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18 de Mayo de 2017

Luis Larraín: “Tuvo un costo estar asociado a Piñera, en el mundo de la diversidad sexual me trataron mal”

El ex presidente de Iguales y ahora precandidato a diputado por el distrito 10 fija posturas en entrevista con El Dínamo.

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Estuve cuatro años yendo al Congreso y uno se va dando cuenta de que hay gente que toma decisiones sin estar tan preparada y te cuestionas: por qué ellos pueden tomar las decisiones y no yo”. Quien lo dice es Luis Larraín (36), ex presidente de la fundación Iguales y hoy pre candidato a diputado por el nuevo distrito 10, que unirá a Santiago, Providencia, Ñuñoa, La Granja, San Joaquín y Macul.

Larraín se encuentra en plena etapa de diseño de lo que será su apuesta parlamentaria, perfilando su candidatura y definiendo una estrategia, aunque también a la espera de lo que pase con Ciudadanos, el partido que pretendía inscribirlo como su candidato -aunque como independiente- y que el Servicio Electoral disolvió hace algunas semanas.

Si no es con ellos, irá como independiente y juntará las dos mil firmas que necesita para inscribir su candidatura ante el Servel. “Creo que podría hacerlo bien, me gusta el trabajo parlamentario y de alguna forma es un camino natural de lo que yo estaba haciendo desde Iguales en la sociedad civil. Es bueno que en el Congreso haya representación de las minorías porque eso no ocurre hoy y que disputemos los espacios tradicionales“, asegura.

Al mismo tiempo, Luis Larraín comienza a definirse políticamente. Encabezando la fundación mantuvo un rol neutral frente a los dos gobiernos que se cruzaron en su trabajo, por lo que de a poco ha ido fijando posturas.

”Soy parte de Red Liberal, que está aliado con Amplitud y Ciudadanos, y corresponde al lugar donde están mis ideas, un espacio que está abandonado por Chile Vamos y la Nueva Mayoría. Habemos personas que queremos ocupar ese espacio”, explica en entrevista a El Dínamo. ”Los elegí porque representan las ideas que tengo que son el respeto por las libertades individuales y un liberalismo en lo económico con moderación, con una conciliación entre el mundo público y el privado, que no son enemigos. Así son los países más exitosos”.

-Políticamente, ¿cómo te defines?

-De centro, liberal. Hoy la alternativa en la derecha es ultraconservadora, con algunos tratando de hacer la diferencia en Evópoli, pero sin ser ni el 10% de los parlamentarios. Por otro lado, una coalición de izquierda que no tiene una identidad muy clara, que están más juntos por el poder, pero no por las ideas, que han perdido el rumbo y errado en el diagnóstico. Mucho jóvenes e independientes no nos identificamos con ellos; tampoco la gran mayoría de la gente. Si les pides ubicarse del 1 al 10 en cuanto a derecha e izquierda, la gran mayoría elige el 5, después el 4 o el 6.

-Muchos califican eso como ser “amarillos”…

-Es una caricatura. Sería decirle amarillo a la gran mayoría de la población. Se debería quitar lo negativo y pensar que las personas que eligen el 4, 5 o 6 son personas equilibradas, que no les gustan los extremos, que privilegian el diálogo y los acuerdos, la gradualidad, esos valores que no son muy sexys, pero que creo que han sido la receta de éxito que han ocupado otros países.

-Es parte de las frases que ocupa la DC también.

-La DC es un proyecto que trata a veces de ser de centro pero claramente se ha ido a la izquierda. Hoy hay dos almas en la DC que piensan muy distinto. Soledad Alvear y Gutenberg Martínez piensan muy distinto a Yasna Provoste y Ximena Rincón, que además tiene el nombre de una religión como parte del nombre del partido y eso claramente es algo anti liberal, con una visión más anclada al pasado.

Salud, no discriminación y ciudad

-¿Cuál sería la agenda que impulsarías en la Cámara?

-Tengo tres ejes en mi candidatura: la lucha contra la discriminación, que tiene que ver con el trabajo que hicimos en Iguales y con todos los otros grupos discriminados: mujeres, extranjeros, pueblos originarios. La salud, otro tema que te ha tocado personalmente. He sido transplantado dos veces, he tratado de dar varias batallas por dentro al sistema, me he peleado con médicos que no les gusta la transparencia, que los pacientes tomemos decisiones. Hay mucha desconfianza en el sistema. Y el tercer tema es de ciudad. Santiago es una de las ciudades más grandes del mundo, es compleja, interactúa el medio ambiente, el transporte, urbanismo, temas que siempre me han gustado. No tengo auto y siempre estoy buscando las mejores rutas en micro, metro. Hay mucho que mejorar en una ciudad como Santiago que es la que quiero representar.

