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8 de Enero de 2016

¿Participarás en la evaluación ambiental de Vespucio Oriente?

El pasado 13 de noviembre la empresa concesionaria “Vespucio Oriente S.A.” entregó a la autoridad ambiental el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para su proyecto de autopista Vespucio Oriente (AVO). Inicia así el trámite más importante que le queda para poder concretarse. Los ciudadanos tenemos oficialmente hasta el 19 de febrero para hacer llegar nuestras observaciones. ¿Enviarás las tuyas?

Por Rodrigo Quijada
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Rodrigo Quijada es Miembro de Ciudad Viva - Ingeniero de Transporte

El Ministerio de Obras Públicas se acerca a cumplir su sueño de convertir toda la circunvalación Américo Vespucio en autopista, un plan que ha estado en documentos de concesiones desde mediados de los 90s. Complementando la concesión de Vespucio Sur (2001) y Vespucio Norponiente (2002), Sebastián Piñera licitó casi todo el resto, desde La Pirámide a Príncipe de Gales, bajo el nombre de AVO. Pateó el “cacho” (en todo sentido, particularmente porque es carísimo por la línea del Metro existente allí) entre Príncipe de Gales y Grecia a que sea resuelto por futuras autoridades (que hasta ahora trabajan en secreto en la cuestión). AVO fue adjudicada (2015) a un consorcio de dos grandes empresas, OHL y SACYR. Y ahora le toca obtener su autorización ambiental.

Nuestra legislación ambiental no es ninguna maravilla, pero una gracia que sí tiene es que permite que todo quien tenga un RUT pueda opinar sobre cualquier estudio ambiental. Personas, empresas, instituciones, todos pueden opinar. No tienes que estar en el área afectada por el proyecto; puedes participar desde el otro extremo de Chile. Basta que entres al sitio web del Servicio de Evaluación Ambiental, descargues el Estudio, lo leas y mandes tus observaciones.

Los Estudios de Impacto Ambiental son todos unos mamotretos gigantes que muy pocos en realidad leen de principio a fin. Pero no es necesario: puedes leer partes y hacer observaciones solo de lo que leas. ¡No es una prueba!

¿Por qué es tan importante participar? Porque en la práctica lo único que ha mostrado tener un efecto sustancial en controlar las monstruosidades es la participación.

El caso de la autopista Costanera Norte, que es el mejor documentado, muestra la tremenda diferencia que hace que muchos ojos estén encima. Imagínate por ejemplo que de las 11 comunas por donde pasa esa autopista, solamente Providencia obtuvo el beneficio de que no se hicieran trabajos en la noche, simplemente porque hubo ciudadanos de esa comuna (y no de otras) que observaron el tema en el proceso del EIA. Y mucho importa ese beneficio en proyectos cuya construcción dura años, literalmente. Así que, créeme, hay mucho muy concreto que se puede ganar haciendo observaciones (¡y mucho que se puede perder por “quedado” porque el sistema ambiental no te cuida si no llegan observaciones!).

Fue la participación ciudadana también la que acusó que Costanera Norte estaba expropiando terrenos del Parque Metropolitano que no podía tocar. Los funcionarios del MOP juraron de guata que no era cierto, pero la duda sembrada permitió que una periodista le siguiera la pista al asunto hasta que logró que el jefe de proyecto en el MOP admitiera que era verdad. Ni te cuento cómo al día siguiente la oposición política se dio el gusto en el Congreso de descuerar al entonces ministro de Obras Públicas Ricardo Lagos por ser descubierto in fraganti en una mentira… y vaya mentira: ¡rompiendo un parque el lindo!

Si no quieres o no te sientes capaz de escribir observaciones para AVO, puedes hacer un aporte muy valioso igual incentivando a otros que participen. En el caso de la Costanera Norte la movilización ciudadana logró que de una u otra forma el Colegio Médico, el Colegio de Arquitectos, el Colegio de Ingenieros, y premios nacionales de urbanismo, se involucraran. El caso más espectacular probablemente fue la identificación ciudadana de una curva peligrosa en el túnel, que, de nuevo, el MOP negó testarudamente que existiera. Hasta un diputado hizo una acción legal al respecto, fracasando, y el MOP festejándolo. Finalmente todo quedó en evidencia cuando con una carta al diario el Colegio de Ingenieros señaló que ellos, movidos por la insistencia ciudadana, efectivamente miraron los diseños, los encontraron peligrosos e hicieron gestiones ante el MOP para que los cambiara, cosa que se hizo. ¿Qué tal?

