Rafael Gumucio pide disculpas por sus críticas al feminismo”: “Incurrí en generalizaciones inexcusables”
"Fue un error, en los que solemos lamentablemente incurrir los periodistas apurados que lanzan cuña por teléfono o usan un sarcasmo no siempre bien calibrado en twitter", argumentó.
Por Redacción EL DÍNAMO
Rafael Gumucio fue el centro de la polémica por sus destempladas críticas al feminismo, donde sostuvo que el movimiento era liderado por “mujeres más bien solteras, sin hijos ni demasiados problemas económicos ni sociales”.
“Seguramente hay gente que está realmente preocupada del tema, pero al menos en este caso veo bastante poca seriedad en el tipo de discusiones que se hacen, un poco al voleo, se generaliza a partir de casos específicos”, agregó en entrevista a La Tercera.
Esto hizo que se generara una dura discusión entre los estudiante de la Universidad Diego Portales, donde es director del Instituto de Estudios Humorísticos, quienes lanzaron la campaña #UDPHazteCargo para pedir su salida de la casa de estudios.
Ante esto, el escritor envió una carta abierta a los alumnos de la Facultad de Comunicación y Letras, donde reconoció que “en estos días he realizado declaraciones en las redes sociales y en los diarios que no corresponden al tono que debe tener un debate de altura sobre un tema tan importante, urgente y necesario como el abuso sexual en el mundo de la universidad y el rol de la mujer en el siglo XXI”.
“Incurrí en generalizaciones inexcusables, más aún teniendo cerca, muy cerca alumnas y alumnos con los que he tratado en estos años de tejer una relación de respeto y colaboración. Se me olvidó que además de polemista o locutor de radio, o ensayista o novelista también soy profesor y que este tema era en el lugar en que trabajo no una entelequia sino una realidad urgente y viva (…) Fue un error, en los que solemos lamentablemente incurrir los periodistas apurados que lanzan cuña por teléfono o usan un sarcasmo no siempre bien calibrado en twitter”, argumentó.
Gumucio apuntó que “debí poner en primer lugar mi relación con ustedes y dialogar de manera franca, directa y verdadera todas las diferencias que nos separan y todas las coincidencias que a veces nos cuesta adivinar. Aprendí la lección”.
“Pensar, y pensar diferente es algo a lo que no tengo ya edad para renunciar pero como les dije a alguno de ustedes alguna vez, el órgano principal del periodista no es ni la boca, ni la nariz (el famoso olfato periodístico), ni los ojos sino el oído. Y me falto oír. Quedo a su disposición para un debate franco y abierto sin violencia ni sarcasmo sobre esta verdadera revolución moral que estamos viviendo”, sentenció.