-Los tres ejes que mencionas te tocan personalmente. Eso quiere decir que si hubieses tenido que pagar por educación, ¿sería un eje principal también?

-Muy probablemente. Creo que es valorable que lleguemos al Congreso quienes tengamos un mayor acercamiento posible a los temas en los que legislan y ojalá de forma horizontal, no vertical. Es súper importante inmersarse en los temas y creo que venir de la sociedad civil es algo que la gente valora. Quiero que ese testimonio produzca mejores políticas públicas. Tienes razón con que si yo tuviera una deuda millonaria de educación, quizás me habría metido más en ese tema en la universidad, pero las experiencias marcan mucho. Yo no puedo hablar en testimonio en primera persona de alguien que tiene una deuda universitaria muy grande o que se crió en un barrio muy pobre.

-La educación gratuita como se está debatiendo hoy, ¿la votarías a favor?

-Gratuidad para los primeros deciles me hace mucho sentido, porque son familias que jamás van a poder pagar una carrera, pero el décimo decil no. En el futuro, podría ser, según la realidad macro económica del país. Hoy es partir al revés, porque primero tenemos que garantizar la preescolar, la básica, la media y así ir construyendo. Pero no financiar la educación de estudiantes que no leen, que van a ir probablemente a universidades que no son muy buenas, que les va a dar un título profesional que no les va a abrir muchas puertas. Como dijo la propia Presidenta, que el Estado le pague la educación a sus hijos, o a mí en vez de mis papás, me parece que es regresivo.

-Algunos plantean eliminar las AFP. ¿Te sumarías?

-No hay que perderse en el tema de las pensiones. Lo que se necesita mejorar las pensiones, como objetivo número uno. Para algunas, la prioridad es que se acaben las AFP. Para mí ese no es un fin, es un medio. Se satanizan a las AFP pero en realidad las AFP se rigen por una ley. Obviamente hay que adaptarla, ponerle más exigencia, ver una forma para compartir las pérdidas, aumentar la cotización, es impopular decirlo y quizás me quite votos, pero hay que aumentar la edad de jubilación como en todo el mundo y en forma gradual. El objetivo es aumentar las pensiones, si eso se logra con AFP o sin AFP, me da lo mismo.

-¿Apoyarías un cambio a la Constitución?

-Todos los liberales siempre estamos abiertos a espacios de mayor participación, a modernizar las instituciones. Hoy tenemos una Constitución que viene de la dictadura y creo que la gente no sabe en concreto qué tiene de bueno y de malo esta Constitución, pero sí está muy instalada la deslegitimidad. Creo que hay un riesgo en que parte de la ciudadanía piense que eso por sí solo va a solucionar muchos problemas.

“Soy pragmático”

-Si tuvieras que elegir dónde sentarte en la Sala de la Cámara, ¿preferirías estar más cerca de la Nueva Mayoría, Chile Vamos o el Frente Amplio?

-Jajaja. Me gustaría estar al medio. Me encantaría una bancada entre Ciudadanos, Amplitud, Red Liberal y todos los independientes que se sientan convocados, para instalar nuestros temas, para también ser pragmáticos y legislar pensando en la gente y no en el oportunismo político. Causa mucho rechazo cuando vemos en los medios que Chile Vamos está trabajando para hundir a la Nueva Mayoría y al revés, que de proponer políticas públicas que sirvan. La gracia del mundo liberal es que podemos acoger una propuesta de cualquier lugar, buscando la mejor evidencia de políticas en países más desarrollados.

-¿Qué te parece el Frente Amplio?

-Es una buena noticia porque traen renovación, un mayor estándar en transparencia, en responsabilidad política, erradicar las malas prácticas y en general creo que lo han hecho bastante bien. Con Iguales trabajamos mucho con ellos porque el tema de la diversidad sexual lo apoyan mucho y en el trabajo en conjunto tendríamos muchas coincidencias. No así en temas políticos y económicos. Valoro a mucha gente que está ahí, pero tampoco creo que estén muy claros algunos principios rectores del FA. Algunos apoyan el gobierno de Venezuela, otros no creen en la vía institucional para llegar al poder; no sabemos si esa visión es minoría o mayoría. Hay principios con los que jamás podría estar de acuerdo. A mí no me representan las ideas tan a la izquierda, puedo compartir algunas pero soy más pragmático y más liberal en mis posturas.

-¿Qué te parecen Giorgio Jackson y Gabriel Boric, que son tus pares generacionales, como diputados?

-Creo que le han dado frescura al Congreso, han mostrado que hay más parlamentarios preocupados en que si ellos usan corbata en vez de generar políticas públicas útiles. Han sido un aporte. En muchos temas vamos a estar de acuerdo. Yo lo hablé con Giorgio, porque iremos por el mismo distrito y concordamos en que sería un honor trabajar juntos. Una cosa es tener tus ideas políticas claras y otra negarse a cooperar.

