sueco. Sin embargo, aclararon que “el Ejecutivo gobierna el país y, por lo tanto, la responsabilidad última recae en el gobierno y los gobiernos anteriores”, dijo el líder de la comisión.