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27 de Junio de 2013

La noche más larga de los secundarios

Acompañamos a la ACES en la noche más larga del movimiento estudiantil. El gobierno desalojó todos los liceos en toma y los escolares dejaron ver como el actual sistema político no los representa.

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La noche del miércoles la noticia recorría como un reguero de pólvora los más de 20 liceos que permanecían en toma en la Región Metropolitana y que este domingo son locales de votación en las elecciones primarias: El gobierno había dado la orden y todos serían desalojados.

A través de llamadas telefónicas y  por mensajes de Whats App, los estudiantes se comunicaron y coordinaron una precaria defensa de los liceos. La CONFECH salió a prestar ayuda jurídica y a ofrecer alojamiento a los desalojados, mientras la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios ( ACES) consiguió un automóvil e inició un periplo para registrar lo que ocurriera con la llegada de Carabineros. Los acompañamos, y esta es la historia.

Es un auto blanco y en su interior viajan cuatro dirigentes de la ACES, entre ellos, la ex vocera Eloísa González. Están apurados, fuman y no se separan de sus celulares. “¿Dónde vamos primero?”, pregunta Eloísa. Son las doce de la noche del jueves 27 de junio y ya han sido desalojados los liceos Confederación Suiza y Manuel Barros Borgoño. Una micro del Transantiago fue quemada en las protestas nocturnas y en las calles de Santiago abundan las huellas del  paro nacional que se desarrolló durante la jornada.

Los rumores se desatan. “Se va a resistir el desalojo”; “los liceos se van a entregar de forma pacífica”; “Carabineros está llegando a los liceos”; “se trata de una estrategia, no van a desalojar a nadie, quieren asustarnos”. Las versiones cambian minuto a minuto y con cada llamada recibida por los escolares.

El auto de la ACES llega primero al Liceo Carmela Carvajal. En el lugar hay algunos apoderados acompañando a sus hijas, las que nerviosas comunican que no entregarán el colegio.

Gabriel Del Carril y Elvira López

Gabriel Del Carril y Elvira López

La actriz Elvira López, junto a su pareja el cineasta Gabriel Del Carril, reparten cigarros a las estudiantes y vociferan su adhesión al movimiento estudiantil: “Venimos a apoyar porque es inaceptable que este gobierno no escuché desde hace dos años las demandas estudiantiles. El movimiento estudiantil es lo más importante que le ha pasado al país en los últimos 20 años”.

El ex dirigente estudiantil de la FEUC y actual coordinador de participación estudiantil de la Municipalidad de Providencia, Pedro Pablo Glatz, indica que el municipio decidió desplegarse en los cuatro colegios de la comuna que están en toma y son locales de votación: “Nos llamaron los estudiantes a las nueve de la noche y nos avisaron que Carabineros les había advertido del desalojo. Ahí se decidió que la alcaldesa y sus asesores nos íbamos a apersonar en los colegios”. Glatz termina sus palabras y desde un vehículo de seguridad ciudadana desciende la alcaldesa Josefa Errázuriz.

Josefa Errázuriz dialoga con las estudiantes del Carmela

Josefa Errázuriz dialoga con las estudiantes del Carmela

“Es una decisión de ustedes, pero yo les propongo que nos retiremos pacíficamente y le exijamos al gobierno una mesa de diálogo para conversar en serio la reforma educacional, creo que con eso le estamos doblando la mano“, le dice la edil a un grupo de escolares que se acercaron a saludarla.

La respuesta es categórica: “Las decisiones como estudiantes ya están tomadas, nosotras vamos a permanecer dentro del establecimiento esperando el desalojo y no vamos a salir y entregar el liceo”. No hay nada que hacer. Errázuriz se compromete a estar presente cuando se ejecute la evacuación del colegio. Se sube a su auto y se va en medio de aplausos de los presentes.

Según la vocera de la toma, Sofía Hurtado, lo que más les molesta es que el desalojo se produzca para beneficiar las primarias del domingo: “La idea de la toma era manifestarnos frente a las primarias. Están de nuevo dejándonos de lado en las decisiones que están tomando y se nota que la apertura al diálogo es mentira. Nosotros entendemos la democracia de una forma totalmente distinta a la de ellos. Estábamos en toma porque no creemos en la concepción de democracia que tienen en el sistema político”, argumenta.

Luego el auto blanco de los secundarios baja rápido por la Alameda hacía el Liceo 1. En el trayecto Eloísa llama por teléfono a Luisa Toledo, madre de los hermanos Vergara Toledo (Rafael y Eduardo fueron abatidos por los carabineros en Villa Francia en 1985), ya que en redes sociales se comenta que su casa fue atacada por Carabineros. La saluda, la escucha y le manda un abrazo a la distancia. Cuelga y comunica: “Los pacos les llenaron la casa de lacrimógenas, les quemaron una cortina. Había un niño y tuvieron que sacarlo…”.