-Los han acusado de tener una altura moral respecto del resto del establishment político. ¿Lo ves así o se ha sobredimensionado?

-Es un riesgo en que a veces algunos han caído. Yo estoy muy de acuerdo de subir el estándar. Hay que exigirle más a los políticos, más transparencia, pero claro, yo tengo diferencias cuando ellos evalúan tan negativamente estos 27 años de democracia. Hay cosas mal hechas que han sido un desastre, pero la raya para la suma es positiva y basta con viajar a otros países latinoamericanos para ver que hay muchos temas en que nosotros estamos mejor. Por algo los vecinos se vienen a vivir acá. Hay que rescatar eso también eso y no hay que pasar la retroexcavadora. Quizás por su edad o su visión más de izquierda tenemos diferencias.

-En Revolución Democrática hace algunas semanas bajaron la candidatura de Javiera Parada porque tuvo un accidente bajo la influencia del alcohol. ¿Hubieses apoyado esa decisión?

-No la comparto. Me parece muy grave manejar en estado de ebriedad o bajo la influencia del alcohol, pero bajar una candidatura por eso cae en el buscar personas perfectas moralmente. Todos somos humanos y dudo mucho que todos los dirigentes de RD nunca hayan manejado bajo la influencia del alcohol. Me parece que está pésimo. Una disculpa sincera y un compromiso de trabajar el tema, de hacerse cargo, de no repetirlo, habría sido más pertinente que bajar la candidatura.

En el piñerismo

-Ocho años atrás fuiste parte de la campaña de Piñera y días atrás tuiteaste que era hipócrita su postura frente a la diversidad sexual. ¿Te arrepientes de haber participado en su campaña?

-No, para nada. Yo soy una persona muy estratégica y al contrario, creo que estar en su campaña fue una excelente decisión, porque sirvió para que se abriera el debate. Muchos ven esto desde la lealtad, de que yo apoyaba a Piñera y después me traicionó y en cierta forma es así, pero para mí lo importante de participar en esa franja era hacer ruido en esa coalición tan conservadora, que la cortaran con ese discurso de que los gays no existimos, que somos de izquierda, que los gays son del mundo de la bohemia, que no están en mi barrio, en mi casa, en mi familia. Hay mucha hipocresía y por eso lo hice: quería que no fuera un tema de la izquierda, sino que de la sociedad en su conjunto.

-Pero quedaste asociado a él.

-Para mí tuvo un costo estar asociado a él. En el mundo de la diversidad sexual al principio me trataron súper mal, aunque ahora me gané el respeto de la mayoría, no de todos. Pero sí tú lo miras con una visión estratégica de que si es bueno para Chile que aparezca una pareja gay en una campaña de derecha, obvio que es bueno, y si que aparezca un gay que es de una familia tradicional de derecha, obvio que es bueno porque ayuda a eliminar estereotipos y que la discusión sea más transversal. Tengo una visión estratégica y obvio que lo haría mil veces. No garantizó un cambio de la noche a la mañana pero no se puede negar de que, a pesar de que no haya cumplido su promesa, el hecho de que Piñera haya puesto el tema el gobierno de Bachelet no hubiese sacado el primer año la Unión Civil si no viniera como deuda pendiente de un gobierno de derecha.

-¿Crees que Piñera ha retrocedido en sus propuestas?

-Más que retroceder, creo que ha quedado pegado y no ha avanzado. Él hace ocho años apoyó la unión civil y hoy sigue pegado en el mismo lugar, cuando la aprobación del matrimonio igualitario subió del 20% al 60%. Creo que no está en sintonía con Chile, que se contradice con esto de que los niños tienen que tener un papá y una mamá pero mantiene la adopción de solteros y viudos. Eso porque claramente hoy está tratando de movilizar a la derecha más dura.

-De las propuestas que se conocen hasta hoy de otros candidatos presidenciales, ¿cuál te seduce más?

-En esa área en particular, la Bea Sánchez es la más cercana. Ella es muy cercana a Iguales, a la diversidad sexual, fui panelista de su programa mucho tiempo. Tenemos una relación muy cercana porque siempre fue hincha de Iguales. Ella es una súper aliada.

-¿Votarías por ella en una segunda vuelta si se enfrenta a Piñera?

-(Silencio) Tendría que pensarlo. Ninguno de los dos proyectos políticos en su conjunto me representan.

-Pero no te es indiferente…

-Jaja, tendría que estudiar bien sus propuestas a nivel global y no solo en este tema. Como candidato a diputado ya no soy solo el activista, sino que una persona que tiene una opinión en temas diversos.

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