
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió sobre el riesgo del aumento de la violencia hacia niños, niñas y adolescentes en el marco de las medidas que se han adoptado por la emergencia sanitaria, provocada por el COVID-19.
Las medidas como la suspensión de clases, cuarentenas comunales, teletrabajo para los padres y madres, distanciamiento social, entre otras, sumado al estrés generado por la posibilidad de contraer la enfermedad y las consecuencias económicas que está teniendo para muchas familias la pandemia ha generado que aumenten los casos.
La Especialista en Protección de Unicef, Ludmila Palazzo, sostuvo que Chile históricamente ha exhibido altos niveles de violencia hacia la infancia y adolescencia, que se podrían agravar durante este periodo.
Según la Encuesta Longitudinal de Primera Infancia (ELPI, 2017), el 62% de los padres, madres o cuidadores reconocen utilizar métodos de disciplina violentos en la crianza de sus hijos e hijas.
Palazzo explicó que la entiedad está monitoreando a nivel global y regional el aumento de la violencia intrafamiliar, asociados a las medidas adoptadas para evitar los contagios de COVID-19 y a las consecuencias económicas que está provocando la enfermedad.
“En contextos de emergencia, donde los mecanismos de protección para los niños son más escasos, es muy importante que el Estado desarrolle acciones de prevención, a través de iniciativas de apoyo psicosocial y de medidas económicas para las familias y así reducir los factores de estrés”, argumentó.
La especialista agrego que, a comienzos de abril, el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas expresó su preocupación por la situación mundial de los niños, niñas y adolescentes, particularmente los más vulnerables por el efecto de la pandemia, ya que muchos de ellos se ven afectados física, psicológica y emocionalmente.
En esa oportunidad, hizo un llamado a los Estados a asegurar la continuidad de los servicios a las víctimas de violencia, por medio de los distintos órganos responsables, para que esta atención no sea interrumpida y pueda ser brindada en la situación actual.
“Esto significa poner en la práctica nuevas formas y modalidades de atención, preparar funcionarios de primera línea, asegurando reemplazos, con enfoque también en el auto cuidado de los cuidadores”, explicó Palazzo.