Notemos que en otras autopistas esas instituciones que nombré no participaron. En general si lo hacen -con lo mucho que pueden aportar- depende puramente de que sus líderes quieran hacerlo, y eso solo lo logra una ciudadanía movilizada. Lograrlo ahora para AVO en verano con todos de vacaciones, será un desafío extra (si sospechas que no es casualidad la fecha en que se realiza el proceso, estoy contigo).

Es importante motivar además a que los organismos públicos también opinen. Suena ridículo, pero así funciona el sistema: las municipalidades donde se emplaza el proyecto (en el caso de AVO: La Reina, Ñuñoa, Recoleta, Huechuraba, Las Condes y Vitacura) y organismos técnicos que potencialmente podrían decir algo (¡el Ministerio de Transporte en el caso de AVO por ejemplo!) deben hacer llegar sus observaciones igual que cualquier otro, pero si quieren no lo hacen. Y ahí está el queso. La historia ha mostrado lo muy dispuestas que están a callar. De seguro el caso más patético en ese sentido en el caso de la Costanera Norte fue la decisión de Renca (Manuel Caballero) e Independencia (Antonio Garrido) de mantener silencio, pese a que eran las únicas comunas que enfrentaban erradicación de comunidades. Fue el Ministerio de Vivienda y no las municipalidades, quien hizo llegar una seguidilla de observaciones insistiendo que esas familias debían ser compensadas adecuadamente (pues el EIA del MOP no lo proponía). Como dije arriba: ¡el sistema ambiental no te cuida si no llegan observaciones! Pero recalquemos que ese Ministerio decidió hacerlo por pura opción, por pura decencia, ya que nada lo obligaba a tomar ese rol, ni siquiera a hacer observación alguna al EIA.

Para AVO hay un expediente oficial, y puedes hacerle seguimiento a todos los organismos que ya han entregado observaciones (y por ende concluir sobre quiénes están guardando silencio) y ver qué dijeron. Por lo mismo, puedes ver qué pifias ya le han encontrado ellos al proyecto, y si ves algo alarmante, asegúrate de mandar tus propias observaciones al respecto. Sí: mientras más observado un tema, más difícil se hace para la autoridad ambiental ignorarlo. A la fecha ya se han expresado sobre AVO La Reina, SERNATUR y el Gobierno Regional, por ejemplo. ¡Mira lo que dijeron!

Un último dato: La municipalidad de Providencia en el caso de Costanera Norte hizo algo notable, contrató a una de las mejoras oficinas de ingeniería del país, CADE-IDEPE, para que leyera el EIA e identificara posibles observaciones. Pese a que el ministro Lagos había dicho que los estudios ambientales eran “muy acuciosos”, lo que CADE-IDEPE encontró es que hacía agua por todas partes. Y el diario La Época lo puso en primera plana…. Ver a Lagos tragarse ese enorme ego suyo y reconocer la situación, pues era imposible ningunear la seriedad de CADE-IDEPE, fue un episodio muy especial. Los ciudadanos luego, era que no, enviaron todas las observaciones obtenidas de CADE-IDEPE al proceso de evaluación ambiental, y sirvió mucho. Quizás los vecinos en torno a AVO deberían hoy imitar la idea: convencer a sus munis que paguen (¿juntas?) un análisis independiente al EIA de donde sacar observaciones.

En fin, si vives cerca de Vespucio Oriente, participa; o convence a mucha gente e instituciones que lo haga. Si no vives cerca, deberías hacerlo de todas formas para cuidar tu ciudad… o tal vez porque debería importarte que a tu vecino se lo puedan fregar. Buen momento para recordar ese famoso poema de Martin Niemöller, “Primero vinieron por los comunistas, y yo no dije nada, porque no era comunista / Luego vinieron por los sindicatos, y yo no dije nada porque no era sindicalista / Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada porque no era judío / Y entonces vinieron por mí, y ya no quedaba nadie que dijera algo en mi defensa”.

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