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19 de Enero de 2017

Oscar Muñoz: El joven chileno que quiere hacer una revolución social con “los mejores vasos del mundo”

El emprendedor de 25 años sueña en grande: quiere que su empresa Green Glass que hace vasos a partir de botellas de vidrio recicladas, defiende a los cartoneros y “recicladores de base”, y hace activismo medioambiental, llegue a todas partes del planeta pero no como una multinacional: sino que franquiciando el método a las comunidades locales.

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Todo partió como un inocente desafío a los 18 años. “Un amigo me preguntó si podía cortar una botella. La corté re mal al principio, ocupé una galleta para cortarla. Pero otro amigo vio después la botella cortada y me dijo ‘oye, está re bonito el vaso, podrías venderlo’”, cuenta Óscar Muñoz.

Ese fue el Big Bang de Green Glass, una empresa que siete años después intenta convertir este simple método en una revolución social y medioambiental. Actualmente producen cerca de 100 mil vasos a partir de botellas de vidrio recicladas, han sido contactados de varias partes del mundo y han logrado llevar un mensaje ecologista y de reivindicación social de los “recicladores de base”, aquellas personas que como los cartoneros o los juntadores, se dedican a recoger botellas de vidrio para ganar dinero.

Junto con eso fueron uno de los proyectos ganadores del concurso Youth Action Net, iniciativa presente en 90 países y que en Chile es impulsada por la red Laureate a través de la Universidad Andrés Bello y el Instituto Profesional AIEP. Año a año, este concurso reconoce –financieramente y a través de diversas capacitaciones- a 10 emprendedores sociales o ambientales de hasta 29 años cuya característica sea generar un impacto real en sus comunidades. Pero aunque hoy pareciera que la idea era genial desde el principio, Green Glass estuvo a punto de morir cuando Óscar entró al mundo universitario a estudiar ingeniería comercial.

“Tenía un ramo de emprendimiento y teníamos que vender dos palos en un verano para poder pasarlo. Era en grupo y les dije a mis compañeros que podíamos hacer vasos de botellas. Y me dijeron: ‘no, estái loco, nadie te los va a comprar. ¿De dónde vas a sacar las botellas?’ Y me echaron del grupo.  Después el profesor me dijo: ‘Óscar, te echaron de un grupo y has demostrado no ser ni emprendedor, ni proactivo ni tener buenas ideas. Así que repruebas el ramo’.

“Al final me integré a otro grupo y el profesor me dio otra oportunidad e hicimos la idea de las botellas. Pasamos el ramo con un 7.0 y el profesor terminó comprando los vasos y los que me echaron también. Después me salí de la universidad en la que estaba estudiando y me cambié a otra y le dije a mis ex compañeros de grupo que hiciéramos una empresa con los vasos. Pero ellos me dijeron que no. No tenían la necesidad. Yo si la tenía porque estaba estudiando y necesitaba pagar la carrera”, cuenta Óscar. Así fue como en 2010 partió oficialmente Green Glass.

vasos

Los “mejores vasos del mundo”

Aunque actualmente Green Glass es un emprendimiento cada vez más valorado, que crece meteóricamente y que parece no tener techo, su inicio no fue glamoroso.

“En principio nos metíamos a los camiones con botellas y escarbábamos. Tratábamos de encontrar botellas bonitas y cortarlas para que la gente nos comprara eso. Ahora último hemos desarrollado nuestras propias líneas con diseños bonitos”, cuenta Óscar.

“La motivación al principio era hacer algo ecológico y propio, pero también tenía algo de supervivencia. Porque primero si no vendíamos vasos, no teníamos los fondos del grupo. Y luego si no vendía vasos no tenía financiamiento. Y vendíamos poquito. De hecho cuando partimos solo éramos David, mi amigo peruano que sale en la página, y yo. Eso era Green Glass: un pendejo y un peruano ilegal cortando botellas”.

-¿Antes de que por casualidad de pidieran cortar una botella, tenías ya un interés por el reciclaje y el medioambiente?

La idea del reciclaje me empezó a pegar más fuerte después. Pero mi sueño de niño era hacer una empresa que sea un aporte al mundo. Hacer algo propio y que sea un aporte a las personas, al medio ambiente. Siempre quise hacer algo y esto fue lo que funcionó.

-¿Cuál es ese aporte al mundo que hace Green Glass?

