Ex contralor: "La corrupción es sólo una de las facetas de la crisis de confianza"

Malestar y sorpresa causó el ahora ex Contralor General de la República, Ramiro Mendoza, cuando en la última cuenta pública de la institución señaló que “la corrupción ha llegado“.

Frase que causó polémica en el Gobierno y el mundo político. “No es la primera vez que uso esa frase. Y no existe país en el mundo donde no exista la corrupcion, es un fenómeno que acompaña la naturaleza caída del hombre. Lo importante es cuánto más corruptos son los países”, reflexiona hoy Mendoza, ya alejado del cargo, en entrevista con El Mercurio.

Para el ex timonel de la Contraloría, el tema va de la mano con el cambio vivido por nuestro país en los últimos 25 años:”Debemos tener cuidado porque hemos pasado de cuentas públicas exiguas a unas bastante abultadas (…) Las contingencias de riesgo han aumentado; lo que antes podia ser una mala práctica irrelevante, hoy puede transformarse en un riesgo mayor”.

“Hace 25 años la ley de presupuestos no tenía más de 12 o 14 páginas; hoy deben ser 400 y viene con un instructivo de otras 400. Si en los 90 en Chile regábamos con mangueras, hoy lo hacemos con aspersores en las decisiones de gasto público”, subraya.

Mendoza considera que lo que se vive actualmente en nuestro país corresponde a “una crisis de confianza“, y que en ese marco, “los casos de corrupción son una de sus facetas”.

“La crisis de confianza se produce cuando el Estado deja de funcionar bien o introduce una política pública equivocada, como el Transantiago. Al final de cuentas, la confianza se basa en cómo te tratan quienes tienen poder; los hechos de corrupción son el corolario del agravio que siente la gente. Esta crisis es mucho más profunda que solucionar el problema de Penta, las Cascadas o SQM. Por eso no se puede tapar el dique con una ley”, asegura.

“El tema de la confianza no solo dice relación con el Estado y no depende de la definición que pueda hacer una asamblea constituyente, es un problema mucho más profundo que hay en Chile con la dignidad del trato”, apunta Mendoza.

A su juicio, “el financiamiento irregular de la política puede pavimentar la irrupción de prácticas de cohecho que buscan capturar las decisiones políticas y revela una tremenda mezquindad de los financistas que consiguen rebajas en la carga tributaria”.

“Al final de cuentas el Estado pierde dos veces: por el riesgo de captura (de las decisiones) y porque no recibe los impuestos que debería”, indica.

Respecto del caso Caval, el ex Contralor considera que “hasta hoy, no pasa de ser un cuestionamiento a la forma de enriquecimiento de un grupo de personas que puede impactar por la repercusión que pueda tener el involucramiento del hijo de la Presidenta. El ministerio Público investiga si efectivamente hay un conflicto de interés o aprovechamiento de circunstancias personales”.