Ezzati: El feto “no ha cometido delito para ser condenada a muerte”

El proyecto que despenaliza el aborto en tres causales -riesgo de vida de la madre, inviabilidad del feto y violación-cuenta con un acérrimo opositor: la Iglesia Católica, institución que actualmente se encuentra en una suerte de cruzada para impedir que el Congreso apruebe dicha iniciativa y que, por ende, se convierta en ley.

A través de un comunicado público en la página web de la Iglesia, el arzobispo de Santiago volvió al debate. Ricardo Ezzati señaló que “no todo lo legal es ético” y que el proyecto “pretende establecer una contraposición engañosa entre el derecho a elegir de la madre y el derecho a la vida del hijo que está por nacer. ¿Qué justifica que la libertad de la madre esté por encima del derecho a la vida de su hijo?”.

Cartas publicadas en medios de comunicación, declaraciones públicas y en las prédicas, esos son las vías de los sacerdotes para exponer sus argumentos. En esa línea, Ezzati criticó que el “sufrimiento” de una madre de continuar con un embarazo incompatible “tiene un hondo sentido e irá acompañado del consuelo humano y espiritual de haber entregado a ese hijo o hija todo el cariño y cuidado que se le pudo regalar. El sufrimiento se prolongaría mucho más con una intervención que termine con una vida que los esposos han querido como prolongación de su amor”.

El cardenal dijo que se trata de “una agresión injustificable. Ahora, junto con la dolorosa situación de la mujer y madre, no se puede silenciar que también está en juego una tercera persona, que es inocente, una vida que no tiene ninguna culpa de haber sido concebida, y que, por consiguiente no ha cometido ningún delito para ser condenada a muerte”.

Otro punto de discordia aborda la visión médica. Ello dado que varias clínicas de orientación católica declararon que, de aprobarse la iniciativa, no van a realizar abortos. Sea cual sea la causa. En su carta, el cardenal apuntó que “la objeción de conciencia es un derecho. Por eso, si un centro asistencial católico y los médicos han adherido a ella, deben ser respetados en su opción. Las personas que libremente acuden a un centro asistencial católico deben ser informados de los servicios que allí se prestan o que no se pueden prestar. El acudir a otros centros de salud reside en la libertad de cada persona”.

Finalmente, uno de los jerarcas de la iglesia en Chile, señaló: “Lo que quisiera expresar es que la mujer, su esposo y toda la familia, pudieran ofrecer a quien ha sido engendrado las mejores condiciones posibles para que la vida pueda desarrollarse, aunque sea por un breve espacio de tiempo, y darle todo el amor”.