En el Liceo 1 está lleno de cámaras. La alcaldesa Carolina Tohá conversa con las dirigentas y con la prensa. Las estudiantes habían decidido bajar la toma el jueves para permitir las primarias, pero igual les llegó la orden de desalojo. “Nosotras no nos íbamos a arriesgar a recibir golpes por parte de un gobierno represivo. Ellos pasan por sobre nuestra organización como estudiantes”, señala Margarita Muñoz, presidenta del Centro de Alumnas, justo antes de entregarle oficialmente las llaves del colegio a la alcaldesa.

-Alcaldesa, ¿por qué el ministerio del Interior puede ordenar el desalojo si los alcaldes no están de acuerdo?

“Descubrieron un artículo que señala una situación respecto de los diez días previos a las elecciones. Creemos que esta es una aplicación de la ley imprudente. Toda la manera como el gobierno ha manejado el conflicto ciertamente no ayuda al clima que el país tiene que construir previo a una elección. Los adultos y las autoridades tenemos que tratar de resolver los conflictos con buenas maneras y no a las patadas”, responde Carolina Tohá a El Dínamo mientras avanza hacia un móvil de televisión que la entrevistara en directo.

La gestión de la alcaldesa ha logrado la entrega pacífica de dos liceos, el 1 y el 7 de Santiago. Uno de sus asesores cuenta que las situaciones más problemáticas podrían presentarse en el Amunategui y el Liceo de Aplicación, donde los escolares han dado luces de resistir los desalojos.

A las 00:50 horas arribamos al Barrio Yungay donde está ubicado el Liceo Amunategui. Acá no hay prensa ni autoridades. A través de sus rejas se ve a algunos escolares alrededor de una fogata. Están desorientados y no tienen muchas claridades. Un lienzo cuelga de sus muros: “Por el pico los ricos y los milicos”.

Tomás Araya, el vocero de la asamblea del establecimiento argumenta que no se sientan parte del actual sistema que impera en el país: “Nosotros como movimiento estamos en contra de cualquier ente político que nos trata como terroristas, porque ellos son los intransigentes que no quieren nada con nosotros. Ellos saben que éste ya no es solo un movimiento estudiantil, porque es un movimiento con los trabajadores, con los portuarios. El gobierno está desesperado y se está dedicando solo a reprimir. Vamos a seguir movilizados… esté en el poder Bachelet o cualquier otro”. 

En las afueras del Liceo aparece el presidente de la Federación de la Universidad de Santiago, Sebastián Donoso, quien ofrece a los escolares refugio en su toma en caso de ser desalojados. Nadie sabe a qué hora se concretarán las desocupaciones. Los dirigentes de la ACES coordinan una posible ayuda jurídica y suben al auto. El próximo destino es el Liceo de Aplicación.

La escena es cinematográfica. Desde la calle Ricardo Cumming se escucha a todo volumen: “con los terrorista, ta, ta, ta”. Tras una barricada, unos 20 escolares están sentados en sus pupitres. Hay un pizarrón. Algunos están encapuchados. Se lanzan papeles, parece una sala de clases. Pero son la 01:20 de la madrugada y los escolares bailan y se desordenan, sin moverse de sus asientos.

La "clase" del Liceo de aplicación

La “clase” del Liceo de aplicación

Los grandes parlantes que ubicaron en el exterior del liceo comienzan a lanzar los acordes del “Sabotage” de Beastie Boys. Se acerca el presidente del Centro de Alumnos, Pedro Jofré: “Creemos que es inadmisible que ellos actúen de esta forma frente a nosotros, nos piden que respetemos su democracia pero no respetan nuestros procesos democráticos. Ellos no tienen ningún interés en resolver los problemas, simplemente quieren seguir manteniéndose en el poder como lo han hecho siempre, sea la Concertación o la Alianza. Siguen manteniendo este modelo neoliberal heredado de la dictadura”, culmina el dirigente y vuelve a su puesto tras la barricada.

Otro grupo de escolares encienden fogatas en la Alameda y Cumming. Uno de los tantos rayados que adornan las murallas del Aplicación, afirma que: “La ascurría es gratis, las piedras también”. Pero ésta noche no hay piedras. Aún cuando aparece el carro lanza aguas de Carabineros y moja a los escolares con su potente chorro. “No saben qué hacer si no hay violencia, pacos culiaos”, grita uno de los escolares y las Fuerzas Especiales lo miran desde la esquina. Los gritos siguen: “Soéz”; “inmáduro”; “paco feo”, son los otros insultos lanzados a la policía. Las barricadas se extinguen y en los parlantes se escucha el “Salve” de La Polla Records: “Hay que estar majareto, para hablar de amor de Dios y al mismo tiempo, en sus escuela, preparar los cuadros de mando de la represión fascista.”

