
Finalmente, el Papa Francisco se refirió a la situación del obispo Juan barros, acusado por las víctimas de Fernando Karadima como encubridor de los delitos sexuales que sufrieron.
A su llegada a Iquique, el pontífice se reunió brevemente con los periodistas, quienes aprovecharon de consultarle sobre el religioso. Ante esto, sumamente serio, Francisco aseguró “el día que me traigan pruebas voy a hablar”.