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5 de Agosto de 2019

No solo adopciones irregulares: el relato de la mujer que acusa de abuso sexual a Gerardo Joannon

Carolina Marín relató los abusos que sufrió por parte del sacerdotes en el colegio de los Sagrados Corazones de la comuna de Providencia.

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Hace algunos años que Gerardo Joannon enfrentó a la justicia por ser el cabecilla de una trama de adopciones ilegales. Durante la dictadura militar, se daba por muertos a niños y niñas para luego entregárselos a otras familias. Sin embargo, nuevas acusaciones en su contra lo amenazan nuevamente.

Se trata del testimonio que entregó a BioBioChile Carolina Marín, una mujer de 46 años que asegura haber sido abusada sexualmente por el religioso entre los ocho y los doce años. A Joannon, se sumaron otros dos sacerdotes que quisieron seguir sus pasos y abusaron de ella entre los quince y los veinte años.

Hoy, Carolina, quien tiene 46, recuerda todo con claridad. “Cuando estábamos en la salita, siempre estábamos cara a cara y él se inclinaba hacia mí y me acariciaba las piernas… (…) Un día su mano subió a mi vagina”, es parte de un relato que dio inicio cuando ella iba en tercero básico en el colegio de los Sagrados Corazones de la comuna de Providencia.

En ese entonces, Gerardo Joannon, quien bordeaba los 44 años, era un “cura choro” y era parte del proceso que Marín enfrentaba para celebrar su primera comunión. Todas las semanas debía mantener un encuentro personal con el sacerdote en una sala angosta que ubicaba al lado de la capilla. “Al principio era muy afectuoso conmigo, era dulce con sus palabras, me tomaba de la mano”, contó.

“Cuando estábamos en la salita, siempre estábamos cara a cara y él se inclinaba hacia mí y me acariciaba las piernas”, continuó. Agregó que “de las caricias a mis piernas pasó a la entrepierna (…) a susurrarme al oído que era nuestro secreto y que mi silencio era muestra de mi gran amor (…) con Dios, que me iba a recibir con mayor felicidad cuando comulgara con él (…) Un día su mano subió a mi vagina”.

Durante cuatro años, Carolina fue obligada por Joannon a masturbarlo y realizarle sexo oral. Él le aseguraba que con eso se acercaba a la santidad. E incluso, intentó violarla.

Situaciones como las que vivió esta mujer eran un secreto a voces y quienes sabían de sus prácticas –las que también repetía con monjas, alumnas y apoderadas– guardaban silencio.

Marín presentará una denuncia por delitos sexuales, el que prepara junto al estudio de abogados de Juan Pablo Hermosilla. De derivar en una indagatoria penal por parte del Ministerio Público, es probable que lo ocurrido salga a la luz.

Joannon fue sobreseído de la causa por las adopciones irregulares. En 2018 fue reincorporado por los Sagrados Corazones y hoy vive en una una casa de la congregación en la comuna de Ñuñoa, donde presta servicios de enfermería.

Los otros dos

A su testimonio contra Gerardo Joannon, Carolina Marín también reveló lo ocurrido con el sacerdote Juan Andrés Peretiatkowics, quien era reconocido por saludar a todos con un “topón”. Fue en el Centro Pastoral Juvenil de la Anunciación donde lo conoció, cuando cursaba segundo medio.

Ella intentó contarle lo ocurrido en el Sagrados Corazones, pero solo recibió un “no inventes huevadas, él es un santo”. De hecho, Peretiatkowics quiso seguir los pasos de Joannon y pasó de los topones en la boca a masajearle la entrepierna, mientras se masturbaba. Todo esto en su oficina. 

Entre abril y agosto del 2018, el Arzobispado recibió denuncias contra Pertiatkowics, los que fueron declarados verosímiles y ratificados por la Congregación para la doctrina de la fe con sede en el Vaticano. Durante el proceso, fue suspendido de sus labores eclesiásticas y lo obligaron a permanecer en la residencia de la enfermería de la Casa Provincial SS.CC., por supuestos problemas de salud. En mayo de 2019, los antecedentes fueron entregados a la Fiscalía.

Pero no fueron los únicos que abusaron de Marín, faltaba un tercero. Se trata de Jorge Prieto, párroco del Centro Pastoral Juvenil de la Anunciación.

Una vez me encerró en la Sacristía, me empujó contra la pared y comenzó a manosearme. Primero en mis muslos luego trató de bajarme los calzones. Por suerte entró Alex Vigueras, quien era seminarista de los SSCC y se percató de todo”, recordó Carolina.

Según consigna BioBioChile, “existirían otros casos similares al de Carolina Marín M., que acusan al sacerdote de abusar sexualmente de otras mujeres, mientras ejerció como guía espiritual en los distintos colegios de la congregación”.

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