Los “canarios” se retiran. Será la entrega de liceo más novedosa de la noche.

Son las 02:25 de la madrugada y en el auto de la ACES hay confusión. “Estos hueones no van a desalojar, están puro metiendo miedo”, dice uno de los escolares. Eloísa prende un cigarrillo y contesta el teléfono, escucha, y lanza: “Vamos al Darío”.

En la Avenida España, donde se ubica el Liceo Darío Salas, todo está extrañamente tranquilo. El frío de las primeras horas de la noche dio paso a un viento tibio que hace volar los panfletos que quedaron esparcidos en la protesta que se desarrolló hace algunas horas. A primera vista, el colegio esta vacío.

Los secundarios golpean el portón y tímidamente se asoman unas cabezas desde el segundo piso. Las escaleras y los accesos

Las tomas tenían sus propias mascotas.

Las tomas tenían sus propias mascotas.

están tapiados con sillas y mesas. Los darianos saludan, no tienen más de 15 años. Pero sus palabras son firmes: “No vamos a entregar el Liceo, estamos chatos que nos paseen, nos aburrimos”. Les pedimos una foto. “No guachito, tenemos que cuidarnos, han estado todo el día los pacos dando vuelta”, es la respuesta. Piden cigarros, tienen hambre y frió. Desde el interior le lanzan un saco de dormir a uno de sus compañeros que resultó herido en las protestas de la tarde y que ahora vigila la calle junto a algunos apoderados que acaban de llegar.

Son 23 dentro del colegio, tienen 15 años y van a resistir el desalojo. Chicos, pero convencidos.

El auto blanco de los escolares baja por Matucana camino al Internado Nacional Barros Arana. Si bien ese establecimiento no es local de votación, durante la tarde tuvieron duros encontrones con Carabineros. Dentro del INBA hay 60 jóvenes y cuentan que ya recibieron la visita ofreciendo ayuda de estudiantes de la Universidad de Chile y de la USACH. La mayoría duerme y una guardia de cinco vigila la puerta. Si es que los desalojan están preparados para resistir.

Suena un celular, alguien dice que nos vamos. El auto enfila al sur. ¿El destino?, Liceo A-14.

En la toma recibe, escoba en mano, la actual vocera de los escolares, Isabel Salgado. La dirigente cuenta que decidieron entregar pacíficamente el colegio apenas lleguen los Carabineros. No quieren arriesgar a los alumnos. Mientras barre, Salgado se da el tiempo de criticar la decisión del gobierno: “Se intenta cooptar al movimiento estudiantil por la coyuntura que son las primarias. Hubo intransigencia por parte del SERVEL y la clase política. Podrían haber buscado otros locales de votación, pero fue casi un capricho de ellos”.

Eloísa González no se separó de su celular.

Eloísa González no se separó de su celular.

La vocera intercambia información con Eloísa, pero algo pasa en Providencia. Son las cuatro de la madrugada y los celulares comienzan a sonar al mismo tiempo. “Llegaron los pacos al Carmela”; “Llegaron al Alessandri”. Se cierran las puertas del auto y a toda velocidad enfila por Avenida Matta. En Radio Bío Bío un auditor informa que nueve micros de Carabineros suben por la Alameda. Se eleva la tensión.

Llegamos al Parque Bustamante y Carabineros ya está desplegado en el Liceo Alessandri. Acá si hay prensa. El desalojo es inminente. La sorpresa es que será llevado a cabo por personal de las comisarías y no por Fuerzas Especiales. En su mayoría mujeres.

El vocero de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios y estudiante del Alessandri, Moisés Paredes, está tranquilo y se da el tiempo de entregar su posición: “Nuevamente la respuesta a los estudiantes es violencia y desalojos y no diálogo para resolver el conflicto”. No alcanza a seguir desarrollando la idea, Carabineros comienzan a sacar las sillas de las rejas.

A los uniformados les cuesta entrar. Todos los accesos están tapados con diversos obstáculos. Se demora el procedimiento y Moisés Paredes sonríe. Pasarán algunos minutos y Carabineros se dará cuenta que no hay nadie dentro del establecimiento. Es la única toma fantasma de la jornada.

Los minutos pasan rápido en medio de los llamados por celular y los avisos en redes sociales. Los desalojos son simultáneos. Apoderados informan que hay dos atropellados en el Darío Salas y en el Amunategui denuncian que están siendo atacados con bombas lacrimógenas.

