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11 de Octubre de 2017

La receta de Gonzalo Cordero, el cerebro comunicacional de la campaña de Piñera

En la semanas que el abogado ha estado manejando los hilos comunicacionales del piñerismo, el mensaje -dicen en su entorno- se ha simplificado y ha ayudado a centrarlo.

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El piso 19 de Apoquindo 3000, donde se encuentran instaladas las oficinas de la Fundación Avanza Chile, se transformó en el centro de operaciones de Gonzalo Cordero, quien hace pocas semanas se incorporó al comando de Sebastián Piñera como director de Comunicaciones. En ese lugar, el influyente asesor de la derecha echó a andar una estrategia que tiene como objetivo darle un empujón a la recta final de la campaña presidencial.

Su llegada al comando -afirman en su entorno- tiene como atractivo el sello por el que es conocido en el sector y que ya se ha empezado a notar: una simplificación de las ideas, mensajes claros, mostrar a un Piñera eficiente y centrado en soluciones para la clase media. Los mismos dicen que Cordero es disciplinado y de rutinas, lo que ha ayudado a profesionalizar el equipo que hoy lidera.

Para esto, Cordero llega todos los días pasadas las ocho de la mañana al edificio y se ubica en una de las dos oficinas que comparten los otros cuatro integrantes del comité ejecutivo del candidato, hoy llamado “grupo delta”. De lo contrario, lo hace en la sala de reuniones de la fundación, rodeado de los objetos más preciados por Piñera en su paso por La Moneda, como la polémica foto en el escritorio de Barack Obama o la miniatura de la cápsula Fénix del rescate de los mineros.

“Mi oficina está en mi iPad”, ha dicho en el equipo, desechando la posibilidad de una oficina propia. Desde ese aparato organiza a los periodistas que hoy tiene a cargo, además de los que llevó a trabajar al comando con su llegada, como la ex jefa de prensa de Evópoli, Isabel Varas.

Lunes, miércoles y viernes, el comité ejecutivo de la campaña -integrado por Andrés Chadwick, Gonzalo Blumel, Cecilia Pérez, el senador RN Alberto Espina, el diputado RN Nicolás Monckeberg, su par UDI Ernesto Silva, el alcalde Rodolfo Carter y el propio Cordero- se reúne a las nueve de la mañana en la sede del piñerismo para definir la estrategia de la semana.

El director de Comunicaciones y Chadwick -colaboradores y amigos de larga data- llegan con una tabla de análisis de escenario político, propuestas y contingencias que hay que dilucidar. Cada uno de los miembros del equipo delta aporta en su experiencia, aunque poco se le cuestiona a Cordero debido al respeto que goza en la derecha, dice uno de los integrantes.

Las mismas fuentes aseguran que Cordero ha buscado instalar un “estilo horizontal” y “un proceso colectivo de toma de decisiones”, pero algunos han cuestionado que su trabajo ha excedido lo comunicacional y ha tomado un cariz de tono político, en el seno de la campaña, que ha generado algunas discrepancias.

Sin embargo, a su entorno el mismo abogado se ha restado importancia y ha dicho que es solo “dos brazos calificados extra” para un pequeño equipo que necesitaba un refuerzo y orden, que permitiera alinearlos y traspasar a la campaña “un mensaje claro”, que lo distancie casos judiciales como el de SQM y, sobre todo, de personajes polémicos de la derecha como la UDI Loreto Letelier y José Antonio Kast.

“Las elecciones se ganan en el centro”

El trabajo de Gonzalo Cordero ha estado centrado tanto en la elaboración de mensajes comunicacionales para las actividades y la gira del ex mandatario con un tono correcto, como el realizar bajadas para las vocerías que realizan las figuras del comando y parlamentarios de Chile Vamos, sobre todo para la defensa de los casos judiciales que lo persiguen, como ocurrió tras la arremetida por una nueva arista de financiamiento ilegal con SQM.