-Lo que pasa es que a mí me estresa el tema de la basura. Solo el 17% de las personas recicla. Y en la industria del reciclaje están los recicladores de base que son muchos. Son 60 mil en Chile, les pagan súper poco, y el vidrio es lo que se paga menos. Se les paga entre 5 y 10 pesos el kilo. De hecho se paga mejor el cartón o el papel blanco. Y se hacen casi 5 millones de botellas de vidrio diarias. En el mundo son 300 millones de botellas diarias y más de la mitad se va a la basura, entonces es mucho material. Y es un residuo peligroso, a pesar de ser orgánico y reciclable, por la cantidad de basura que genera. Y Green Glass quiere hacerse cargo de esos problemas. Queremos demostrar que el vidrio no es basura,  dar a conocer el trabajo de los recicladores de base, y enseñarle a la gente a reciclar.

-En su web dicen que hacen los “mejores vasos del mundo”. ¿Qué quieren decir con eso?

-No es porque sean los vasos más finos o más perfectos para tomarte un vino o un cocktail o por su capacidad técnica. Sino por lo que plantean sobre el problema de la basura. Es porque visibilizan el tema de los recicladores de base, dan a conocer su valor, buscan que la industria les pague un precio más justo y buscan que la gente recicle. El vaso va con toda esa intención detrás y toda la historia gira en torno a eso. Por eso decimos que son “los mejores vasos del mundo”. En realidad es como un movimiento anti basura o pro recicladores de base.

BOTELLAS

La revolución “Green Glass”

-¿Cuál fue el punto de inflexión en el que Green Glass pasó de ser una empresa precaria con dos personas que recogían botellas de la basura a convertirse en una organización cada vez más reconocida?

-Es que en la U no tenía tanto tiempo para hacer las cuestiones, estaba medio estresado por las notas y los ramos. Entonces terminé la universidad a mediados de 2015 y dije “ya, ahora nos va a ir mejor”. Y en 2016 la rompimos. A la fecha recuperamos más de 100 mil botellas de la basura para hacer vasos. Y en los cuatro años en que estaba en la U hicimos solo 40 mil. O sea en un año doblamos la producción de todos los otros años. Y también hicimos un video que se volvió viral y que muestra a los trabajadores de base que tuvo hartas visitas y que nos llevó a varios medios.

-¿Te sientes parte de una generación que busca que su negocio tenga un “sentido social” y “consciencia ambiental” o falta aún para eso?

-Si, me siento parte de una generación más consciente. De hecho ya es medio zorrón decir “quiero trabajar pa’ puro ganar lucas”. Todos quieren eso, pero a esta generación creo que le importa también “el pacto”. Ver la huella que están dejando. En las generaciones jóvenes nadie no quiere ser ecológico. Hay pocos que no están ni ahí. Todos queremos hacer algo que importe. La mayoría de las empresas que se han quedado  viejas y a las que se le va mucho cabro joven es porque no tienen mucho propósito. Y te encuentras todos los días haciendo una pega sin sentido que te hace dudar de por qué viniste al mundo. La tendencia es ser más ecológico, hacer más comercio justo, hacer más empresas B, que hagan un cambio en la industria. Yo me sentiría muy vacío si hiciera algo sin propósito. Y tarde o temprano la norma va a ser esa.

GREEN GLASS

-¿Cuál es la meta final de Green Glass?

-Que no haya la necesidad de fabricar vasos. Cambiar la industria por una cuestión totalmente sustentable. Para eso se debiesen hacer cientos de millones de vasos al año, lo que es súper ambicioso. Pero nuestra idea de crecer no es crecer como una mega fábrica. La idea del proceso que tenemos es que el método y las máquinas que estamos desarrollando las podamos franquiciar. Y así darle la oportunidad a otras comunidades, a otros emprendedores para que puedan replicar Green Glass y abastecer de manera local a otros mercados y contar el mismo cuento. Queremos hacer talleres locales con las comunidades. Lo encontramos más sustentable.

-Pero ustedes igual han exportado vasos a otros países

-Sí, hemos exportado, pero la idea es crecer de forma local. No necesitas mucho capital para tener las máquinas y montar algo como Green Glass. El proceso es un poco simple, eso es lo bonito. Lo que vamos a trabajar este año es el desarrollo de las máquinas y tratar de franquiciar la marca. Nos llegan mensajes de todos lados, desde islas perdidas en la polinesia francesa, hasta Brasil, Colombia. Porque está lleno de gente que hace  vasos desde botellas. Pero hacerlo de esta manera, con este mensaje, somos solo nosotros.

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