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29 de Julio de 2020

Las historias de los campamentos de la Región Metropolitana que develó la pandemia

La falta de agua potable, elemento esencial a la hora de prevenir el contagio de coronavirus, es una de las grandes necesidades que, una vez más, quedó en evidencia, y la cual hoy se está abordando de la mano del desafío #ChileComparteAgua.

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campamentos agua
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El 3 de marzo el Ministerio de Salud confirmaba el primer caso identificado de coronavirus (Covid-19) en el país, y tras ello la historia es conocida: el 16 del mismo mes se produjo el salto a la educación a distancia y poco a poco muchas empresas orientaron sus esfuerzos hacia al teletrabajo. Eso, hasta hoy, cuando pese a que siete comunas de la Región Metropolitana pasaron a la fase de Transición, aún gran parte de los habitantes de la capital sigue en cuarentena total.

Pero, más allá de la crisis sanitaria y los cambios que ocasionó en la forma en que nos movilizamos y desarrollamos las diferentes tareas, la pandemia también develó la realidad de los campamentos del país, donde no solamente hay un déficit habitacional, sino también de elementos de primera necesidad, tal como es el agua potable.

Campamentos Violeta Parra y El Peñoncito

El Campamento Violeta Parra, en la comuna de Cerro Navia, se estableció en septiembre de 2019, y desde entonces han luchado por cambiar el curso de una difícil realidad, una que presenta un avance al menos en cuanto a asegurar el abastecimiento de un recurso esencial, más aún en el marco de esta pandemia: el agua potable.

Esto último, gracias a una alianza entre TECHO-Chile, Aguas Andinas y la Municipalidad de Cerro Navia, y que se materializó en la instalación y abastecimiento de ocho torres de almacenamiento de agua en el campamento.

Y hoy, luego de que se comenzara a surtir de agua a las familias de este campamento, la historia tiene otros matices. “Ya nadie puede decir que no tiene de dónde sacar agua, ya que ahora disponemos de este recurso en cualquier momento del día. Era la solución que necesitábamos”, afirmó a El Dínamo Ludwing Burk, quien ejerce, desde los inicios del Campamento Violeta Parra, como uno de sus dirigentes.

Según Ludwing, el tema del agua potable era una problemática constante que intentaron resolver de diferentes formas, por ejemplo, a través de la conexión a una matriz. Sin embargo, no se pudo lograr una solución definitiva, la cual sólo llegó hace unos días.

“Antes nos habíamos conectado a una matriz. Fue una inversión alta para las familias de acá, hubo que juntar dinero y comprar material, y la gente misma del campamento colocó la mano de obra. Entonces, solucionamos en parte el tema del agua, pero siempre faltó, porque no fue un trabajo profesional y la presión que había era muy mala, y a las casas que estaban al final no les llegaba nada de agua”, relató el dirigente vecinal.

En cambio, ahora “vendrán a abastecer de agua las torres cuatro días a la semana, y por lo tanto, quien necesite agua sólo tiene que ir y sacar, sin existir tampoco la necesidad de restringir su uso”, destacó Ludwing.

En total, son 300 las familias (alrededor de 1.200 personas) del Campamento Violeta Parra las beneficiadas con esta iniciativa público-privada, la cual también contemplará a otros campamentos de la Región Metropolitana, en las comunas de Puente Alto, Talagante, Peñaflor, Colina, Lampa, La Florida y Cerro Navia.

De hecho, el 7 de junio, se entregaron las primeras nueve torres de almacenamiento de agua en Puente Alto, específicamente para el Campamento El Peñoncito.

“Ha funcionado súper bien. La gente va y saca agua cuando lo necesita, sin restricción. Esto, ya que están viniendo todos los días a abastecer las torres”, detalló a EL DÍNAMO Luz Mateluna, dirigenta vecinal del Campamento El Peñoncito.

Luz, quien asumió como dirigenta hace 6 meses y lleva casi 2 años viviendo en este campamento, además destacó que si bien, antes tenían acceso a agua potable gracias a la Municipalidad que los abastecía a través de camiones aljibes, lo cierto que es ahora al tener una mayor cantidad de torres, y por ende, más capacidad de almacenamiento, hay “una mejor distribución y ha durado más el agua”.

De esta manera, las 90 familias que viven en El Peñoncito se han visto beneficiadas con este proyecto, donde Aguas Andinas se hizo presente con un aporte que permitió la compra de materiales de construcción, estanques, herramientas y contratación por plazo fijo de personal para la puesta en marcha de éste.

Cabe mencionar que esta iniciativa, que consiste en la construcción y abastecimiento de esta torres de aguas en distintos campamentos de la Región Metropolitana, se enmarca en el desafío #ChileComparte, que busca apoyar en diferentes ámbitos a familias vulnerables del país y que, en este caso, se denomina #ChileComparteAgua.

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