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7 de Agosto de 2013

Chiguaihue: La tierra de sangre que vio morir a Rodrigo Melinao y a Jaime Mendoza Collío

Rodrigo Melinao tenía 26 años, dos hijos y una esposa con cuatro meses de embarazo. Su cuerpo fue encontrado en una zona aislada Chiguaihue con dos impactos de bala. “Mi hermano fue perseguido hasta que finalmente lograron encontrarlo”, sentencia su hermano.

Por Carolina Rojas N.
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 “Apenas, puedo hablar lamgen, este es un momento de mucho dolor, mi madre está destrozada, Rodrigo dejó dos hijos y uno en camino, su señora está embarazada de cuatro meses”, dice al teléfono y entre sollozos, Hugo Melinao, hermano del comunero mapuche asesinado.

Confiesa que su madre Francisca Licán, fue la más afectada con la noticia y hoy en la mañana retirarán el cuerpo de Rodrigo, apenas y con fuerzas de flaqueza, porque recién están asimilando la pérdida. Su hermano parecía estar protegido dentro de la comunidad, pero Hugo dice que tras los allanamientos de hace algunas semanas, de algún modo, la familia sabía que todo terminaría mal.

Ayer en la noche, los Melinao estaban reunidos terminando de hacer los últimos trámites para irse a su hogar de vuelta a la comunidad Rayen Mapu en Ercilla. Su primera preocupación fue cuáles serían los pasos a seguir ante la justicia. “Mañana pondremos una querella contra todos los que resulten responsables de la muerte de mi hermano, no tengo confianza en que la Fiscalía de Collipulli resuelva el caso, son parte del sistema que tiene como tiene al pueblo mapuche, lo único que pido e justicia para Rodrigo”, reclama.

Pese a toda esta pesadilla, Hugo recuerda a su hermano como un kona (valiente) con quien luchó contra la presencia de las forestales y que siempre lo apoyó en la constante pelea de la comunidad. Ahora, después de su muerte, prefiere atesorar esa imagen: la de un guerrero. “Me decía seré tu brazo derecho para pelear contra la burocracia, aunque paguemos muchas veces con encarcelamiento y persecución, mientras lo ricos se siguen llenando lo bolsillos de plata (…) Mi hermano fue perseguido hasta que finalmente lograron encontrarlo, por todo esto, apunto cien por ciento al gobierno regional como el culpable, buscaron todas la fórmulas para terminar con su vida”, confiesa.

La misma sensación tuvo Luis Melinao, werkén de la comunidad Wente Winkul Mapu y primo de Rodrigo, comenta que todos quedaron consternados en la mañana de ayer, el cuerpo fue encontrado en la orilla de un aislado camino como a las seis de la mañana. Había sido asesinado con dos impactos de bala en el tórax, muy cerca del corazón. Nadie podía creer el desenlace de la persecución que duró semanas. “Estaba prófugo, había recibido una condena de cinco años y un día, sabíamos que en algún momento esto iba a pasar, hubo amenazas directas de algunos carabineros, lo buscaban y la militarización acá es evidente, esta es una zona rural en la que estamos acostumbrado a convivir con la policía”, comenta.

 Además, el comunero explica que Rodrigo murió entre las doce de la noche y una de la mañana, y que a esa hora sólo transita Carabineros por el lugar, una zona cercana a donde también fue asesinado el comunero Alex Lemún. “Es la militarización del lugar, ese es el gran problema de esta zona y la razón de tantas muertes”, remata el werkén.

 La Rayén Mapu

La comunidad está compuesta por alrededor de 30 familias que viven de la siembra y cosecha del trigo y la crianza de algunos animales. La mayoría de los hombres viaja a otras regiones del país para trabajar de temporeros en actividades esporádicas, los oficios para ellos escasean. “Muchos de lo peñis se niegan a trabajar en las forestales de acá, entonces la única forma de obtener recursos para poder mantener a sus familias es trabajar como temporeros”, dice el abogado defensor,  Nelson Miranda.

