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Actualizado el 8 de Enero de 2021

Frente a la irrupción del nuevo crimen, no más puerta giratoria

Espero que la discusión en el Congreso rinda los frutos esperados y como parlamentarios pongamos el pie en el acelerador sobre aquellas iniciativas que le hacen tanto sentido y urgencia a la población, siendo la reforma judicial una de las más trascendentales si se quiere acabar a tiempo con este nuevo paradigma delictual.

Foto Agencia Uno.
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Camila Flores

Camila Flores es Diputada RN

El año 2020 cerró de la peor manera en materia de delincuencia. Una serie de tiroteos en diversos barrios de la capital por conflictos entre bandas rivales costaron la vida de cuatro personas en los últimos días.

Hablamos de delincuentes que tienen armamento de alto calibre, granadas, hasta proyectiles de guerra con los cuales llevan a cabo prácticas que quizás veíamos en países lejanos como México o Colombia y que nunca pensamos nos iba a tocar en Chile, pero lamentablemente lo estamos constatando en los titulares de las noticias.

¿Qué está pasando en nuestro país que el crimen está llegando a niveles de crudeza y organización inéditos? Es el momento de no ceder a la violencia extrema y al narcotráfico, necesitamos mano dura y todo el rigor de la ley para que el esfuerzo del Estado, del Gobierno, de las policías no sea en vano. No es justo que los victimarios estén libres, las víctimas no reciban justicia y la población viva atemorizada y en verdaderos bunker que muchas veces ni siquiera cumplen la función de proteger a sus moradores.

Se agradece que el Presidente Sebastián Piñera haya puesto suma urgencia al proyecto de Defensa de las Víctimas que de alguna manera busca saldar la falta de resguardo oportuno a la ciudadanía ante este flagelo, como también se valora el impulso a la batería de proyectos de la Agenda de Seguridad Pública. Sin embargo, no es suficiente la aprobación de iniciativas legislativas si el otro rol garantista de los sistemas de justicia no se está cumpliendo.

¿Cómo podemos avanzar firmemente contra el crimen a gran escala y contra bandas de narcotraficantes cada vez más profesionales si aún no podemos terminar con la puerta giratoria? Los tribunales de justicia han perdido credibilidad y confianza desde la sociedad civil precisamente cuando sus jueces liberan a quienes justamente deben cumplir sus condenas. Lamentablemente, sin arrepentimiento estos criminales vuelven a delinquir impunemente como Pedro por su casa.

Por eso, es el momento de una nueva reforma al modelo de justicia que modernice su operatividad siguiendo altos estándares internacionales, dado que es la única manera de perseguir eficazmente el crimen organizado.

Se necesitan penas ejemplificadoras desde quienes ejercen jurisprudencia, y no más señales equívocas. Sabemos que un alto porcentaje de las cárceles está colapsada, de hecho el INDH en su tercer “Estudio de las condiciones carcelarias en Chile. Diagnóstico del cumplimiento de los estándares internacionales de derechos humanos sobre el derecho a la integridad personal 2016-2017”, daba a conocer que 19 de 40 cárceles estaban sobre su capacidad y 11 de ellas se encontraban en estado crítico.

Pero lo anterior no puede ser impedimento para encarcelar a quienes han quitado la vida a tantos inocentes en plena vía pública, e incluso al momento de llegar a sus propias casas cuando han sido atacados en violentos portonazos.

La modernización de los tribunales y la factibilidad de penas realmente efectivas requieren por cierto de una fuerte inyección de recursos que genere cambios profundos en la institucionalidad y perfeccione los protocolos de acción para hacer justicia rápidamente. No puede ser que por años algunas causas nunca sean zanjadas y finalmente terminen archivadas.

que golpea a la sociedad chilena.

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