Carabineros desalojó los liceos con personal de las comisarias

Carabineros desalojó los liceos con personal de las comisarias

El auto de la ACES llega al Carmela Carvajal, no alcanza a estacionar cuando sus ocupantes ya están corriendo hacia el frontis del emblemático establecimiento de Providencia. El perimetro está cercado por efectivos policiales. La prensa tampoco puede acercarse. A lo lejos se ve a la alcaldesa Josefa Errázuriz supervisando el desalojo. Las estudiantes son arrastradas desde el interior del Carmela, a algunas las traen del pelo. Apoderados gritan desde la calle, pero nadie los escucha. “Se te perdieron los ovarios paca”, grita una mamá a las carabineras que sacan a las escolares. 17 detenidas dejó la desocupación. Se las llevan a la 19 comisaría de Providencia.

La dirigenta de la Coordinadora de Apoderados por el Derecho a la Educación, CORPADE, Dafne Concha está enojada. Reclama por el actuar de Carabineros, lo propio hace el vocero del grupo Acción Ecológica, Luis Mariano Rendón, que en bicicleta ha recorrido los colegios de la comuna. Ellos informan que el Liceo 7 de Niñas ya fue desalojado, dejando un saldo de cinco detenidas.

Son las 04:30 AM y nos dirigimos a Ñuñoa, el Liceo Manuel de Salas va a ser desalojado por primera vez en su historia. Es el colegio de Eloísa González, quien fuma nerviosa y reclama que se le agotó la batería del celular. Por la radio el General Rodolfo Pacheco, de Carabineros, afirma que el 90% de los liceos en toma ya ha sido desalojado.

En la calla Brown Norte con Irarrázaval, donde se ubica el Manuel de Salas el tránsito está interrumpido por cerca de 200 apoderados y alumnos que vigilan lo que pasará con el único colegio privado que se sumó a las movilizaciones en Santiago. En su interior hay 124 escolares, además del director, Jorge Zubicueta, apoderados y profesores. Todos apoyaron la toma.

En el Liceo Manuel de Salas resistieon el desalojo

En el Liceo Manuel de Salas resistieron el desalojo

Las conversaciones con Carabineros se extienden. En un comienzo la policía no tiene la orden de desalojo. Entre los padres de los jóvenes hay varios abogados, a ellos no les pueden pasar gato por liebre. Reclaman, dialogan. “Le pido que no haya violencia física”, le dice un apoderado al carabinero a cargo. La respuesta sorprende a los presentes “¿cómo se le ocurre que los carabineros vamos a usar violencia con los jóvenes?”, los apoderados se ríen y uno responde: “yo estoy dispuesto a defender a mi cabro, si hay violencia va a ser mutua”. “Está en su derecho”, le retruca el policía.

Carlos Morgado, parte de la brigada jurídica de los estudiantes de la Universidad Alberto Hurtado, comenta que los procedimientos han sido irregulares: “Hay órdenes extrañas. Carabineros está citando normativas erróneas. Nosotros vamos a presentar acciones legales, el Ejecutivo tiene que saber que esto ya no es hueveo. Nosotros vamos a cambiar este sistema”, dice y saca aplausos de sus compañeros.

Los minutos pasan y el director del colegio se asoma por una pandereta rodeado por sus alumnos: “Los estudiantes han decidido quedarse al desalojo. No van a oponer resistencia activa. Los profesores y este director actuaremos como veedores”. Uno de los carabineros le responde que eso no es posible: “Si ustedes se quedan en el interior, estarán transgrediendo la ley”. El director lo piensa, pasan diez segundos, y responde: “La toma es apoyada por todos, nosotros también estamos en toma. Nos quedaremos junto a nuestros estudiantes y asumiremos las consecuencias”. Las cartas están echadas.

Pasadas las siete de la mañana Carabineros hará ingreso por primera vez al Liceo Experimental Manuel de Salas, cuya administración depende de la Universidad de Chile. En la televisión transmiten el desalojo en directo. Los detenidos se elevan a más de una centena.

Eloísa  comunica que ahora irá a las comisarías a ver a sus compañeros. El viento tibio da paso a algunas gotas de lluvia y cientos de personas comienzan a retirarse de las afueras del colegio.

El gobierno logró su objetivo. Desalojó a todos los liceos que estaban en toma y que son locales de votación en las elecciones de este domingo. Lo hizo sin ocupar a las Fuerzas Especiales. Carabineros informa que efectivos policiales permanecerán dentro de los liceos para evitar posibles retomas. La medianoche del jueves 27 le entregarán los recintos a las Fuerzas Armadas. La institucionalidad del Estado se hace cargo de los recintos. En la televisión el ministro del Interior, Andrés Chadwick, luce satisfecho. La mirada de los secundarios es de cansancio y rabia. Siguen prendiendo cigarrillos y llamando por teléfono. “Esto no va a parar”, anuncian.

 

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