Allí también, según Luis Melinao, el pequeño Rodrigo creció trabajando la tierra, una actividad que alternaba con sus clases en la escuela de Chequenco y luego en Collipulli. “Le llevaba por ocho años, lo conozco desde niño y luego adulto trabajando la tierra junto a su familia y su mujer”, recuerda.

Algo que el defensor Nelson Miranda avala, pues conoce muy bien a las familias de Rayen Mapu y dice que los comuneros han trabajado por años en la  recuperación de tierras, una comunidad muy unida y, que en el caso de Rodrigo, ya habían dado a conocer un comunicado donde se aclaraba no lo iban a entregar.

Rodrigo Melinao fue condenado con cárcel por los hechos que habrían ocurrido el 28 de octubre del 2011, cuando supuestamente un grupo de comuneros quemó un predio inscrito a nombre de la Forestal Bosques Cautín, y dañó dos buses y un camión aljibe. Era el comienzo del  fin. El 25 de julio ocurrió el allanamiento donde habrían llegado hasta el lugar más de cien efectivos de Carabineros: siete zorrillos y 15 camionetas policiales, hecho que terminó con una vigilia de guardia de los comuneros y un recurso de protección interpuesto por el abogado Lorenzo Morales.

El defensor Nelson Miranda comenta que el conflicto en esta comunidad, se agudizó cuando el Estado se negó a comprar los predios de los parceleros que ya se habían ido de la zona hace muchos años. ”Son tierras abandonadas, pero con un control policial grotesco, imposible de imaginar…”, agrega.

Dice que este seis de agosto, fue un día gris, más aún cuando le tocó presenciar el levantamiento del cuerpo que realizó el fiscal Ricardo Tripe. Describe el lugar donde Rodrigo fue encontrado y explica que es una parcela pequeña donde no transitan las personas de la comunidad, sino más bien es un camino pequeño que utiliza la policía como un atajo para los allanamientos, entonces ya alberga sus primeras sospechas. “Es el camino de Chiguaihue y Los sauces, un kilómetro al interior estaba el cuerpo de espaldas y desangrado, parecía prácticamente un disparo a quemarropa (…) Lo más llamativo era el aislamiento del lugar y que además es un sitio por donde transita constantemente Carabineros. Estábamos tan confiados de que no le darían ninguna condena, porque la acusación era muy burda, él estaba trabajando en el norte cuando sucedieron algunos hechos de los que se le acusan y ahora está muerto”, recalca enfático.

Explica que sólo el párroco Francisco Millán pudo interceder con los comuneros y calmar la situación para que Carabineros y el fiscal entraran al predio a hacer los peritajes del cuerpo. Insiste además en que la noticia no lo deja de impactar y que la muerte de Rodrigo, se parece a  la de otros peñis, pero que en su similitud no hay coincidencias. “Es la misma época del año en que murió Mendoza Collío un 12 de agosto, hoy ha llovido el día entero, todo está lleno de barro, esto es muy triste”, dice el defensor y se quiebra un poco.

 

Chiguaihue y la sucesión de muertes

Para Martín Correa, historiador e investigador de las comunidades mapuches, en este lugar y la muerte de otros comuneros existe una relación de antaño. Dice que se pueden establecer sucesos de “continuidad histórica” entre el Estado chileno y el pueblo mapuche. Afirma que  no es casualidad que en Chiguaihue haya un retén de Fuerzas Especiales de Carabineros y que el fuerte Chiguaihue fuera el núcleo de la invasión militar desde el río Malleco al sur. Dice que tampoco es casualidad que allí se haya asesinado a Carlos Collío, durante la Reforma Agraria, a Alex Lemún, a Jaime Mendoza Collío y hoy a Rodrigo Melinao.

“Todos ellos murieron por tratar de recuperar las tierras de sus antepasados, el fundo Chiguaihue es parte del territorio que fue usurpado por el Estado chileno y entregadas a colonos, tierras que hoy están en manos de forestales, y custodiadas por funcionarios policiales. La muerte de Rodrigo Melinao es la continuidad de una historia de muerte y represión, siempre en los faldeos del cerro Chiguaihue”, explica.

 

 

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