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17 de Noviembre de 2010

33 mujeres se encierran en el Chiflón del Diablo en protesta por pérdida de empleos

Santiago.- Un grupo de 33 mujeres se encerró a 900 metros de profundidad en el Chiflón del Diablo, en Lota, en protesta por la suspensión de un programa de empleos de emergencia creado por el Gobierno en las zonas más afectadas por el terremoto del pasado 27 de febrero.

Mientras las trabajadoras iniciaban su acción, otro centenar de afectadas por el término del programa se manifestaban en la entrada de la mina de Lota.

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Santiago.- Un grupo de 33 mujeres se encerró a 900 metros de profundidad en el Chiflón del Diablo, en Lota, en protesta por la suspensión de un programa de empleos de emergencia creado por el Gobierno en las zonas más afectadas por el terremoto del pasado 27 de febrero.

Mientras las trabajadoras iniciaban su acción, otro centenar de afectadas por el término del programa se manifestaban en la entrada de la mina de Lota.

Según las dirigentes del grupo, decidieron ser 33 las que descendieron la ex mina de carbón, como una forma de pedir al Gobierno que les preste la misma atención que a los 33 mineros rescatados de la mina San José.

Las 33 mujeres pidieron hablar con el arzobispo de Concepción, Ricardo Ezzati y amenazaron con iniciar una huelga de hambre si no es atendida su demanda de prolongar el programa de empleos e incluir en la Ley de Presupuestos una partida para mantenerlo en 2011.

Ezzati cumplió una elogiada labor como “facilitador” del diálogo que hace un tiempo posibilitó el término de una prolongada huelga de hambre que más de una treintena de presos mapuches mantuvieron en varias cárceles del sur de Chile.

Las mujeres formaban parte de un programa que administra el Cuerpo Militar del Trabajo (CMT), del Ejército e integrado dentro del plan de empleos de emergencia implementado por el Gobierno tras el terremoto.

Este programa concluyó el pasado 4 de noviembre en las regiones del Maule y Biobío y dejó a 8.000 personas desempleadas, aunque previamente había dejado ya desempleadas a 9.500 personas en la región de O’Higgins.

Javier Matamala, gerente del circuito turístico que administra actualmente el Chiflón, planteó la necesidad de que “este acto (de protesta) llegue a su fin en forma pacífica, para evitar destrozos y daños a un recinto histórico”.

map/ns/agp

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