Afirmando que “la reforma al Sipco es el tercer parche que este gobierno impone a los chilenos ante las alzas de precios de los combustibles”, el vicepresidente de la cámara alta, Alejandro Navarro, llamó al Senado a respetar su compromiso de aprobar la derogación del impuesto específico, y cambiarlo por el sistema denominado Gepco.
El parlamentario y presidente del MAS expresó que la apuesta del Gobierno es que cada alza de los combustibles se solucione por ley, “lo que es una locura. La iniciativa de este gobierno, en enero de 2011, el Congreso aprobó el reemplazo del antiguo sistema por el Sipco, basado en un seguro que no sabemos si resistirá alzas sucesivas a nivel internacional”.
“Luego ante el alza de marzo del mismo año, con la abstención mía y de varios senadores, se aprobó en miserables dos horas, un nuevo maquillaje a la ley para paliar sus efectos. Y ahora, ante una nueva alza, se intenta esta nueva reformita. ¿Hasta cuándo vamos a seguir con este show?”, sostuvo Navarro.
Asimismo, recordó que “el lunes 2 de abril, en el ex Congreso Nacional y en las puertas de la Superintendencia de Combustibles, junto al senador (Antonio) Horvath, y con el apoyo de los parlamentarios de (Alfonso) De Urresti, (José Antonio) Gómez, y el líder del PRO, Marco Enríquez Ominami, presentamos la propuesta Gepco, como una alternativa al actual sistema Sipco, en virtud de un estudio preparado por Miguel Márquez y Hernán Frigolet para la Federación de Sindicatos del Petróleo de Chile. Luego, a principios de mayo de este año, el MAS y el PRO realizamos una declaración conjunta apoyando el sistema Gepco, la redistribución del impuesto para los más ricos, para las grandes empresas”.
Navarro añadió que el Senado en su conjunto, aprobó el 19 de junio de 2012, un acuerdo, dirigido al Presidente de la República, pidiéndole “el envío de una iniciativa de ley para derogar el sistema Sipco, reemplazándolo por otro que, manteniendo la recaudación fiscal del impuesto a los combustibles, redistribuya su aplicación gravando a las grandes empresas y no a la clase media o al consumidor final”.
Este acuerdo, aprobado por la sala del Senado, “fue propuesto por mí, junto a los senadores (Fulvio) Rossi, (Isabel) Allende y (Eugenio) Tuma. Por lo tanto, el Senado para guardar su compromiso y palabra, debe rechazar esta reformita, y aprobar sólo el proyecto alternativo que señalamos“, manifestó.