Al mismo tiempo, el director de Comunicaciones ha debido interceder en la franja electoral, que saldrá al aire en pocos días más y que ahora está dirigida desde dentro del comando, a diferencia de lo que ocurrió en las primarias. La idea -dicen varios- también es “mostrarlo eficiente y centrarlo” pero al mismo tiempo hacer guiños a la derecha más extrema para evitar que esos votos se traspasen a Kast.

Pero probablemente la necesidad más urgente del comando es instalar un relato político a la campaña, que eventualmente pueda traspasarse a su nueva administración si gana las elecciones del 19 de noviembre. Éste -afirman en el comité ejecutivo- debiera estar vinculado a un mensaje a la clase media, apostando por una baja de la delincuencia, la necesidad de mayor crecimiento económico y la generación de empleos, preocupación transversal de la población que buscan capitalizar estas semanas, en una mística similar a la que lograron en la campaña de 2009.

En el pasado, Cordero ya ha afirmado que “las elecciones se ganan en el centro”. Por eso no es casual que Piñera haya endurecido su mirada del candidato Kast, alejándose de propuestas que éste ha realizado y marcando distancia en los pocos debates en que se han encontrado, así como que haya hecho duras declaraciones contra Loreto Letelier, afirmando incluso que no votaría por ella.

La línea vertebral de la apuesta es alejarlo de las polémicas que ocurren en la contingencia, dejándoselas al resto de los candidatos. Por esta razón, el líder de Chile Vamos incluso se ha ausentado de debates televisivos. “Se han transformado en peleas de barrio, sin debate de ideas y es dañino que vaya, tanto para él como para el país”, dicen un parlamentario del comando.

Cordero se ha transformado hoy en uno de sus orejeros principales de Piñera, debido a los buenos resultados que ha mostrado. Todos coinciden en que aporta una mirada fresca y lejana de la trinchera política, ya que “considera cosas que nosotros no vemos, conoce los medios y sabe cuánto dura el efecto de una noticia en los medios”.

¿A la Secom?

Si todo avanza como dicen en las encuestas, ya es casi un hecho que Cordero se instalará junto a Piñera en La Moneda, siendo “un elemento central del próximo gobierno”, a diferencia de lo que pasó durante su primera administración cuando rechazó unirse al equipo del ex mandatario, argumentando que recién había fundado la consultora Azerta, que hoy decidió vender para trabajar de lleno en la campaña.

A mediados de julio, el propio Piñera lo llamó para ofrecerle el cargo de director de Comunicaciones. Se reunieron con Andrés Chadwick en Apoquindo 3000 y tras “darle un par de vueltas”, aceptó sumarse al comando. Nunca habían trabajado juntos antes y, de hecho, Cordero siempre había estado en la vereda opuesta al interior de la derecha.

El abogado fue asesor de la campaña presidencial de Andrés Allamand, de la bancada de diputados UDI y de varias figuras del gremialismo, incluso de algunas que tuvieron importantes cargos entre 2010 y 2014. Hoy Cordero sabe -y se lo ha dicho a sus cercanos- que el cargo que le espera de ganar las elecciones es la cabeza de la Secretaria de Comunicaciones (Secom).

Pese a que aún no se formaliza esta petición, en su entorno se entiende que quien lidera las comunicaciones del comando normalmente asume un cargo importante. Álvaro Elizalde fue el encargado de esta área en la campaña de la Presidenta Michelle Bachelet y luego asumió como ministro de la Secretaría General de Gobierno.

Sin embargo, prácticamente nadie cree que ese sea el rumbo que tomaría su incorporación al piñerismo. De hecho, muchos lo comparan con lo que ocurrió con la periodista Fernanda Otero, una de las más estrechas colaboradoras del ex mandatario, quien se mantuvo en el Segundo Piso de La Moneda como asesora.

Mientras más invisible es el trabajo de la campaña y las comunicaciones, es más eficaz. El trabajo mismo conspira con contarlo”, ha dicho a sus cercanos, descartando un cargo de alta figuración. “Lo suyo es actuar en silencio”, concluye uno de los miembros del comité.

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