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3 de Agosto de 2011

No inscritos en los registros electorales: Los cuatro millones de chilenos que intranquilizan a la clase política

Si el proyecto de Voto Voluntario e Inscrpción Automática no entra en vigencia para las próximas elecciones presidenciales habrá 4.763.143 chilenos mayores de 18 años fuera del sistema. Muchos de ellos hoy son protagonistas de los movimientos sociales que han sacado a miles de personas a las calles. Y el gobierno y los partidos ven con intranquilidad cuál será el rol que jugarán desde la periferia.

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Simón Gómez tiene 17 años, cursa cuarto medio y es vocero del Internado Nacional Barros Arana (Inba). Ha sido un activo dirigente en la movilización de los estudiantes secundarios y ayer, cerca de las 21 horas, analizaba en una asamblea la propuesta de educación presentada por el ministro de la cartera, Felipe Bulnes. Pese a su constante participación en los movimientos sociales, cuando cumpla 18 años en noviembre, Simón no planea ninguna visita al Registro Electoral.

Por el contrario, va a unirse a los 4.235.530 de chilenos mayores de 18 años que hoy están fuera del sistema electoral. “Encontramos que no es válido y no nos representa el sistema en el que estamos. Esta es una manifestación súper a nivel de juventud. Los políticos no nos representan y los partidos políticos quieren abanderarse de procesos sociales”, dice.

Según datos del Servel y del INE, a junio de este año había 12 millones y medio de personas en condiciones de votar en las elecciones municipales de octubre próximo. De ese número, solamente 8.159.279 están inscritas. Considerando patrones como la mortandad, la forma en que ha evolucionado el padrón electoral y si la próxima elección presidencial es reñida, a diciembre de 2013 habría unos 4.763.143 chilenos no inscritos.

¿Cuáles son los riesgos de que una cifra tan alta de chilenos opte por marginarse de los procesos electorales a la luz de las manifestaciones sociales?

Según Ernesto Aguila, director ejecutivo  del Instituto Igualdad, los riesgos son varios y el más preocupante es que se pone en entredicho la legitimidad de la democracia. “Hay una pérdida de una de las características más importantes de la democracia que es la representatividad”, dice. Y agrega que “si la crisis de legitimidad se profundiza, la gente busca otros medios para expresar su opinión, que es lo que pasa hoy en las calles. Y esto puede dar paso a una crisis institucional, que ha pasado en Chile en otras épocas, como en 1920”.

Por su parte, Andrés Tagle, experto electoral de la UDI y actual asesor del gobierno en la materia, sostiene que más que riesgos al sistema institucional, la marginación en el registro electoral lesiona la representatividad al delegar en otros la responsabilidad de elegir a las autoridades.

Inscripción automática/voto voluntario

Fue una de sus promesas de campaña, y el pasado 21 de mayo, durante la última cuenta anual, Sebastián Piñera volvió a recordarlo: “Nuestra democracia necesita revitalizarse. Nuestros jóvenes quieren opinar y quieren participar, se manifiestan en las redes sociales, pero no se inscriben en los registros electorales, por eso hagámoslo ya: Inscripción automática y voto voluntario ahora”, dijo frente al pleno del Congreso.

Sin embargo, a 17 meses de la llegada de Piñera al gobierno la iniciativa aún no ve la luz. El proyecto ya fue aprobado en general en el Senado, pero aun hay más de 60 indicaciones que se están revisando en las Comisiones Unidas de Gobierno y Constitución. Según Andrés Tagle, el principal escollo es el voto de los chilenos en el exterior, pero aun así cree que el proyecto podría ser aprobado en el mes de agosto y entrar a regir antes de la elección municipal de octubre de 2010. “El gobierno está empeñado en sacarlo para la municipal. Se está trabajando fuerte en eso”, asegura.

En sectores de la Concertación como la DC y parte del PS,  sin embargo, se han mostrado escépticos sobre la fórmula de ampliar el padrón mediante el voto voluntario.  “Fue un error, derechamente, aprobar el voto voluntario (…). Hubo un acuerdo político bajo el gobierno de Bachelet, que involucró a senadores y diputados de la Concertación, acuerdo que creo que hay que respetarlo, aunque no lo comparto”, dijo en octubre de 2010 el timonel DC, Ignacio Walker, previo a la votación en que finalmente la oposición se allanó a respetar el acuerdo.

La inquietud de un sector de la clase política es lógica. Nadie conoce con certeza cómo se comportará el padrón electoral una vez que crezca producto de la inscripción automática. Nadie sabe cómo hablarles, qué decirles ni cómo convencerlos de acudir a las urnas. Asimismo, eleva la incertidumbre el hecho de que quienes ahora son parte del padrón ya no tendrán la obligación de acudir a votar. El hecho de que gran parte de los nuevos votantes sean jóvenes tambien es visto con intranquilidad, pues el desencanto con la clase política para muchos sectores aumenta los riesgos de extinción.

Según Ernesto Aguila, una causa de la lentitud con que se ha discutido este proyecto “es que efectivamente los parlamentarios tienen pocos incentivos en modificar un padrón que aunque reducido, ya conocen; un nuevo padrón genera mucha incertidumbre a los incumbentes que son los que justamente tienen que modificar esto”.

En tanto, Alfredo Rehren, doctor en Ciencia Política y docente del Instituto de Ciencia Política de la Universidad Católica afirma que “quizás en ciertos sectores puede ser que algunos diputados o senadores con la incorporación de una masa de nuevos votantes pudiera verse afectado en sus intenciones electorales”.

El directivo de Igualdad agrega que la lentitud de la tramitación del proyecto “comienza a ser algo sospechosa con las elecciones municipales el próximo año. Construir esto no es algo tan simple, por lo que en cuanto más se atrase esta ley más difícil que ese nuevo electorado de cerca de 4 millones de personas, particularmente jóvenes, pueda manifestarse”.

Por su parte, Andrés Tagle coincide en que la ampliación del padrón es un factor de incertidumbre para la clase política y, además, implica un desafío adicional a la hora de hacer campaña. “Ya no solo tienen que pedir que voten por ellos, ahora tendrán que llamar a que la gente vaya a votar”.

 

*Según Mauricio Morales, doctor (c) en Ciencia Política Pontificia Universidad Católica de Chile e investigador del  Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales, para proyectar el número de inscritos para diciembre de 2013 se debe considerar además de la mortandad, “cómo ha evolucionado anteriormente el padrón electoral, la competitividad de la elección y si sigue el mismo sistema de inscripción y de votos”.

“Si en las elecciones presidenciales del 2005 hubo un 72% de la población en edad de votar inscritas, el año 2009 fue de un 68 %, uno podría estimar que las próximas elecciones podría reducirse alrededor de un 65%”, explica. “Hasta junio de este año hay 8.285.186, pensemos en que aumenta a 8.500.000 de votantes, que sería una estimación alta, un número como máximo”, agrega el especialista.

Fuentes:
Chile: Proyecciones y Estimaciones de Población . Total País 1950-2050. Instituto Nacional de Estadísticas, INE, y Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, División de Población Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía.

Estadísticas del Padrón, Resumen histórico, Servicio Electoral

Cantidades de inscripciones vigentes por grupos etareos en cada sexo por región y totales del país. Servicio Electoral. República de Chile. Al 30 de junio de 2011

Instituto Nacional de Estadísticas
Servicio Electoral
Censo 2012

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