Joven atacado por transfóbicos: “Me decían que los fletos como yo no podemos ser abogados”

“Tenían rodeados a unos niños de 16 ó 17 años, afirmados contra la pared, y los escupían y pegaban patadas. Uno de ellos era un señor de unos 60 años y otra niña pelirroja, con biblias en la mano”.

Es parte del relato hecho por Rodrigo Honores (26), quien se desempeña como abogado en la Fiscalía, luego de ser atacado ayer en la tarde por un grupo de fanáticos religiosos en medio de los disturbios ocurridos en el recorrido del polémico “Bus de la Libertad”, que promueve mensajes de odio contra la identidad de género y la diversidad sexual.

Según relató a El Dínamo, Honores caminaba por Ismael Valdés con Mosqueto -en pleno barrio Bellas Artes- alrededor de las 13:30 horas, cuando observó que un grupo de unas seis personas rodeaba a dos menores de edad y los atacaban. “Me acordé de la ‘detención ciudadana’ que ocurrió la semana pasada donde murió una persona y pensé que otro caso de esos no se podía repetir, así que fui a preguntar qué había pasado”, cuenta.

“Ellos se defendieron diciendo que esos niños les habían tirado piedras. Por lo mismo, les sugerí que si eso era cierto que los llevaran donde Carabineros para que ellos se hicieran cargo, que ellos no podían hacer justicia. Ahí me empezaron a atacar a mí”, agrega.

Rodrigo Honores afirma que el hombre mayor se dio vuelta y le dijo “Tú tenís pinta de fleto”. Lo pusieron contra la pared, le empezaron a gritar cosas, escupieron y pegaron patadas. “Les empecé a decir que me dejaran ir porque yo no tenía nada contra ellos, aunque por dentro obvio que estoy en contra de que hagan ese tipo de cosas”, explica.

“Tú no eres abogado porque los fletos como tú no pueden ser abogados”, le respondió uno de ellos cuando explicó que no tenía nada que ver con quienes estaban protestando contra el bus transfóbico de la ONG Citizen Go. Justo apareció un grupo de efectivos policiales, a los que los atacantes llamaron para entregar a Honores como culpable del ataque con piedras.

“Yo no podía creer lo que estaba pasando, era todo muy surrealista”, explica. “Me agarraron del brazo y me llevaron detenido. Yo les explicaba que no tenia nada que ver, que iba pasando por ahí, pero no me escuchaban, les decía que era abogado y que solo había tratado de ayudar a los jóvenes. Ahí uno me escuchó y me preguntó a qué me dedicaba”, dice.

Rodrigo le explicó y el carabinero lo soltó, le dijo que se fuera. “Corre, maricón”, le gritó el carabinero después de soltarle el brazo.

“Me sentí muy humillado, pero prefiero no tomar acciones judiciales porque es muy difícil que algo ocurra por un delito muy leve, donde hay moretones solamente. Es mover todo el sistema judicial por algo que no va a tener una sanción concreta”, concluye.