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9 de Enero de 2012

Fontaine-Eyzaguirre: La dupla que ha puesto al rojo al Mineduc

“Son grandes investigadoras pero desde que llegaron al ministerio, todo es borrón y cuenta nueva. Es como que todo tiene que partir de nuevo. Son muy refundacionales”, cuenta un especialista en educación que conoce de cerca la situación.

Por B. Yaikin - C. Soto - N. Romero
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“El cambio de ‘dictadura’ por ‘régimen militar’ es una invitación a pensar para los alumnos de Sexto básico en base a lo que pasó en la última parte del siglo XX. No creo que el Consejo quiera cambiarlo” dijo enfática y sin ocultar su convicción, la jefa de la Unidad de Currículum y Evaluación del Mineduc, Loreto Fontaine, al llegar a la reunión que el Consejo Nacional de Educación (CNE) llevó a cabo el pasado 5 de enero luego de que El Dínamo evidenciara el cambio de terminología en las bases curriculares para sexto básico.

Pero las palabras de Fontaine, más que la expresión de un deseo, eran la mejor evidencia del poder de esta profesora de básica de la Universidad Católica y master en educación (M.S.) de la Universidad de Kansas desde su llegada a una de las unidades claves del  Mineduc en 2010. Y en esta tarea no está sola.

Quienes conocen su actuar, no dudan en señalar a Bárbara Eyzaguirre -psicóloga educacional y coordinadora de Estudios Educativos de la Unidad de Currículum y Evaluación- no sólo como su verdadero brazo derecho sino como su mayor sostén en una gestión que no ha estado exenta de polémica en el ministerio que ahora dirige Harald Beyer.

De hecho, ambas especialistas -de reconocida solvencia técnica- han formado dupla intelectual desde sus tiempos en el Centro de Estudios Públicos (CEP), centro del que también proviene el secretario de Estado. Tanto es así que diversas fuentes consultadas -tanto dentro como fuera de la cartera- las sindican como “las principales ideólogas de la política educacional del gobierno”. Así, el caso “dictadura” no sería más que el último capítulo de una gestión de casi dos años, en la que ambas no tendrían “contrapeso”.

“Son grandes investigadoras pero desde que llegaron al ministerio, todo es borrón y cuenta nueva. Es como que todo tiene que partir de nuevo. Son muy refundacionales”, cuenta un especialista en educación que conoce a la dupla de cerca. De hecho, el cambio de términos en las mallas no resultó sorpresivo para quienes conocen el trabajo de ambas.

 

Del “semáforo” a “dictadura”
Loreto Fontaine, investigadora del CEP desde 1996 y miembro del Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación en el gobierno de Michele Bachelet, llegó al Mineduc llamada por el propio ministro Lavín para encabezar la unidad que tiene las subdivisiones de Centro de Recursos de Aprendizaje, Curriculum, Textos Escolares y Simce. Fontaine aceptó, pero con la condición de que junto a ella llegara Bárbara Eyzaguirre.

Ambas venían avaladas por una amplia experiencia -que incluía un fugaz paso por la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales- en la que destacaban textos como “Las Escuelas que Tenemos” (CEP, 2008) referencia entre los especialistas en el área, quienes resaltan no sólo su vasta trayectoria sino que su acucioso trabajo en terreno.

Pero la academia es muy distinta a la arena política. Algo que pudieron comprobar a los pocos meses de asumir la administración Piñera. Corría julio de 2010, y debieron enfrentar la primera controversia que involucraba a la unidad de Fontaine. En aquella ocasión, el entonces titular de la cartera, Joaquín Lavín, se vio forzado a dar pie atrás en la controvertida idea de calificar a los establecimientos educacionales con los colores del semáforo dependiendo del puntaje que obtuvieron en el Simce. Y la tranquilidad duró poco en el sector, específicamente hasta noviembre, cuando desde el ministerio debieron salir nuevamente al paso de las críticas por el aumento en las horas de Lenguaje y Matemáticas, en desmedro de las de Historia.

2011 no sería más tranquilo. En abril, una denuncia de El Mostrador dejó en evidencia la presencia de publicidad en textos escolares, lo cual fue retrucado nuevamente por Lavín explicando que la decisión -que apuntaba nuevamente a la Unidad de Currículum y Evaluación- venía del 2002.

“Pensar que se iban a hacer esos cambios sin la controversia que hubo, fue un error político. Les falta sensibilidad política para entender qué se puede hacer, pero no creo que estén haciendo una gestión inspirada en puros criterios ideológicos”, explica una reconocida especialista en la materia.

Un punto, sin embargo, que es rebatido por un ex alto funcionario del Mineduc durante la administración Bachelet. “Fontaine claramente estaba molesta por la forma de enseñar historia. En un año y medio reformularon todo, mientras en otros procesos de cambios de bases curriculares, nosotros nos demorábamos años”.

El mismo personero agrega que Fontaine y Eyzaguirre “actúan sin consultar, hacen lo que quieren. A (Felipe) Bulnes se lo echaron al bolsillo, en cambio con Lavín que era más político, tuvieron que negociar más”.

 

Banderas en alto
Precisamente, durante los meses del actual ministro de Mideplan a la cabeza de Educación, tuvo lugar una reunión que a muchos les dejó claro el perfil de las aludidas. Frente a todos los jefes de división del Mineduc, y ante la eventual posibilidad de ceder el petitorio de los estudiantes que en ese momento mantenían al rojo la tensión con el Ejecutivo, Fontaine se puso de pie y le espetó al subsecretario Rojas: “si vamos a perder esta lucha, muramos con las banderas en alto”.

La escena, según un ex funcionario del Mineduc, fue un fiel reflejo del estilo de Fontaine-Eyzaguirre, que las ha llevado a tener roces en la cartera.

“Están muy apegadas al modelo. Tienen frases dramáticas como que ‘si el colegio es malo: se cierra y la mamá buscará otro’”, explica un hasta hace poco funcionario del Mineduc. De hecho, desde la asociación gremial de trabajadores de la cartera revelan que “varios profesionales se han ido de esa unidad, pero calladitos. Muchos son académicos, y ellas se mueven en ese mundo”.

Es así como el pasado 9 de diciembre, cuando el CNE aprobó los cambios curriculares – entre ellos, la del término “dictadura”-, en la unidad de Currículum y Evaluación estaban prestos a apuntarse una victoria tras meses de trabajo. Pero los festejos no llegarían.

Nada más conocerse el caso hace una semana -y cuyas repercusiones incluso llegaron a medios internacionales- el Mineduc no sólo se vio obligado a abrirse a retroceder en su postura, sino que arrastró a su recién asumido titular a una molesta e incómoda polémica de la cual no formaba parte .

“Este caso es un clásico de ellas: meten una cuestión innecesaria en un momento difícil para el ministerio de Educación”, explica un académico que trabajó con Fontaine, quien añade que “su visión más ideológica genera problemas a los políticos”. Y eso ya lo sabe Beyer

Consultadas por El Dínamo, durante la elaboración de esta nota, tanto Fontaine como Eyzaguirre declinaron aportar con sus puntos de vista.

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