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1 de Noviembre de 2020

Pensiones: el golpe al sistema de reparto en un mundo en crisis

Los cambios demográficos -mayor expectativa de vida, poblaciones envejecidas y menos trabajadores jóvenes- sumados a crisis económicas han hecho que se replanteen el modelo.

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pensiones sistema reparto
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Cuando la discusión de las últimas semanas se ha enfocado en un segundo retiro de fondos, la prioridad previsional para La Moneda sigue siendo la materialización de un reforma al sistema de pensiones hacia un funcionamiento mixto, con una parte autofinanciada por el trabajador y otro componente de reparto.

Este último componente  -que algunos han mencionado como componente solidario- estaría en la cotización adicional que propone La Moneda, monto que aún no se define si irá a un fondo común pese a la postura de la oposición.

Sin embargo, las pensiones por reparto han sido puesta en duda en el mundo, dejando a algunos sistemas al borde de la quiebra.

Experiencia internacional

El Melbourne Mercer Global Pension Index estableció que en 2019 Holanda se coronó como el país con “el mejor sistema de pensiones del mundo”. Sin embargo, los cambios demográficos -mayor expectativa de vida, poblaciones envejecidas y menos trabajadores jóvenes- sumados a crisis económicas mundiales han hecho que las autoridades locales se replanteen el modelo.

El sistema holandés tiene un componente de reparto y ofrece una red de seguridad pública a todos los trabajadores, sistema que incluye una pensión pública básica, con un valor igual al Salario Mínimo Interprofesional del país, y otra parte de carácter voluntario y privado.

A fines de 2019 ya se planteaba que el sistema debía ser reformado por una eventual insolvencia, lo a que luego se sumó crisis económica por la pandemia del Coronavirus. En marzo pasado, el fondo de retiro público holandés (ABP Netherlands) afirmó que tendría que recortar las pensiones en 2021.

España también ve su sistema colapsar. En enero de 2020,  el experto en pensiones José Antonio Herce conversó con EL DÍNAMO, indicando que “el inconveniente de la gran predominancia de un sistema público de pensiones es que no realiza acumulación alguna de ahorro a largo plazo y que sus prestaciones tienen un elevado componente redistributivo, quedando escasamente ligadas al esfuerzo contributivo de los trabajadores”.

Según Herce, las prestaciones “quedan a merced de los criterios políticos de su actualización y las posibilidades del sistema para financiarlas enteramente con aportaciones de trabajadores y empleadores a medida que el sistema genera déficit y deuda como consecuencia del alargamiento de la esperanza de vida”, lo que -según proyectan los académicos- significaría un descenso en las jubilaciones españolas al 40% del último salario en 2050.

En el caso de Latinoamérica, un estudio de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (Fiap) estableció graves efectos de la situación económica en las pensiones de los países con un sistema de reparto.

En Argentina, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad perdió 70% de su valor en dólares, pasando de US$70 mil millones en 2015 a US$22 mil millones en 2020. Costa Rica, en tanto, presenta problemas de insolvencia, mientras que en Panamá y Ecuador se podría dejar de pagar pensiones al 2023 y 2053, respectivamente.

El reparto en Chile

Antes del sistema actual de AFP, Chile sistema de reparto en donde el Estado contribuía con cerca del 30% del total de recursos.

Este dinero se sumaba a un fondo común con las cotizaciones de los trabajadores activos, quedando la pensión sujeta a las características de cada Caja de Previsión Social, las que determinaba sus propios requisitos para pensionarse.

A 1980, los porcentajes eran los siguientes:

  • Servicio de Seguro Social: 7,25% del trabajador y de 15,70% del empleador
  • Caja de Empleados Particulares: 10,16% del trabajador y 14,75% del empleador
  • Caja de Empleados Públicos: 11,00% del trabajador y 4,75% del empleador.

Para poder acceder a la jubilación, en el caso de los hombres debían cumplir con 15 años de cotización en la Caja del Seguro Social, mientras que las mujeres era de 10 años. De no contar con el tiempo establecido, no se le pagaba ninguna pensión.

Con el sistema de AFP, se dejó la modalidad de reparto para cuentas individuales de cotización individual, es decir, con el 10% de aporte de las cotizaciones trabajador. Sin embargo, el sistema chileno pasó por diferentes reformas y hoy está conformado por tres pilares:

  • Pilar Contributivo Obligatorio: capitalización individual
  • Pilar Contributivo Voluntario: aporte voluntario a la capitalización individual.
  • Pilar Solidario: Financiado por el Estado y dirigido al 60% más pobre de la población.

 

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