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14 de Junio de 2014

La banca tras el mundial

Se nos obliga a ahorrar para nuestra vejez, para nuestra salud, por si quedamos cesantes (...). No obstante, frente a la banca y las ganancias que se obtienen con las cobranzas somos libres, maduros y responsables, un doble discurso que invita a la sospecha.

Por Alejandro Maureira
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Se ha acusado que la Reforma Tributaria es pro-banco. Se ha acusado que ésta busca bancarizar a las PYMES. La eliminación del SERNAC Financiero, nos desinforman, mejorando aún más la posición de la banca, independiente de las nuevas atribuciones que obtendría el SERNAC, de las cuales también sospecho. Sostengo que menos banca es más bienestar para las personas, las PYMES, las empresas, la economía.

“Limpieza de cartera” es el término para referirse a la liquidación de clientes que pasan de activos a pasivos con, ahora, un único y nuevo crédito que multiplica en “x” veces el monto original de la deuda y que en su calidad de “renegociado” obtienen una menor protección frente a una cobranza de lapidarias atribuciones, las cuales se suelen abordar con un perdonazo en DICOM, de vez en cuando, sin solucionar el problema que lo llevó a ello.

El banquero solía creer y defender que en un país libre quien obtiene un crédito y por ello sufre las consecuencias, se debe exclusivamente a la irresponsabilidad de quien accedió libremente a él.

En un Estado paternalista o a estas alturas supra-maternalista, los individuos somos incapaces de velar por nuestro bienestar, tanto que se nos obliga a ahorrar para nuestra vejez, para nuestra salud, por si quedamos cesantes, independiente de la evaluación sobre el sistema de salud, el mercado laboral o nuestra estructura de producción. No obstante, frente a la banca y las ganancias que se obtienen con las cobranzas somos libres, maduros y responsables, un doble discurso que invita a la sospecha, en lo personal, me colma.

Vuelta de carnero, ahora creo que los bancos debieran absorber los costos de la cobranza sobre la base que deben ser ellos los expertos en determinar a quien sí y a quien no prestarle, más que mal es su negocio, es en lo que deben ser excelentes.

La propuesta de eliminar la cobranza la he comentado en columnas anteriores, la reafirmo y concluyo que sin cobranza el rol de la banca disminuiría, con él los precios distorsionados por el acceso a créditos, especialmente los inmobiliarios. Los efectos de los ciclos económicos serían moderados y la economía más estable al eliminar la probabilidad de una nueva crisis subprime.

Liberen a la banca de las restricciones para otorgar créditos y dejen que ellos asuman los costos de cobranza.

Comenzó el mundial y está el temor latente que sea éste un distractor para aprobar de todo lo que se pueda en el Congreso y de toda índole, incluyendo medidas que mejoran la posición de la banca frente a los consumidores financieros y aumenten la participación de ella en nuestra economía. La buena noticia, es que el consenso dice que las tasas de interés se mantendrán, el deseo de muchos es que bajarán, pero la inflación dice que subirán. La posibilidad de un alza de los tipos de interés frena a la banca que preferirá colocar dinero más “caro”, lo malo es que habrá que esperar hasta julio, casi un mes, para conocer el nuevo IPC; mientras esperar, esperar.

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